teresadestCon el objetivo de analizar el estado edilicio y diseñar una propuesta de reparación de grietas y fallas estructurales, un grupo de ingenieros de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN trabaja en el Colegio Santa Teresa de Colonia Hinojo, institución de más 100 años de antigüedad, que inevitablemente ha sufrido el desgaste del tiempo y el uso. Leonel Pico, María Haydeé Peralte y Norma Ércoli son ingenieros del Área de Estructuras del Departamento de Ingeniería Civil, y están a cargo de la iniciativa junto al alumno Mariano Busechian.

El colegio abrió sus puertas en 1901, lo que lo convierte en uno de los edificios más antiguos de la zona. Está a cargo de las Misioneras Siervas del Espíritu Santo, congregación fundada en Holanda en 1889 por San Arnoldo Janssen, que envió a las primeras Hermanas en 1895 a Colonia Hinojo, para apoyar en su fe a los alemanes del Volga y sus descendientes.
Independiente del edificio central, la escuela tiene además un gimnasio, inaugurado hace 25 años. Tanto en el primer piso de la institución como en el gimnasio, el cuerpo directivo notó desgastes y fisuras en las paredes, por lo que recurrieron a la Facultad local para que confeccione un diagnóstico y promueva una remediación.

Los profesionales involucrados integran el Proyecto de Investigación "Teorías y Modelos para Análisis Estructural" desde el año 1993, siendo una de sus líneas de trabajo la evaluación de daños en las estructuras. Para el diagnóstico se recabó todo tipo de información disponible, documentos, planos y detalles de la construcción. En tanto, durante la recorrida por el lugar, tomaron fotografías y registraron lo observado, además de hacer seguimientos de las fisuras. Los resultados serán volcados en un informe final que permitirá avanzar sobre los trabajos necesarios para su refacción.

El magíster Leonel Pico explicó que, en líneas generales, encontraron en Santa Teresa dos problemas diferentes. Uno de ellos se registró en la zona del gimnasio, donde hay una serie de fisuras en las paredes de mampostería. "Vimos que no era un problema tan grave como parecía. Del lado sudeste se presenta la mayor cantidad de fisuras y descubrimos que cuando llueve, ingresa el agua por debajo de la fundación y esto hace que ceda, provocando grietas", explicó el ingeniero. Para contrarrestar la situación, se propuso construir una vereda amplia lindera al gimnasio para que el agua se escurra lo más lejos posible de la fundación.

Por otro lado, la preocupación principal en el edificio centenario eran algunas rajaduras en las paredes y fundamentalmente el movimiento que se sentía en el primer piso como reflejo del tránsito de alumnos y personal del Colegio.

Esta condición pudo ser observada por el equipo de la Facultad de Ingeniería desde la planta baja, donde se advirtió la oscilación del piso superior, y el consecuente temor de que la estructura se derrumbara en cualquier momento. Pico señaló que "el comportamiento estructural fue, en definitiva, más serio que el problema en el gimnasio". Luego de exhaustas observaciones, los ingenieros encontraron, además, que en el edificio central una de las esquinas carecía de columna de apoyo, lo que propiciaba la oscilación del primer piso. Esta situación se revertirá con la instalación de una columna que amortigüe las vibraciones.

Preservación del patrimonio

Por este edificio han pasado más de 28 mil alumnos y en la actualidad lo hacen 531, distribuidos en niveles preescolar, primario y secundario. Por la importancia que reviste la institución en la zona y su identidad cultural, toda la comunidad de Colonia Hinojo tiene intenciones de preservar el edificio. También los padres están muy presentes en la preservación del colegio y hace algunas semanas colaboraron para realizar un remate y recaudar fondos.

Otras de las cuestiones que se analizaron además del estado de la estructura fueron aquellos aspectos relacionados con descensos de fundaciones o bien por vibraciones debidas a efectos sísmicos provocados por explosiones en canteras, y cambios en el destino y uso de la estructura.

Esto último apunta a redestinar el uso de algunas aulas como el archivo del colegio, que se ubicaba en la planta alta. El archivo implica un gran peso para la estructura, por lo que se sugirió que se traslade a planta baja.

El diagnóstico de diversas estructuras supone para la Facultad de Ingeniería una excelente experiencia para que docentes, investigadores y estudiantes puedan involucrarse directamente en estos proyectos de preservación del patrimonio arquitectónico y cultural, pero además, son oportunidades únicas para actuar mancomunadamente en la construcción de una sociedad más solidaria y comprometida.

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