viaje destLo mejor para aprender a hacer edificios, puentes y autopistas, es ir al lugar de una obra en construcción. Poder distinguir esa dimensión que no se percibe en los libros. Oler el cemento húmedo y ensuciarse los botines. Recién ahí es donde se percibe la complejidad de un proyecto, donde se realza la maquinaria y la tecnología, donde los materiales toman cuerpo. Por eso, los estudiantes de Civil de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN que están a punto de graduarse, realizan todos los años una serie de visitas a las construcciones más innovadoras del país.
Ellos son los futuros responsables de encontrar soluciones a los problemas de vivienda, infraestructura, tránsito, servicios, instalaciones. Y todo en un mundo que a través de las construcciones desafía la imaginación, genera símbolos, fomenta nuevos materiales, en un creciente escenario de sustentabilidad. Ese contacto directo con la realidad de la profesión es lo que termina de moldear la pasión por la ingeniería civil.
Esta vez, fueron hasta la ciudad de Buenos Aires un grupo de doce estudiantes de la Facultad, junto a los docentes Norma Ércoli y Claudia Dietrich, de la cátedra Hormigón, más Miguel Cilley y Lorena Markovina, de Arquitectura.
Allí visitaron varias obras de las más modernas del país, en plena construcción, y fueron recibidos por referentes nacionales e internacionales de la dirección de grandes proyectos civiles.

Primero visitaron la obra de la nueva sede de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Ubicada frente a Parque Patricios, en principio estaba destinada a ser sede del Banco Ciudad, pero después se cambió la función.
Se trata de un edificio de avanzada diseñado por el arquitecto británico Norman Foster, a través de un concurso internacional. Es el mismo que tuvo a su cargo el diseño del Parlamento alemán, la Municipalidad de Londres, los aeropuertos de Pekín y de Hong Kong.
Para la nueva Jefatura porteña, Foster diseñó un edificio sustentable, que recicla su propia agua y que se destaca por la luminosidad y los espacios grandes sin divisiones o paredes interiores. Consta de tres niveles, con una planta baja con capacidad para 1500 empleados, oficinas con contacto visual al parque, y tres subsuelos para cocheras con capacidad para 500 autos.
Este edificio está siendo construido con la certificación ecológica LEED y fabricado con exigencias respecto del ahorro de energía, incluidos los materiales de construcción, las instalaciones eléctricas y los sistemas de acondicionamiento de aire e iluminación natural, con parasoles de aluminio, entre otros. Por ejemplo, cuenta con un sistema mixto de ventilación que permite prescindir de aires acondicionados entre seis y siete meses al año, al utilizar básicamente el aire exterior.
El contingente olavarriense fue recibido por el director de la obra, ingeniero Roberto Carretero, y la arquitecta Alejandra Clarizza, especialista en ingeniería ambiental e integrante de la constructora Criba. Con una gran predisposición, compartieron con los alumnos los detalles, desafíos, y secretos de la obra.

A lo alto

La siguiente visita del grupo fue al mítico teatro Colón. La tradicional visita guiada les sirvió a los estudiantes, además de conocer la historia del edificio y sus protagonistas, para interiorizarse sobre las características constructivas. Allí conocieron todos los trabajos emprendidos para modernizar el edificio, desde lo funcional, tecnológico y estético, de uno de los principales monumentos arquitectónicos de Argentina, y uno de los más notables teatros de ópera del mundo.

 

 

Como todos los años, la Facultad fue recibida por el ingeniero Alberto Fastein en su consultora de Puerto Madero. Él lidera un grupo de especialistas en ingeniería estructural que se ha encargado, entre otros trabajos, del diseño y cálculo de los mayores edificios de altura en esa exclusiva zona de Buenos Aires. Entre otras experiencias, los estudiantes conocieron nociones sobre pruebas en túnel de viento que se hacen en edificios, orientadas al confort.

 

 

La última visita fue al emprendimiento inmobiliario Consultatio, un complejo de oficinas en la zona Catalinas, en Retiro. Se trata de una torre de hormigón que está en plena construcción, que utiliza la máxima calidad de hormigón (H80), habitual en los más modernos edificios del mundo. Este hormigón es de alta resistencia, lo que permite reducir secciones de columnas y optimizar los espacios. Este avance estructural mejora la arquitectura y la disposición de las instalaciones.

Los estudiantes pudieron ver la preparación de un edificio inteligente, con instalaciones pensadas para hacer sustentable el uso de energía, temperatura, agua, y hasta de los ascensores. Pudieron subir, además, en el propio montacargas de la obra, a 110 metros de altura, donde se está construyendo el último piso, y ahí tener contacto directo con los trabajos de hormigonado.
Este tipo de viajes educativos forman parte de la formación integral de los ingenieros. Con una gran predisposición y apertura de los responsables de cada obra, los estudiantes lograron acceder a construcciones de vanguardia en el país, desde el punto de vista del diseño, las estructuras, los materiales, la tecnología, y la seguridad. Una experiencia infalible para percibir la esencia de la profesión.

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