cfp destDetrás de la instalación de una llave térmica, en el comportamiento de un electrodo, o en la rosca que va moldeando un torno, intervienen fenómenos científicos y técnicos que suelen pasar inadvertidos. Sin embargo, conocer los porqués estimula mejores trabajos, más virtuosos y seguros.
Con esta idea, varios alumnos que se capacitan en diversos oficios en el Centro de Formación Profesional 401 de Olavarría (CFP) realizaron talleres teóricos y prácticos con estudiantes y docentes de la Facultad de Ingeniería, para ampliar las destrezas que están desarrollando en el Centro. A su vez, los alumnos universitarios se adiestraron y reforzaron habilidades a partir de la experiencia de la comunidad del CFP, en un intercambio de mutuo aprendizaje.
Fue todo en el marco de un proyecto de Extensión que acercó a las dos instituciones para trabajar en conjunto, complementándose con lo mejor de cada una. Durante varios meses pusieron en práctica actividades sobre electricidad, tornería y soldadura, y prevén ampliarlas para el próximo año con trabajos sobre energía solar y electrónica del automotor.
En el taller de electricidad, once aprendices conocieron las nociones básicas y los sustentos conceptuales acerca de las puestas a tierra y otras protecciones, así como aspectos sobre medición y corrección de factor de potencia. Si bien los alumnos desarrollan las habilidades para hacer instalaciones eléctricas, los encuentros buscan complementar cuestiones teóricas para una mejor inserción laboral futura. Además, tienen la posibilidad de tener contacto directo con máquinas y herramientas que no poseen en el Centro. Estos talleres estuvieron a cargo de los docentes Roberto Leegstra, director general del Proyecto, y Fernando Benger, del Departamento de Ingeniería Electromecánica.

Saber hacer

Otro de los talleres realizados fue sobre tornería, y estuvo a cargo del ingeniero Guillermo Santillán. Además de repasar aspectos teóricos sobre diferentes procesos de mecanizado, los alumnos del CFP se capacitaron sobre Control Numérico Computarizado.
En la celda didáctica de manofactura instalada en la Facultad, Santillán abordó los conocimientos básicos para programar un brazo robótico a partir de CNC. Allí los alumnos vieron las ventajas que ofrece una computadora para controlar la posición, velocidad, y movimientos de una máquina, haciendo una operación de fresado, por ejemplo, más rápida y precisa. Asimismo, el ingeniero Raúl Rikal amplió los conocimientos acerca de los materiales, con sus composiciones, virtudes, límites técnicos, y usos industriales.
En taller de soldadura, en tanto, Rikal se encargó de revisar junto a un grupo de alumnos la teoría alrededor de los electrodos y los diferentes tipos de ensambles, con técnicas básicas y otras más complejas de las usadas en la industria. En el marco de este estos encuentros, inclusive, estudiantes de Ingeniería arreglaron una soldadora del CFP que hacía bastante tiempo estaba en desuso.

En equilibrio con los intercambios, varios alumnos de la Facultad participaron en el Centro de distintas prácticas, principalmente sobre tornería y soldadura, donde los instructores y los propios aprendices compartieron sus destrezas y habilidades.
Para el próximo año, se prevé incorporar al Proyecto talleres sobre energía solar y sobre motores de inyección electrónica, siempre con la idea de un mutuo provecho entre las instituciones, acortando la percepción distante entre los niveles de enseñanza.
Con todo, los alumnos del CFP seguramente adquirirán una mayor preparación para su inserción en un mundo laboral que demanda personal calificado. Y a la vez la Facultad de Ingeniería, estudiantes y docentes, alcanzarán una mayor comprensión sobre las condiciones técnicas necesarias para cada oficio, y las posibilidades concretas de mejorarlas.

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