Sin duda soplan buenos vientos en la Facultad de Ingeniería de la UNICEN. Especialmente para el ingeniero local Cristian Ruschetti, quien formó parte del desarrollo de un generador de energía eólica, que abastecerá de manera sustentable a la ciudad neuquina de Cutral Có. El aerogenerador será instalado en el parque industrial de la localidad y volcará la energía del viento a las empresas del lugar, lo que representa un importante avance en el campo de las energías alternativas y ecológicas, fuertemente promovidas por la institución universitaria olavarriense.

Cutral Có está ubicada a poco más de 100 kilómetros de la ciudad de Neuquén, y es la segunda localidad con más población de la provincia. Actualmente, esa zona se ve afectada por las cenizas que se desprenden del volcán chileno en erupción, Calbuco, pero tradicionalmente su principal actividad económica deriva de la industria petrolera y de las empresas ubicadas en el parque industrial, que se alimentarán energéticamente del viento a través de un generador de imanes permanentes.

La energía eléctrica generada a través de la tecnología con imanes ha tenido un fuerte impulso en la última década. En este caso, el sistema del generador que Ruschetti diseñó junto al ingeniero docente de la FIO, Carlos Verucchi, fue alentado por el Ministerio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva a través de la empresa nacional INVAP S. A., y el doctorado de la Universidad Nacional de Río Cuarto.

100% industria argentina

El uso del dispositivo, no sólo contempla la inyección de la energía eólica para empresas instaladas y próximas a establecerse dentro del parque tecnológico, sino que también estimula la construcción de equipos de imanes permanentes para comercializar. Este generador es el primero en el país que se instala para alimentar la red eléctrica con energía eólica y para el doctor en Ciencias de la Ingeniería representa un importante estímulo: "Es un desarrollo puramente nacional y su aplicación fomenta la creación de equipos que no se fabrican en Argentina", sostuvo Cristian Ruschetti.

Junto a Verucchi, el docente trabajó en el diseño electromagnético del generador, que en un primer lugar fue testeado en el parque industrial de Neuquén para luego llegar a su destino final en Cutral Có.

La electricidad proviene de la energía cinética del viento, que un molino eólico transforma en energía mecánica con una turbina acoplada a un generador. El aire impacta contra las aspas y produce movimiento en la turbina. "Dentro del generador -explicó el investigador-, el imán proporciona un flujo magnético constante y con este movimiento se transforma la energía mecánica en energía eléctrica. Posteriormente se transforma de corriente alterna a corriente continua, con la cual se puede cargar bancos de baterías o bien transformarse nuevamente a alterna para ser inyectada a la red eléctrica", detalló Ruschetti.

Este tipo de tecnología también es analizada como solución a la falta de electricidad en zonas rurales y parajes alejados ya que el generador tiene la capacidad de alimentar, en promedio, el consumo eléctrico de ocho casas convencionales o, en término de potencia, 30 kw. Su desarrollo significó para el docente de la FIO, un largo camino acompañado de la realización de cursos de postgrado en Brasil, y finalmente el doctorado en la UNRC, una formación que posicionó al ingeniero de la Facultad local como uno de los pocos especializados en máquinas eléctricas de imanes permanentes en el país.

De todas maneras, esta tecnología presenta algunas dificultades, inherentes al recurso natural. "El recurso eólico es muy variable. Depende de la velocidad del viento que hay en el momento, de la disponibilidad", contó, "entonces, para ofrecer un sistema eléctrico en un consumo que es prácticamente constante, como el de las empresas y fábricas, una parte habrá que abastecerla con el generador y otra con la red tradicional", explicó el ingeniero.

Con todo, este desarrollo significa un gran avance en el uso de las energías renovables y la industria sustentable. La iniciativa articula la investigación, el cuidado del medio ambiente y la ciencia aplicada, como aspectos de un proceso innovador que se impone cada vez más como el rasgo esencial de la ingeniería argentina actual.