salva dest1Lo que empezó como una necesidad se convirtió en un proyecto de vida. En muy poco tiempo, trabajando solo, con materiales económicos y hasta reciclados, un estudiante de Ingeniería a punto de recibirse construyó su hogar con métodos distintos a los tradicionales. Federico Salvá es un inminente ingeniero electromecánico que piensa distinto, y que aplica para sus proyectos los conocimientos adquiridos en la universidad.
En el último tramo de sus estudios y ya planificando una nueva etapa, consiguió que le cedieran parte de un terreno en la ciudad de Tandil, de donde es oriundo. Allí edificaría su hogar, con el dinero de la venta de un auto de carrera que armó mientras estudiaba.

De barro, con botellas, con maderas. Fueron varias las ideas para "generar un espacio propio para vivir", relató Federico. "No tenía tanto dinero como para contratar obreros, y entre las opciones económicas necesitaba que no fueran de largo plazo. Por eso empecé la construcción solo y con la idea de que sea rápido". Además, la que será su casa contempla diversos esquemas constructivos y artefactos que la harán, en parte, sustentable.
Mirando el terreno todavía escondido por el yuyal, Federico imaginó el modelo alpino de la típica casa americana, con perfiles. Imaginó usar maderas recicladas y pallets. Supo que esa aventura estaba en marcha, que el principio es la mitad de todo, y se puso a trabajar.
Para la base, juntó unos 40 tarros de pintura de 25 litros, que rellenos de cemento y enterrados se convirtieron en pilotes, distribuidos para que sean el apoyo de las uniones de las tarimas del piso. "Fue un gran trabajo nivelar todos esos pilotes en conjunto", admitió el estudiante de Electromecánica. Mejoró todo el piso vinculando las tarimas con madera de fenólico, que a la vez le dieron rigidez a la estructura. "Hasta ahí, la inversión para la base fue mínima, porque la mayoría de los elementos fueron reciclados", apuntó. Fueron dos meses de trabajo en solitario y con poca inversión.

Desde el pie

Con la plataforma lista, de a poco y con la ayuda eventual de algún amigo, Federico fue armando la estructura de las paredes, el esqueleto. "La superficie exterior la cubrí con un nailon y con maderas superpuestas dando un estilo rústico, y están pintadas con una mezcla de aceite quemado. El techo es de chapa, y la ubicación de la casa fue estudiada para que uno de los techos quede predispuesto al sol la mayor parte del día. Esto es de suma importancia, ya que en un futuro se utilizará cada canaleta para colocar tubos y aprovechar la energía del sol para calentar agua", repasó.
Algunas aberturas las fabricó él mismo y otras las consiguió usadas. La instalación de los sistemas de agua y cloacas se realizó entre las tarimas, por lo que su armado fue rápido y sencillo. La casa tiene un entrepiso en toda la superficie, con una escalera rebatible. Para su cama y un escritorio, Federico reutilizó pallets.
En el camino de la sustentabilidad, toda la luminaria será con led para minimizar el consumo. También tiene diseñado un sistema de calefacción a leña a través de una salamandra de alto rendimiento, con una red de doble conducto para distribuir el aire caliente, usando coolers de viejas computadoras. Tiene pensado asimismo realizar un biodigestor para el tratamiento de aguas cloacales, y reutilizarlas para riego intrínseco.
"El desafío más urgente -admite Federico- es tener la casa para habitarla de la mejor manera posible y seguir trabajando para hacerla cada día más autónoma".

Horizontes

El nuevo hogar está casi listo. Federico demostró que con ingenio y con un proyecto bien pensado es posible resolver una necesidad habitacional, con otros métodos constructivos y financieros. Su perfil de ingeniero orientado al fomento de las energías renovables y la sustentabilidad le permitieron poner en práctica los conocimiento para su propia casa.
La experiencia que adquirió como conductor del vehículo eléctrico Pampa Solar en 2012, y sus trabajos sobre la optimización de los paneles solares fotovoltaicos para ese auto que derivaron en su tesis de grado, también fueron parte de ese aprendizaje que ahora utiliza para sus proyectos personales.
El próximo paso cercano de Federico, ya seguramente como ingeniero, será mudarse por un tiempo a Nueva Zelandia, para hacer experiencia laboral, aprender otros idiomas, y probarse en otras aventuras.

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