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Cómo asegurar un proceso de aprendizaje eficaz, es tal vez una de las preocupaciones más antiguas y a su vez más presentes de la docencia. En la conferencia que dio en la Facultad de Ingeniería, el doctor Roberto Rosler expuso una serie de estrategias derivadas de la neuroeducación, con el objetivo de "llegar a los alumnos". Durante más de una hora en la que abundaron los ejemplos, risas y algunos ejercicios, el neurocirujano especializado en educación recorrió los sietepasos que responden al título de su charla, "¿Cómo hacer nuestras clases cerebralmente amigables?".

Más de un centenar de docentes, estudiantes y público interesado en la temática disfrutó de la lúdica e interactiva conferencia que, de acuerdo a la secretaria académica de la FIO Adriana Rocha, apuntó "a poder compartir temáticas de interés para los docentes universitarios, temas que nos preocupan a todos", dijo en la apertura de la conferencia. La actividad estuvo enmarcada en la primera Jornada de Innovación Educativa que se realizará el 1º de diciembre, en la que docentes presentarán diversos trabajos sobre procesos, técnicas y evaluaciones.

Roberto Rosler es neurocirujano, director del Laboratorio de Neurociencias y Educación de la Asociación Educar, docente de carreras de Medicina y experto conferencista en relaciones cognitivas y rol docente con la neuroeducación como disciplina de base. Este campo combina la pedagogía, la neurociencia y la psicología para abordar y entender los procesos tanto de enseñanza como de aprendizaje. En el marco de esta corriente, "una gran cantidad de trabajos dicen que para que el Santo Grial del docente, que es que la información que nosotros damos llegue a la memoria a largo plazo, suceda, tenemos que realizar siete pasos didácticos", explicó Rosler.

La receta

Con un tinte humorístico que caracterizó la conferencia, el médico aseguró que "antes del examen, todos los docentes le rogamos a la diosa Mnemosina, la diosa de la mitología griega de la memoria, que por favor nuestros alumnos recuerden aunque sea un poquito de todo lo que le hemos enseñado. Lo que sucede es que muchas veces no recordamos que nosotros tenemos que enseñar respetando ciertos conceptos de manera tal que nuestras enseñanzas sean cerebralmente amigables", sostuvo.

Para ello, hay siete pasos que explicó detenidamente. El primero de ellos es abrir las memorias sensoriales de los alumnos. "Cómo lograremos que nuestros alumnos recuerden lo que les enseñamos si no nos miran ni nos escuchan", preguntó ante el auditorio del SUM de la Facultad de Ingeniería. Y si de abrir los cinco sentidos se trata, hay que tener en cuenta las siguientes estrategias: atención, emoción, organizadores visuales, novedad y relevancia. "Antes de abordar un contenido, está bueno tener un organizador visual, como una buena imagen, mapas conceptuales o mentales. ¿Por qué tienen valor estas estrategias? Porque logran focalizar la atención de esos alumnos", detalló Roberto Rosler.

En cuanto a la atención, el médico bromeó: "Un principio filosófico que tengo es que un buen docente es como un pavo real ¿Cuántas veces en el aula dicen prestenmé atención? es porque no logran captarla. Hay dos modos de entrar en el aula: una en pantuflas y la otra es con botas y espuelas, de manera tal que el alumno diga 'epa, quien está entrando acá", consideró el neurocirujano. Y alentó: "el aula es una zona de contagio emocional, negativo pero también positivo. Si hacemos docencia es porque estamos apasionados, entonces entremos en el aula y contagiemos esa pasión".

La relevancia es fundamental, significa la posibilidad de conectar las enseñanzas con la vida diaria del alumno, "esto es mucho más complejo en los primeros años de la facultad que en los últimos", opinó. Todo contribuye a depositar la información en la memoria sensorial inmediata de los aprendices, y para ejemplificar, Rosler hizo un ejercicio con los presentes, en el que se abrazaron al ritmo de All you need is love, de The Beatles.

El segundo paso del sistema que postula el profesional, es hacer pensar a los alumnos. "Una vez que la información atravesó las memorias sensoriales está en algo que se denomina Memoria de Trabajo, capaz de tener más o menos siete datos durante un corto periodo de tiempo, pero en general le damos más de siete datos cada 15 ó 20 minutos. Entonces esta Memoria se atraganta y no va a entrar nada", explicó. Mientras la información está allí hay que lograr que el alumno manipule esa información, que piense. Para ello la mejor estrategia es hacer preguntas, y darles fundamentalmente silencio y tiempo para que formulen una respuesta.rosler

Lo que sigue, de acuerdo a este método derivado de la neuroeducación es recodificar. "Está totalmente prohibido exigir que el alumno aprenda de memoria. Deben autogenerar, o recodificar", explicó Rosler. "Mientras los alumnos todavía tienen sus contenidos en la Memoria de Trabajo, debemos pedirles que hagan un resumen en sus propias palabras, porque siempre recordamos mejor lo que nosotros hemos producido", sostuvo. Y graficó con una analogía sobre el lugar donde cada persona deja sus llaves en la casa: "Cada uno lo deja en un lugar que es compatible con sus propios circuitos sensoriales. Si los alumnos convierten con sus propias palabras lo que le hemos explicado ello lo harán compatible con sus propios circuitos cerebrales, y será más probable que sea recordado".

Con la cabeza en el proceso

La devolución con los asistentes fue constante y dinámica, al igual que en la primera conferencia que el Dr. Rosler dio en la FIO, en el año 2011, sobre "Un cerebro del paleolítico, alfabetizado digitalmente y aprendiendo en una Universidad premoderna". La cuarta clave para realizar una clase "cerebralmente amigable" es fortalecer y retroalimentar. "Para que entiendan lo que le hemos enseñado hay que evaluar el aprendizaje. Se llama evaluación formativa, es sin nota y requiere una rápida retroalimentación al alumno", dijo. En este sentido, expuso que "si tengo un 60 por ciento de desaprobados, el probable culpable de esto es el docente. Esta evaluación me impulsa a hacer cambios en mi estilo", consideró el docente universitario.

Sigue la práctica. "Para que lo que hemos enseñado llegue a la memoria a largo plazo se tiene que formar un circuito neuronal, es decir, conexiones entre las neuronas, llamado sinapsis", continuó el orador. "Lamentablemente, para que se formen estos circuitos hay que repetir. Pero repetir para el alumno es aburrido, por lo tanto hay que repetir en forma encubierta", indicó. En este quinto paso la información pasa de la Memoria de Trabajo a la memoria a largo plazo.

"La enseñanza es siempre un proceso incompleto. Hay algunas estrategias y múltiples carreteras a la memoria", dijo Rosler, y seguidamente contó que "en un estudio concluyeron que la media de descanso de un alumno es de 5 horas. ¿Por qué dormir es importante? Porque consolida el aprendizaje del día. Sin la fase MOR los chicos estudian una noche antes del parcial todo lo que no aprendieron antes, llenan la memoria de trabajo, aprueban, pero nunca lo llevan a la memoria a largo plazo", señaló. Y con una fuerte autocrítica consideró que hay una falla en nuestro sistema de evaluación universitaria: somos culpables porque hay falta de integración horizontal. "Le ponemos cuatro parciales la misma semana, en una universidad donde una mayoría de los estudiantes a su vez trabajan, los forzamos a ese sistema de estudio pero esto se debe terminar, también porque no hay una cultura de estudio. Muchos confiesan que el salto entre la secundaria y la universidad es abismal", agregó.

Si no se repasa, toda la información se pierde, por eso es la acción que sigue en la lista. "Con el tiempo aprendí que los conceptos se pueden repasar con canciones. Cuando vemos que hubo alumnos que no pudieron aprender, hay que volver a enseñar, con una estrategia diferente. Creo que los docentes cometemos varios asumicidios; asumimos que nuestros alumnos tienen conocimientos previos, que tienen estrategias de aprendizaje, que nos entienden y luego asumimos que saben cómo tomar un examen", estimó. Y así como hay múltiples carreteras a la memoria, hay distintas memorias, la semántica, episódica, emocional, motora, la automática. "Deberíamos aprovechar cada una de éstas", consideró el profesional

Finalmente, el último paso es la recuperación, es decir, que los alumnos sean capaces de encontrar esa información y volverla a la Memoria de Trabajo. "Nosotros aprendemos por asociación de conocimientos previos similares. Pero cuando queremos recuperar, recuperamos por diferencia. Entonces hay que darles pistas para que recuperen la información y tener mucho cuidado con las falsas memorias. El generador más común de falsas memorias es el múltiple choice", aseguró Roberto Rosler.

Como advertencia final, ante reflexiones de la ingeniera Adriana Rocha sobre los debates actuales de la educación universitaria, el médico docente expresó: "Como docente de aula siempre me pregunto qué es lo que queremos lograr. Creemos que queremos enseñarle al alumno a que se desempeñe como un profesional, o un ciudadano independiente y autónomo, entonces no sé si empezaría por el aula, empezaría por los programas, que están muy cargados por la historia de la disciplina. Lo primero que debería hacerse es cambiar el hacer currículas, programas reales, con los alumnos reales que tenemos", dijo.

A su vez, remarcó el escenario de algunas universidades que tienen departamentos de Docencia e Investigación: "Eso viene de la Antigua Prusia, donde eran todos investigadores y tenían que enseñar lo que descubrían. Pero hay veces que un brillante docente no es un brillante investigador, y viceversa. En otros lados, además de Docencia e Investigación se les suma Extensión. Hay gente que es muy buena haciendo extensión, hay gente buena haciendo docencia y otra investigación. Hay que adaptarnos a la realidad que tenemos", sostuvo.

 

CONFERENCIA COMPLETA 

  

  

 

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