El crecimiento de las ciudades obliga tarde o temprano, a revisar y rediseñar el modo en que las personas la recorren. Estos cambios, que surgen de cambios demográficos, culturales, comerciales y económicos, deben ser contemplados en la proyección civil de las urbes, para dar respuesta a cuestiones que van desde la demanda habitacional hasta situaciones de congestión vehicular como la que actualmente se atraviesa en la rotonda de las avenidas Champagnat y Pedro Luro, en la ciudad de Mar del Plata. Esta problemática abordó el reciente graduado de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN, David Díaz Maimone, en su Proyecto Final de carrera de ingeniería civil, donde analizó alternativas para regular el cruce de una de las ciudades más concurridas de la provincia bonaerense. 

De acuerdo a datos recientes de la Dirección General de Transporte de la Municipalidad de General Pueyrredón, en la rotonda marplatense por donde confluyen las rutas provinciales 2 y 88, y la ruta nacional 226, circulan cerca de 5.500 vehículos por hora. Este congestionamiento, producto del flujo vial de las rutas y de la actividad comercial de la zona, se constituye como una importante preocupación del gobierno marplatense al que pertenece el docente de la FIO Dante Galván como director de Plan Maestro de Transporte y Tránsito. El funcionario fue tutor del proyecto del reciente egresado de la FIO, denominado "Análisis y micro-simulación de las alternativas de cruce a nivel de la intersección de Avenidas Champagnat y Pedro Luro de Mar del Plata". 

"El tema fue propuesto por Dante Galván y quien fue mi cotutora, la docente Silvana Gobbi, para analizar la posibilidad de semaforizar esta intersección en Mar del Plata", explicó Díaz Maimone, que para llevar adelante su trabajo utilizó datos de la Dirección de Movilidad Urbana de aquella localidad y un software de simulación .

En busca de la fluidez

Oriundo de Necochea, ante la dificultad de radicarse en Olavarría durante los primeros años de su carrera, Díaz Maimone realizó los primeros años en la subsede UNICEN de Quequén donde se dicta el ciclo básico de las carreras que ofrece la Facultad de Ingeniería local. "Terminé el secundario con el título de Bachiller en Humanidades y Ciencias Sociales y no tenía definido qué estudiar, pero me interesaba el hecho de poder proyectar y concretar ideas en la cabeza", contó el reciente egresado, que decidió estudiar ingeniería civil a partir de un test de orientación vocacional, y concluyó sus estudios de grado con un gran aporte a la segunda ciudad más grande de la provincia de Buenos Aires.

En su trabajo final de carrera, el joven presentó tres escenarios: el actual, donde abordó la calidad del servicio; una primera propuesta que consiste en semaforizar la intersección con cuatro fases, es decir, al ser un cruce con cuatro accesos habría una fase de semáforo para cada uno; y una segunda propuesta, que consiste en "dividir" la rotonda para llevar las fases a tres, con calles dentro de la rotonda para disminuir movimientos.

La ingeniería civil utiliza diversos niveles con parámetros específicos para medir la eficiencia de los servicios de obra. "Hoy en día el nivel de servicio en ese cruce es E", explicó David Díaz Maimone, "entonces se proyecta instalar un semáforo para que el nivel mejore pero, como la fluidez es un parámetro, si un semáforo te demora el paso, el nivel del servicio disminuye", destacó en relación a la complejidad del análisis. "Tuve que investigar mucho y aprender a utilizar un programa que se llama Sryncho que te permite microsimular la semaforización de la intersección. Ese programa me permitió observar cómo sería el flujo de vehículos actual al instalar un semáforo, si se generaría congestión, el largo de las colas", detalló el egresado.

La rotonda ubicada en el cruce de las avenidas Champagnat y Pedro Luro es un punto de conjunción de arterias viales muy transitadas (como lo son las rutas), y al ser uno de los accesos a la ciudad balnearia, el interés por encontrar una solución al congestionamiento vehicular es prácticamente regional. Pero la instalación de un semáforo también plantea dificultades, ya que a 500 metros del cruce hay un paso a nivel y los vehículos quedarían retenidos sobre las vías a la espera de la luz verde. "En la primera propuesta, la calidad del servicio empeora, y esta es una de las razones. En la segunda, el servicio mejoraría pero no tanto como para justificar la inversión", explicó. "Entonces lo que propuse, en este sentido, es realizar un análisis sobre la posibilidad de hacer un puente, que puede ser otro tema de tesis para otro estudiante", sugirió el joven.

Con todo, el aporte de David Díaz Maimone refleja el compromiso de la Facultad de Ingeniería, a la hora de formar profesionales inmersos en las problemáticas actuales, que contribuyen al desarrollo tecnológico y social, no sólo de la ciudad de Olavarría, sino en toda la región.