renovar destEl centro de la región bonaerense no tiene los vientos intensos de Chubut ni el sol radiante de San Juan, pero su potencial para las energías renovables es superior al de Alemania, líder mundial en el uso de energías limpias. Sin embargo, un buen lugar en el mundo no alcanza. Hay conciencias que necesitan ponerse en movimiento. Aún con valiosas pretensiones, todavía hay un largo camino para poder aprovechar esa energía latente, invisible, desperdiciada en el tiempo.
Un nuevo punto de partida en ese camino lo marcó días pasados el gobierno argentino, cuando lanzó el Plan Nacional de Energías Renovables (RenovAR), que apunta a la generación de energías verdes para sumarlas a la oferta eléctrica del país. Se busca la incorporación de 1000 megavatios divididos de la siguiente manera: 600 megavatios eólicos, 300 MW solares, 65 MW de biomasa, otros 20 de pequeños aprovechamientos hidroeléctricos, y 15 de biogás. Las experiencias del anterior gobierno, programas Genren (Generación de Fuentes Renovables) I y II, más el PERMER (Programa de Energías Renovables en Mercados Rurales), no fueron todo lo exitosas que prometían. La meta era que en 2016 el 8% de la generación eléctrica sea renovable, pero apenas hoy llega al 1,8%. Las nuevas metas prevén alcanzar un 4,5% en 2019 y 20% en 2025, equivalente a 10.000 megavatios.
En un nuevo escenario verde, la incógnita es si verdaderamente se trata de un cambio en la matriz energética del país, ya que hay mucho por hacer. En un sistema de desarrollo superador, estas energías generarían una inmensa estructura socioproductiva con pymes de servicios, instalaciones y mantenimiento, repuestos y nuevas tecnologías, con más fuentes de trabajo. Justamente, el potencial de Olavarría estaría concentrado en el circuito asociado a las energías renovables, por su perfil emprendedor y de innovación, por los recursos humanos generales y calificados que tiene, y porque desde el ámbito universitario ya se ha demostrado, con proyectos y con experiencias concretas, y con expertos en la temática, que es posible sustituir las energías tradicionales, tanto para la industria como para los domicilios.

Energía democrática

Marcelo Spina, decano de la Facultad de Ingeniería de Olavarría, es uno de los referentes locales en energía solar. "Cada sector del país tiene un recurso renovable conocido, y el centro de la provincia tiene un recurso solar fotovoltaico más que suficiente para la generación de plantas solares que generen energía para la red", sostuvo.
Ingeniería tiene desde el año pasado una estación solar fotovoltaica instalada en el Complejo Universitario. La energía que genera es inyectada a la red convencional, y es capaz de abastecer la demanda del edificio principal de la Facultad. "Demostramos con éxito que es una energía confiable y predecible. Sin embargo, todavía no está reglamentada la ley de Generación Distribuida que fija las condiciones para que los medianos y pequeños usuarios que generen energía renovable se conecten a la red principal. "Como el Complejo consume varias veces más de lo que se está generando, esto es autoconsumo. Si nosotros generáramos un excedente, porque ampliamos la cantidad de paneles, ese excedente podría estar disponible, no sólo para el autoconsumo, sino para la red, conectado al resto de los vecinos. Y por lo tanto tendría que haber alguien que lo compre y que haga una transacción comercial con esa red. Esa parte permite generar más cosas que la energía misma, alienta un circuito económico interesante, toda la electrónica asociada, instaladores matriculados, proyectistas, el diseño estructural, varios actores económicos que le dan valor agregado a nuevas empresas, son fuentes de trabajo diferentes, y de alta calificación", explicó el decano.
Como organización universitaria –indicó- estamos trabajando para que todos los sistemas de energías renovables puedan ser desarrollados, fabricados, y aplicados en la región.
Ingeniería tiene otras aplicaciones reales que están en el camino de las energías renovables. En sus laboratorios se desarrolló la primera planta de captura de biogás del país, que actualmente está instalada en el relleno sanitario de Olavarría; en varios de sus edificios tiene colectores solares térmicos; en torno a la movilidad sustentable fabricó los vehículos eléctricos Pampa Solar para una competencia, y está en fase de desarrollo una versión urbana. "Con estas experiencias se genera divulgación y con eso concientización, y con esto más confianza en los sistemas", subrayó Spina.

Energía estratégica

Otro de los referentes locales con influencia mundial en asuntos de cambio climático es el docente e investigador de la FIO, Gabriel Blanco, quien destacó las posibilidades del plan RenovAR, aunque advirtió que "es una oportunidad para hacer algo mejor".
"El gran problema es que nuestra energía depende casi en su totalidad del petróleo y el gas natural. Y se están terminando. Entonces hay que producir con recursos renovables: podés hacerlo de forma concentrada, con grandes empresas extranjeras que instalen los equipos; o de otra manera que es abriendo el juego a empresas más chicas, locales, que generen más trabajo a nivel regional, con producción de tecnología, mantenimiento, cadena de proveedores, una gran variedad de cosas asociadas que le den valor al sistema. Esa transición todavía no la veo en este programa, y es una oportunidad para hacer algo mejor con nuestra matriz energética", subrayó.
Blanco participó hace varios años de las evaluaciones del potencial energético renovable de Olavarría. "En energía solar estamos bien, tenemos buena radiación y se puede determinar con exactitud. En energía eólica el viento es bueno, no el mejor de la provincia que se ubica en la costa sur, pero es bueno, hicimos mediciones y es aceptable su potencial para la instalación de determinados equipos". Para esta zona se puede pensar en pequeños generadores, que podrían tener aplicaciones en bombeo de agua, iluminación, y también domiciliaria.


En el ámbito del viento, dos ingenieros de la FIO diseñaron un generador no tradicional de energía eólica, que tiene la capacidad de generar electricidad a partir de la energía almacenada en imanes permanentes. Cristian Ruschetti y Carlos Verucchi desarrollaron este innovador dispositivo, que se instaló en 2012 en un molino eólico que actualmente alimenta al Parque Industrial de Neuquén.
Otra alternativa es la bioenergía, que aprovecha la materia orgánica e industrial, y sus formas más conocidas son los biocombustibles, el biogás, y la biomasa. "En nuestra región se puede generar energía a partir de residuos de actividades extensivas como el agro, más intensivas como la cría de pollos y feedlot, o de residuos industriales o urbanos. También se puede pensar en cultivos destinados específicamente a la producción de bioenergía, por ejemplo la colza, para producir biocombustibles", repasa el experto en cambio climático. Sin embargo advierte que "es más complicado, hay mucha diversidad y requiere de estructuras que están poco desarrolladas", agregó.
En esta alternativa, desde hace años trabaja en la FIO la ingeniera Estela Santalla, con amplia trayectoria en la gestión y tratamiento de residuos orgánicos y agroindustriales. Santalla reveló que el centro bonaerense puede generar energía "a partir de la actividad de la industria alimenticia, frigoríficos, la ganadería, los tambos, la industria cementera, se generan muchos residuos que se pueden usar", detalló. Además, "se pueden fomentar cultivos que sean beneficiosos para zonas que han sufrido desertificación, que renuevan la tierra, y que puede transformarse en biocombustibles".
"Cuando les empiecen a cobrar a las empresas por los residuos que producen, ahí van a pensar seriamente en su gestión", advirtió. La ingeniera piensa en un tremendo potencial de materia prima aprovechable para obtener energía, que no sólo no se usa sino que perjudica al ambiente. En la práctica, piensa en modelos de negocios, en la asociación entre productores para producir bioenergía, donde surjan servicios de mantenimiento, tecnología local, nuevos recursos humanos. "En la Facultad tenemos la experiencia del conocimiento, de saber cómo se hace, del intercambio sobre lo que han hecho otros países", aseveró.

El sol, el viento, los residuos. Olavarría tiene un gran potencial para generar y usar energías renovables. Tiene en la universidad un camino recorrido de experiencia científica y técnica, con proyectos probados que demuestran su eficacia. Tiene un gran caudal de emprendedores dispuestos a generar nuevas empresas y más empleo. Y tiene el gran desafío de ser el motor regional de un nuevo modelo energético nacional.

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