Con más de 40 años de docencia en su cuerpo, a mediados de 2016, el ingeniero Raúl Rikal se jubiló de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN. Con humor alegre y tranquilo, sostuvo que “es tiempo de dejarle espacio a los más jóvenes”. Rikal comenzó a estudiar en el Instituto Universitario de Olavarría en 1972, a dos años de su puesta en marcha, y se recibió en 1980 de ingeniero industrial.

“Las carreras antes eran un poco más largas”, destacó, a la vez que contó que al recibirse comenzó a trabajar en una cementera en Sierras Bayas, “lo que era Cementos San Martín, después estuve un tiempo en Cerro Negro”. Ya en el año 1982, a poco de obtener su título se sumó como ayudante en la materia “Elementos de Máquina”, actualmente denominada “Mecánica Aplicada”. El docente recuerda su paso por la Facultad de Ingeniería como “algo hermoso. Uno se pone a recorrer y recuerda los profesores, la gente con la que trabajó tantos años y hay amistad por todos lados”, sostuvo.

Rikal entiende así, que si bien “se terminó una etapa, hay que tratar de mantener un contacto, para ver si puede aportar algo, no cortarlo. Son más de 40 años acá”, remarcó. Durante los primeros años, el Instituto Universitario de Olavarría formó a sus estudiantes a través de los comúnmente denominados profesores viajeros, “porque cuando abrió el Instituto no había para cubrir la demanda así que teníamos docentes de Bahía Blanca, Buenos Aires y después bueno, nos fuimos formando. Luego la presencia de la gente de afuera fue cada vez menos”, recordó quien comenzó su tarea docente al regreso de la democracia. “Con el correr del tiempo, dejé el trabajo industrial y me quedé en la FIO como docente”, agregó.

Para Raúl Rikal, “termina una etapa y arranca otra. Siempre hay algo para hacer”, refirió a su tiempo libre. “Ahora voy a ser abuelo y uno siempre tiene cosas que no hace por falta de tiempo, ahora voy a tenerlo. Me podría haber quedado un poquito más, pero hay gente joven que viene con más empuje y hay que darle lugar a ellos”, sostuvo finalmente.