colom dest“Yo los convoqué a que decidieran si respaldaban o no el acuerdo para la terminación del conflicto con las FARC, y la mayoría ha dicho que no”. Con esas palabras el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos anunciaba un hecho trascendental para su país. A 7 mil kilómetros, desde Olavarría, Sebastián Torres Espinosa seguía los sucesos con gran congoja. “La violencia no acaba la violencia, no la corta de raíz. Debe haber otra forma de solucionarlo, ya son más de 50 años intentando acabar la violencia”, contó el joven de 22 años que a través de un programa de movilidad estudiantil, llegó a la Facultad de Ingeniería de la UNICEN.

Estudiante de la Escuela Colombiana de Ingeniería “Julio Garavito”, Torres Espinosa se quedará en suelo argentino hasta diciembre. De esta manera, un interesante ciclo 2017 se completa con su llegada a través del Programa MACA “Movilidad académica Colombia-Argentina”, ya que un estudiante de la FIO pasó la primera parte del año en el país cafetero.

Ya instalado en Olavarría junto a otros estudiantes de Ingeniería, algunos de ellos también extranjeros, siguió el plesbicitocolom por el Acuerdo de Paz entre el gobierno colombiano y las FARC. “Con guerra no ha funcionado terminar el conflicto, entonces debe haber una manera diferente”, sostuvo el joven. “Irónicamente, los pueblos que más sufrieron el conflicto son en los que ganó el sí. En cambio las que votaron por el no, tal vez no lo vivieron de cerca”, dijo Torres Espinosa, que trata de estar lo mejor informado posible sobre las dos corrientes principales del tema. “Hay que esperar a ver qué pasa”, subrayó.

Similitudes y diferencias

En su Bogotá natal, Sebastián estudia ingeniería mecánica, por lo que su estancia de estudio en la FIO contempla la cursada de algunas materias de ingeniería electromecánica y otras de ingeniería industrial. Respecto a ambas instituciones, opinó que (la unidad académica local) “al ser una universidad pública es más autónoma. En cuanto a las clases, el trato profesor alumno es diferente. Allá al profesor se lo trata de usted, acá por el nombre de pila, eso me costó mucho. Si bien la de Bogotá es una facultad grande, me gusta de la FIO el trato personalizado, y es muy tranquila”.

Hace años ya que la Facultad de Ingeniería sostiene como política institucional la movilidad estudiantil y académica, a través del área de Relaciones Internacionales; y, particularmente con Colombia, se ha fortalecido el vínculo tras una vinculación que se fortaleció el año pasado. En este sentido, jóvenes de diferentes partes del mundo realizan instancias de investigación, prácticas académicas y cursan diferentes asignaturas con el fin de formarse profesionalmente y conocer una nueva cultura. Actualmente, en los pasillos de la FIO hay también estudiantes de Brasil, Alemania y México.

Sobre la ciudad, Sebastián Torres Espinosa, consideró que “Olavarría me parece muy tranquilo. Yo vengo de Bogotá, que tiene 8 millones de habitantes, entonces para ir a la Universidad tengo mínimo 40 minutos, acá en la mitad del tiempo ya estoy. Además, la gente es muy amable, puedo ir a una tienda un día y ya paso al otro día y me saludan, me preguntan, los profes me llevan a la casa, el trato es muy bueno”, contó el estudiante.

Ante la pregunta de rigor, si le gustó o no el mate, Torres Espinosa contó que al principio no le gustó mucho, “pero luego con la costumbre, y al significar algo como amistad, reunión, obviamente que ahora estoy tomando un poco. Se me hizo extraño que en clase el profesor parara la clase para cargar agua o buscar yerba”. ¿Extraña algo su país? “Tal vez un poco la comida y todo eso, pero yo pienso que si uno está en otro país tiene que borrar y empezar de cero y probar todo. Y todo me ha gustado, especialmente la carne, me encanta”, concluyó.

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