La Ingeniería Industrial es una carrera que, por joven, constantemente debe abrirse camino con audacia e ingenio. Esto se agudiza para los investigadores de esa especialidad, necesitados de encontrar referentes para asentar sus incipientes trabajos.
Los Ingenieros de la FIO Claudia Rohvein, Geraldina Roark y Franco Chiodi llevan adelante un proyecto de investigación, junto con otros docentes del Departamento de Ingeniería Industrial, orientado a desarrollar mejoras en la alineación entre la madurez de la medición de desempeño y el sistema de gestión en PYMES industriales. Pero uno de los inconvenientes con que tropezaron, fue la baja cantidad de referentes en el país. Obligadamente, debieron posar sus ojos en el exterior.
Así lograron conocer que, no tan lejos, en la Universidad Federal de Sao Carlos, Brasil, un investigador estaba llevando adelante algo que podía resultar de utilidad.

Tendiendo redes

“Nos presentamos en un Programa del Ministerio de Educación, a través de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), que prevé la salida de docentes argentinos para formar redes con universidades de distintos países, buscando que estas tengan un grado de conocimiento importante en áreas disciplinares que sean relevantes para el desarrollo del país”, explica Geraldina Roark. De ese modo, el grupo de la FIO consiguió vincularse con sus pares brasileros, financiados por un programa con alcances muy genéricos.
Tanto la Ingeniería como la especialización Industrial, figuran entre los polos prioritarios para Argentina, lo que facilitó la aceptación de la propuesta olavarriense. El conjunto de Universidades argentinas que están incluidos en esta red, además de la UNICEN, se completa con la Universidad de General Sarmiento, y la UTN San Nicolás, además de otras tres brasileras.
“Conseguimos los contactos años atrás”, explica Franco Chiodi, quien es Investigador Externo en el Proyecto de Investigación de la FIO. “De hecho, nuestro proyecto está construido en conjunto con los pares de Brasil, porque buscamos que la temática a abordar fuera de interés común”. Aprovechando los Programas financiados por la SPU, los docentes pudieron viajar a Brasil en lo que significó un antecedente de la edición 2016. A su vez, el Dr. Roberto Martins, de la Universidad de Sao Carlos, pudo venir a Argentina en 2015 a dar un curso para los incipientes investigadores locales.

Paso a paso

“Ese fue el embrión”, relata Claudia Rohvein, “porque los equipos de investigación se conformaron a partir de esa movida, y las líneas temáticas también desprenden de esos encuentros”.
Ese proyecto, así como el objetivo, el campo de aplicación y la metodología, fue aprobado en diciembre de 2015 a través del Programa de Incentivos Docentes. La Directora es la Ing. Silvia Urrutia, y tiene la ayuda clave de dos estudiantes de Ingenierías Industrial, en condición de becarios: Paula Bertolli y Gabriel Páez, que aportaron la base para ir a Brasil con mucho y valioso material.
“Lo de Brasil superó nuestras expectativas, largamente”, sostienen en conjunto. “Cuando llegamos, el Dr. Martins nos decía que le estaba faltando algo para armar el modelo... Entonces le dijimos que teníamos material de dos autores, Hammer y Fisher, y le encantó. Ahí sentimos que estábamos haciendo un gran aporte, poniéndole un pilar a la idea que él traía. Martins es muy humilde, pero mientras estuvimos allá siempre decía ‘con estos investigadores argentinos, logramos en cuatro días lo que no pude lograr en dos o tres años con becarios’. Eso era muy reconfortante...”.

La madurez

En concreto, el trabajo que se buscaba en esta visita, era conseguir un modelo que evaluara el grado de alineación de la madurez de los sistemas de gestión, con la madurez de los sistemas de medición de desempeño. Ese modelo va a ser el punto de partida, para aplicar en PYMES del sector metalmecánica, y así después generar un Plan de Acción que permita mejoras de ambos sistemas. Finalmente se persigue que las empresas dispongan de más y mejores herramientas para la toma de decisiones.
Cuenta Claudia que “llevamos ambos sistemas analizados por separado, y en Sao Carlos logramos lo que llamaban emparejamiento o matcheo, que después acá terminamos llamando alineamiento...”.
“En esa semana dimos un salto cualitativo, porque salimos de Argentina con una revisión bibliográfica, y volvimos con una metodología, con un modelo armado. Ya ha quedado definido prácticamente todo, las entrevistas, cómo lo vamos a cuantificar”, agrega Franco. “Ahora nos queda la aplicación, además de que tenemos que publicar porque así son los procesos de investigación. Igual, ya definimos hasta el cronograma de publicaciones de acá a dos años”.

La alegría no es sólo brasilera

Entre risas y recuerdos, Geraldina Roark explica una de las fotos que se trajeron del Estado de Sao Paulo. “Si mirás la foto, estamos con unos papeles en la mano, muy sonrientes. Retratamos justo el momento en el que acabábamos de escribir el plan completo, y estábamos todos, incluidos los brasileros, muy entusiasmados”.
“Volvimos muy incentivados, el viaje ha sido muy rico en lo operativo, pero además muy inspirador. En el viaje de regreso no parábamos de hablar sobre todo lo que íbamos a hacer al llegar”, cuenta el grupo.
Por otro lado, y aprovechando la visita, los embajadores de la FIO se contactaron con el Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad brasilera. Y de ese contacto, como un derrame de un Convenio marco de cooperación recíproca que está a poco de ser rubricado, surgieron dos propuestas para estudiantes argentinos: una para investigar en Brasil, y otra para estudiar algunas materias específicas en aquel país.
Corazón repicando, cerebros llenos de ideas, y mucho trabajo por delante. Un Brasil alejado de sus bondades clásicas, pero que le dio de comer al entusiasmo de Claudia, Geraldina y Franco. Y, en consecuencia, a todo un Departamento de Ingeniería Industrial que los esperaba sediento de novedades...