Formación docente trabaja en la aplicación de aulas virtuales para la enseñanza.

 

El grupo EduCom está encargado de la plataforma Moodle

Durante el segunda cuatrimestre un equipo del Departamento de Formación Docente desarrolló un curso sobre “Cómo pensar un curso para el aula virtual”, con el objetivo de instruir en el diseño y el desarrollo de espacios en la plataforma Moodle, y aprovechar las potencialidades didácticas de esta herramienta.
“En primer lugar, siempre hacemos hincapié en que hay que trabajar en equipo, porque uno aprende a utilizar una herramienta, y aparecen 25 más, pero sobre todo, porque creemos que la docencia se hace en equipo”, explicó la docente Dra. Adriana Rocha, que dictó la capacitación junto a Mg. Cristina Iturralde, Mg. Ana Fuhr Stoessel y Ing. Giselle Portela.
Esta edición tuvo 20 asistentes, uno de ellos es docente de escuela secundaria, el resto, todos de la FIO. Como resultado, se armaron 9 aulas virtuales nuevas. Se dictaron contenidos generales de qué se entiende por enseñar, aprender “y por ver cómo esa idea se pone en juego en un aula; cuáles son las variables que aparecen y una de ellas es la comunicacional. A partir de ahí acordamos un significado de aula y en particular de aula virtual”, señaló Rocha. “Hay una cuestión comunicacional fundamental, no solo entre personas, sino con la información, con lo que se puede producir en el intercambio”, contó. “El aula no es algo que tiene un montón de cosas, es un espacio tiempo donde interactuando generás cambios que se traducen en términos de aprendizaje”, agregó.
Dividido en tres módulos, se abordó el uso de las TIC en la formación de grado; criterios didácticos-tecnológicos para la selección de recursos y diseño del curso, y la gestión y administración de un curso. “El hecho de poder contar con un aula virtual, en términos de educación a distancia se ve claramente, pero en términos de cualquier formato educativo, el aula virtual te amplia ese espacio tiempo entre estudiantes, entre docentes y estudiantes, con el contenido”, enumeró. “Lo amplia en varios sentidos, no solo porque alarga el tiempo y el espacio, sino también porque amplía las posibilidades de aprender otras cosas en esa interacción con la tecnología, en esos formatos distintos de comunicación y por ahí generar hasta otras situaciones, contextos que tienen una riqueza diferente a la del aula física”, dijo la docente.
“Además de resolver otras situaciones, cuando vos pensás un estudiante de último año de las ingenierías que está haciendo por ejemplo, una pasantía en Bolívar, y deja de venir a clase, deja de tener contacto, si vos pensás una alternativa bimodal para ese curso de quinto año podés tener contenidos para los estudiantes que pueden venir a clase y los que no. Y pueden interactuar entre ellos, generando, haciendo actividades cooperativas”, ejemplificó.
Finalmente, Rocha explicó que “la idea es que el aula potencie la comunicación, no la achique, por eso partimos de la base que si bien la docencia tiene objetivos específicos, siempre se pretende que el docente esté activo y atento a los diferentes momentos, si un estudiante no participa en los foros, no hace las actividades. Cuando uno piensa el aula virtual como una alternativa concreta, es necesario pensar en un equipo de trabajo, porque es mucho más trabajo para el docente seguir el aprendizaje cuando trabajas en una alternativa virtual, pero es más efectivo”, y consideró: “A veces en el aula física el estudiante es un todo, pero cuando te sentás de este lado de la máquina y pensás que le pasa a cada uno ahí los reconoces como individuos y es ahí donde aparece la problemática de cómo reorientarlo, etc. Desde esa postura del docente planteamos las aulas virtuales”. El curso volverá a replicarse como parte de las propuestas de capacitación del área y se proyecta que sean en modalidad presencial pero también a distancia.