Actualidad

El ingeniero Raymond Brinks brinda su punto de vista sobre la educación universitaria argentina.

 brinks

 

• 25 de abril

 

Hace ya varios años que el ingeniero Raymond Brinks regresó a la Argentina, tras estar radicado en Estados Unidos, donde estudió en la Universidad de Michigan y trabajó en empresas tecnológicas. Como docente del Departamento de Ingeniería Electromecánica de la Facultad de Ingeniería, el especialista realizó un análisis de las diferencias entre ambos sistemas educativos.


“En Michigan, la Universidad tenía 50 mil estudiantes. Solo en ingeniería electrónica éramos 1800 alumnos”, señaló el profesional que luego hizo un posgrado en Arizona. Acá, en la FIO, con una matrícula total de alrededor de 1400 estudiantes, la escala funciona de otra manera, con más cercanía y personalización del alumno.


Con dos años de docencia en Ingeniería, Brinks toma varios puntos de análisis. El contraste más grande es el ingreso. Mientras en Argentina no hay exámenes eliminatorios, en el país norteamericano los jóvenes deben prepararse y sumar “créditos” para poder acceder a ciertas instituciones. Por ejemplo, “la Universidad de Stanford tuvo 144 mil peticiones y el 95 por ciento quedó afuera”, indicó. Otra de las grandes diferencias son los costos. En nuestro país la Universidad es gratuita y el Estado provee becas, costos reducidos en transporte, etc, pero estudiar en una institución como la Universidad del Sur de California tiene un costo anual de 72 mil dólares. “Hay algunas más baratas, otras más costosas. Esto genera que el estudiante quiera y se prepare para ir a la facultad”, dijo, “incentivado, preparado para entrar y salir en cuatro años. De todas maneras si realmente no lo podes pagar, existen programas de becas”, añadió el olavarriense que cursó sus estudios secundarios en la Escuela Normal.
El plano del desempeño docente también es diferente. “Allá tienen un comité de revisión que evalúa el desempeño docente, su capacitación y estudios. Si la facultad tiene orientaciones en investigación, toman como criterio sobre qué investigaste o publicaste”, relató. En cuanto a los salarios, admitió que en ambas latitudes son bajos, “pretendemos que salga lo mejor de lo mejor, pagando lo peor”, reflexionó Brinks.

brinks 1
En este sentido expresó: “No somos ingenieros docentes, somos docentes ingenieros y hay una doble imposición. Obviamente debemos saber el tema pero también tenés que saber de docencia. Si tengo un tipo de concepto que quiero transmitir, tengo que ser un profesional de la docencia”, y sostuvo que habría que ajustar la forma de dar la clase mínimo a tema por tema. “Uno de los fundamentos de una docencia eficaz es tener profesionales de la educación tanto como profesionales del oficio”, aseveró el docente que da el curso “El arte de la ingeniería”, y se desempeña en la cátedra Electrónica Analógica y Digital.

 

 

 

facefio
twfio
youtubefio
instagramfio