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El especialista Víctor Kowalski brindó un taller sobre formación por competencias en el IPECyT.

 

ingreso18


• 22 de mayo de 2018

 

La Facultad de Ingeniería fue sede organizadora de las VI Jornadas Nacionales y II Latinoamericanas de Ingreso y Permanencia en Carreras Científico-Tecnológicas, que durante 3 días reunió a especialistas nacionales e internacionales de la temática. Uno de ellos, el docente de la Universidad de Misiones, Mg. Víctor Kowalski, brindó el taller “Formación por competencias ¿mito o mejora académica?”, y habló sobre esta nueva línea en la enseñanza de las ingenierías.


La formación por competencias “es un modelo educativo que se viene impulsando desde el año 2000. Hay muchas experiencias en países latinoamericanos y en Argentina en particular, hay experiencias individuales pero ahora el Consejo Federa de Decanos de Ingeniería (CONFEDI) ha tomado la decisión de que los nuevos estándares para acreditar las carreras de ingeniería sea la acreditación por competencias”, explicó el ingeniero industrial. “Implica poner el foco no tanto en los contenidos, las cosas que se enseñan, sino en lo que es capaz de hacer el alumno o el egresado con esos contenidos. Poner el foco en que sea competente para ciertas capacidades previstas que se formen a lo largo de la carrera”, agregó.


Respecto a la dinámica entre docentes y estudiantes en esta línea, Kowalski sostuvo que el modelo implica centrar el aprendizaje en el estudiante “y no tanto en el profesor monologuista que transmite y transmite cosas, pero después no logra que el alumno cumpla con determinados objetivos”, reflexionó.


De todas maneras, el docente aclaró: “No es que hoy no se desarrollan, lo hacen pero no de forma sistemática. Sobre todo un grupo de competencias que es la que está demandando la sociedad”, y repasó algunas. “Las hay genéricas, comunes a todas las ingenierías, competencias tecnológicas y otras que se llaman sociales, políticas y actitudinarias. Este último grupo, se les suele llamar competencias blandas, o soft skills en inglés. Son las competencias para la comunicación, el trabajo en equipo, para ser emprendedores, para actuar con ética y responsabilidad frente a la sociedad”, señaló. Son competencias que actualmente se forman de forma aleatoria no sistemática, algunos docentes las impulsan otros no y lo que se quiere ahora es un modelo que permita asegurar que esas competencias se estén formando, que se pueda certificar al final de la carrera que un egresado es competente para el trabajo en equipo, es autónomo, etcétera –subrayó Kowalski.


El estudiante argentino de ingeniería

La educación por competencia atraviesa a la ingeniería en todos los niveles y es por esto que la red organizadora de las Jornadas incorporó el tema en modo taller. “La problemática del ingresante es múltiple y compleja, particularmente en Argentina. Desde los problemas socioeconómicos hasta los problemas del cambio de un modelo educativo que tiene la enseñanza media a otro cambio radical y brusco. Enfrentarse a un sistema educativo completamente distinto al que tenía, problemas de desarraigo, muchos problemas que enfrenta alguien que pasa de un sistema a otro”, explicó Víctor Kowalski. “Y además tenemos el componente de la masividad. No tenemos cupo como en otros países y de ninguna manera estoy defendiendo el cupo. Pero bueno, trabajamos con una población de alto riesgo académico, una población muy grande. Es aquí donde el modelo por competencias busca proveer herramientas para trabajar en ciclo básico, motivar a los ingresantes y que no se encuentren con cosas que los desmotive”, definió.


Víctor Kowalski fue secretario académico de la Facultad de Ingeniería de la UNaM y fue uno de los impulsores de la Red Argentina de Sistemas de Tutorías en Carreras de Ingeniería y Afines (RASTIA). “Los jóvenes que inician una carrera universitaria hacen un salto muy complejo. A veces se deben alejar de la familia, empiezan a armar su proyecto de vida. Lo importante es que desde las Universidades se realicen actividades para acompañar. Hemos fundado la RASTIA, fui coordinador y conozco la problemática, que va cambiando porque las generaciones van cambiando. Siempre hay búsqueda de nuevas alternativas y soluciones. No hay una solución única y estática para siempre”, aseguró. kowalskiEn relación a la complejidad que podrían suponer las carreras del espectro científico-tecnológico, el especialista afirmó que nada es difícil para nadie, “pero si uno no tiene una conexión o una motivación sí puede haber problemas. Ahí hay una responsabilidad para el docente, no perder a ese estudiante que venía con intenciones de conectarse con una determinada rama y correrlo de la Facultad por la forma que encaramos la enseñanza.

 

Si pensamos en el alumno como éramos nosotros hace 30 años atrás, estamos errando en la forma de trabajo. El alumno de 1º año tiene ese problema y el de qinto también, hay que contenerlos”, sostuvo el ingeniero, y concluyó: “Lo que pasa que con el correr de los años, los alumnos saben cómo es el juego, son supervivientes del sistema. Yo les llamo, a los jóvenes de cuarto y quinto año, alumnos ‘a pesar de’. Ellos se van a recibir a pesar de nosotros, encontraron los mecanismos para aprender de forma autónoma. Entonces no va a depender del profesor si ellos se reciban o no. Deberían, para que le podamos ofrecer una mejor enseñanza, pero el que llega ahí es un superviviente del sistema”, subrayó.


Las jornadas IPECyT se centraron en socializar experiencias en cátedras, investigaciones, avances académicos y políticos sobre los esfuerzos educativos de acompañar a estudiantes que deciden transitar carreras de la rama científica-tecnológica como lo son las ingenierías. En total se presentaron 180 trabajos, firmados por más de 400 autores de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y México, de los cuales fueron aceptados 150. Y se acercaron a Olavarría, 180 expositores a dar a conocer personalmente los contenidos.

 

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