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Especialistas de la Universidad de Córdoba (España) realizaron una estancia de investigación en laboratorios de la FIO.

 

 

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Los licenciados Javier Luis Hungría Estévez y Pedro Márquez García en la FIO

 

• 01 de agosto de 2018

 

Investigadores españoles realizaron una estancia de investigación en la Facultad de Ingeniería, donde analizaron el aprovechamiento de residuos para la producción de biomasa. Se trata de los licenciados en ciencias ambientales de la Universidad de Córdoba (Andalucía) Javier Luis Hungría Estévez y Pedro Márquez García, quienes avanzaron en su doctorado en el CTAE (Centro de Tecnologías Ambientales y Energías) de la FIO.


Los especialistas llegaron a la unidad académica de la UNICEN como parte de su formación doctoral en Ingeniería Química. “Para la mención internacional es requisito hacer alguna estancia fuera del país, en un lugar con cierto reconocimiento en el campo científico. Dentro de las propuestas en América Latina, puntualmente en Argentina encontramos el CTAE y nos pusimos en contacto”, explicó Javier, que además ha pasado por universidades de Polonia, Bélgica y Estados Unidos.


Todo suma


Bajo la dirección de la Mg. Estela Santalla y Dra. Verónica Córdoba, los investigadores contribuyeron con el proyecto “Factores de emisión de gases de efecto invernadero en bioenergía y transporte”. Particularmente, se centraron en evaluar la factibilidad bioenergética de los lodos de las plantas depuradoras. En el caso de Javier, se trabajó con la planta depuradora de líquidos cloacales que administra Coopelectric. “Nuestro grupo venía haciendo ensayos, estudios, y se incorporaron a ello”, contó la investigadora Estela Santalla.


Pedro, por su parte, junto a Verónica Córdoba apuntó a la determinación de compuestos volátiles en compost. “Para esto recurrimos a la asistencia del Laboratorio de Servicios Químicos y Ambientales”, resaltó Córdoba. “Pudimos medir metano y haciendo algún trabajo de comparación estamos encontrando valores similares a otras mediciones que no se hicieron por cromatógrafo. Lo que está haciendo Javier, Pedro lo mide de otra manera”, explicó Córdoba.

 

españoles

Lic. Micaela Magariño, Dra. Verónica Córdoba, Pedro, Javier y la Mg. Estela Santalla en el Laboratorio de Servicios Químicos y Ambientales.


Para las investigadoras, fue una grata sorpresa porque hubo un lenguaje común, el científico. “Fue una linda experiencia y creemos que deberíamos sostener estas movilidades y estadías y sean mutuas. Más allá de lo que es el intercambio, hay una transferencia socio cultural de cuestiones que se comparten”, sostuvieron.


El vasto campo de la química ambiental


La estancia fue de tres meses. A mediados de julio los españoles partieron para otros destinos turísticos de la Argentina y Latinoamérica antes de volver a su tierra natal. Pero a pesar de ser relativamente corto su paso por la FIO, la experiencia fue realmente destacable. “Fue prolífica”, definió Santalla. “Pudimos escribir un artículo en conjunto y queda más para escribir. Hemos coincidido muy bien en cuanto a metodología, forma de trabajo y si bien es común ese lenguaje científico, no viene mal verificarlo. Para el grupo es muy bueno que venga gente, que articulemos, nos hace crecer”, agregó.


Originalmente, el campo de trabajo de Javier es el aprovechamiento de residuos de subproductos de la industria vitivinícola, “he hecho compostaje con residuos sólidos urbanos, tratamiento de compuestos odoríferos (olorosos), y me he especializado en digestión anaeróbica (proceso en el cual microorganismos descomponen material biodegradable en ausencia de oxígeno y genera diversos gases). La idea es que se pueda aprovechar el residuo de esta industria en cualquier campo, darle otro fin del que normalmente tiene, que es el desecho”, contó el joven, que pudo articular su trabajo en los laboratorios de la Facultad de Ingeniería.


Pedro, por su parte, eligió como tema de doctorado el control y cuantificación de compuestos odoríferos en centros de gestión de residuos, por ejemplo, centros de compostaje, plantas depuradoras de aguas residuales, etc. “Lo que intentamos esclarecer es una relación existente entre los compuestos que allí se emiten, cómo se pueden cuantificar y de qué manera afecta al ser humano y su entorno. Es decir, una relación entre la composición química de una muestra gaseosa y la concentración del olor que se emite al medio, ya que el olor es una de las quejas más frecuentes que rodean este tipo de lugares”, sostuvo.


En cuanto a la experiencia, ambos investigadores destacaron la calidad humana y el recibimiento de la comunidad de la Facultad de Ingeniería. “Un 10 sobre 10, tanto dentro de la universidad como fuera. Nunca habíamos estado en Argentina, siempre escuchamos hablar estereotipos, pero nos han abierto las puertas de sus casas, literalmente”, resaltaron.

 

 

 

 

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