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Investigación evalúa la incorporación de este desecho con interesantes resultados.

 

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Ya no es novedad que desde hace algunos años finalmente se asumió que el paso de la humanidad por la Tierra ha ocasionado irreversibles cambios en el ambiente. Cambios que han contribuido a la desaparición de especies, a temperaturas extremas y a desastres mal llamados naturales. Pero el compromiso a revertir esta situación se instaló y ya no se puede pensar en procesos productivos o avances tecnológicos por fuera del parámetro de la sustentabilidad.

En este sentido, cada aporte suma, y esto lo tiene bien en claro el Núcleo de Investigación en Materiales de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN, que está abocado entre otras cosas, al estudio de un cemento que se pueda obtener con baja emisión de CO2 a la atmósfera, pero además que reutilice desechos que hoy forman parte de la gran masa residual que generan las personas.

Uno de los residuos que buscan reutilizarse es el vidrio, que según la ONU compone el 6% de los desechos sólidos mundiales, esto es, más de 40 toneladas de este material al año que es descartado. El estudiante de Ingeniería Química, Agustín Laveglia, se ha abocado a investigar la posibilidad de reemplazar parte de los aditivos con los que se genera el cemento, por vidrio, con muy buenos resultados. De hecho, su último trabajo fue reconocido por la Asociación Argentina de Materiales (SAM), en el Congreso para Jóvenes Investigadores realizado en Rosario.

 

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El vidrio, si bien no se ha desarrollado experiencia industrial en su uso para el cemento, es una posible alternativa para minimizar el uso de la piedra caliza (un recurso natural finito), debido a su composición química similar. Particularmente, Laveglia se centró en la adición de vidrios de colores, de tonos ámbar y verde, como las botellas de fernet, cerveza o Gancia. Y los estudios arrojaron resultados positivos de resistencia, con un 3% de esta adición a la mezcla de cemento portland.


Más propiedades


Pero eso no es todo. Los primeros acercamientos con este campo, Laveglia los hizo en el marco de una Beca de Iniciación Científico Tecnológica, financiada por la FIO. A la Comisión de investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires le interesó tanto su trabajo que financió una nueva etapa de trabajo donde se avanzó considerablemente, todo bajo la dirección de la Mg. Mónica Trezza. "Al caracterizar el material vimos que se formaba una estructura poco porosa. Así pensamos que se podían incorporar y encapsular residuos tóxicos", explicó el joven. De esta manera, estudió incluso la posibilidad de encapsular, solidificar y estabilizar cromo VI, una sustancia que se utiliza en la industria talabartera, para desprender los pelos del cuero, y puede contaminar el suelo.

El estudio sobre la incorporación del vidrio como alternativa para un cemento más sustentable fue premiado en el VII Congreso para Jóvenes Investigadores, con el primer puesto. Esto significa que la Asociación Argentina de Materiales publicará el trabajo en su revista y además, participará de la próxima edición del evento. Fue también la SAM, quien impulsó al estudiante a viajar a Alemania el año pasado, para conocer laboratorios de materiales en el país germánico.

Si bien le quedan pocas materias para terminar las carreras de Ingeniería Química y el Profesorado en Química, el joven ya tiene una marcada vocación para continuar en el plano de la investigación. "Estoy muy agradecido porque fue la facultad la que me motivó a empezar a conocer este mundo, ver si me gustaba para mi vida profesional, y me encantó" expresó quien ya piensa en un doctorado. El estudio, por último, es un recorte de un trabajo más amplio que recientemente fue premiado en Praga, en el marco de un congreso internacional.

 

 

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