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La FIO conmemora el Día del Ingeniero Químico.

 santalla

 
• 30 de junio de 2021

 

Argentina ha dedicado un día especial para homenajear a la Ingeniería Química y sus profesionales. Es el 1 de julio, ya que un día como este pero en 1920 se dictó la primera clase en la Facultad de Ingeniería Química de Santa Fe.


Más de un siglo después, la carrera se sostiene pujante y vital. La Ingeniera Estela Santalla, coordinadora de esa carrera en la Facultad de Ingeniería de Olavarría, responde a una entrevista en la que hace una aguda mirada sobre la actualidad del sector.

Cambios tecnológicos acelerados, sectores productivos con frecuentes crisis, y además… pandemia. ¿Cómo se encuentra la Ingeniería química en este escenario tan cambiante?
Se encuentra, como tantas otras disciplinas, revisando su rol y responsabilidades, en un contexto que de por sí es muy complejo y dinámico. En la última conferencia internacional de ingeniería química, que se realizó en el año 2019 en Santander, participaron profesionales de todos los sectores: de la academia, investigadores, empresarios. Ahí se discutieron los desafíos que plantean los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Se habló de la energía, el cambio climático; hay que tener en cuenta que el mundo en el que nos movemos, los alimentos, la indumentaria, la forma en que viajamos, todo esto depende de productos que provienen de la industria química.


Si analizamos todas cuestiones en épocas de pandemia podemos ver que estos productos han continuado, tanto su fabricación como su consumo. La cuestión es, más allá de la pandemia, cómo la disciplina debe ofrecer soluciones a los desafíos actuales. De algunos de los cuales tiene una alta responsabilidad. Como el caso de los plásticos, o el caso de los agroquímicos. La solución creo que no es mágica, y creo que pasa, por un lado, por hacer un cambio en la forma de producir y de consumir que tenemos; y, por otro, en usar y gestionar con responsabilidad los recursos que se utilizan en los procesos productivos y en los productos derivados de esta industria.


Hoy, más que nunca, hay que incorporar nuevos modelos de producción que minimicen los impactos negativos, que protejan el medioambiente y que promuevan el progreso social con crecimiento sostenible.


Y la clave, a mi entender, es una acción multidisciplinar para trabajar en la innovación, con inversión, con políticas comprometidas con los mismos objetivos de desarrollo sostenible, y en eso también intervienen las decisiones políticas, por supuesto. Y también, una sociedad con información y con compromiso responsable.

¿Cómo reacciona el mercado laboral ante el título de Ingeniería química? ¿Es sencillo conseguir inserción laboral?
A mi entender hay múltiples escenarios. Si hablamos de lo local y regional, la industria en alguna oportunidad ha manifestado que se encuentra con profesionales de la ingeniería química sobrecalificados, para las funciones que necesita cubrir.


Pero de todas maneras la inserción laboral sigue un poco el ritmo de la situación general de un país, que tiene… bueno, infinitos vaivenes, con políticas que no han promovido el desarrollo tecnológico local. Y eso afecta directamente, y con mucho impacto, a esta disciplina. Nuestro objetivo desde la carrera en la FIO es atenuar, de alguna manera, los impactos externos, manteniendo una formación que permita al graduado adaptarse y desempeñarse, con responsabilidad, en una multiplicidad de actividades industriales que están vinculadas a la ingeniería química.


La realidad nos muestra egresados que se desempeñan a lo largo y ancho del país, y también en el exterior, en infinidad de actividades vinculadas directa e indirectamente con la ingeniería química.

Has sido designada Coordinadora de la carrera en la FIO, ¿qué aspectos te interesa sostener y cuáles se podrían modificar en el perfil de graduación?
El compromiso es acompañar la finalización de esta etapa de gestión, tratando de aportar al cumplimiento de los objetivos que están consensuados en el Departamento. Me interesa, particularmente, poder contribuir a fortalecer el desarrollo de un plantel muy valioso que conforma el Departamento, y que ha mostrado un compromiso y responsabilidad en los últimos tiempos que tuvimos que transitar que, en lo personal, me parece destacable. Bastaba con transitar el campus, entrar a los laboratorios y ver docentes y becarios al pie de los equipos, sosteniendo los ensayos, programando actividades, dando respuesta al afuera. Era como que aportaban con su compromiso un destello de esperanza a un exterior tan incierto y pandémico. Bajo un respeto estricto a los protocolos establecidos se mantuvo un espíritu inquieto, que no eligió mirar la pandemia desde el temor sino que se propuso seguir produciendo conocimiento y adaptarse para sostener la formación curricular. Considero que debe estar dentro de nuestro desafío, como parte de una gestión departamental, propiciar que este capital humano alcance su mejor desarrollo.


El otro objetivo que está planteado avanzar, aunque no se culmine en esta gestión, es el diseño del nuevo Plan de Estudios, en el marco de los nuevos estándares de acreditación, que han sido publicados recientemente por el Ministerio de Educación. Nos favorece el hecho de que hemos venido trabajando desde el Consejo de Carrera, en la actualización del Plan de Estudios desde hace unos años atrás. Y sabiendo, siendo conscientes, que es un proceso que requiere de tiempos, y sobre todo de la participación del mayor número de actores que puedan aportar a una visión acorde al reclamo de los tiempos que corren. El desafío es avanzar hacia un Plan de Estudios flexible, que permita incorporar nuevos contenidos sin comprometer la currícula base, esa currícula que hace a la fortaleza del Título y que le da una versatilidad valiosa en tiempos de cambios rápidos. De todas maneras, estamos trabajando en incorporarle contenido al nuevo Plan, acorde a los estándares, y eso incluye la incorporación de saberes complementarios, vinculados por ejemplo a cuestiones ambientales, energéticas, de seguridad y sostenibilidad de los procesos, sobre relaciones humanas y comunicación, entre otros. Además de incorporar mayor cantidad de horas de formación práctica. En lo personal, me conformaría con poder plantear un diseño curricular transdisciplinario, que intente superar la fragmentación del conocimiento. Y que el futuro graduado esté enriquecido con multiplicidad de saberes, y tenga la capacidad y el entrenamiento para resolver problemas en ámbitos complejos y con responsabilidad social.

Da la sensación de que los profesionales de la ingeniería química tienen un alto sentido de pertenencia a la profesión, ¿es así?
En realidad no sabría comparar con otras disciplinas. Lo que he visto a lo largo de mi experiencia en diferentes equipos de trabajos, con profesionales de variadas disciplinas y en diferentes escenarios, es que esta rama de la ingeniería brinda una formación suficientemente amplia y profunda para entender procesos diversos. Y eso le permite adaptarse y resolver situaciones inéditas con cierta destreza, y es una destreza que se potencia con la experiencia, cuando se van desplegando los ámbitos de trabajo. Un poco esto es lo que intento trasmitirles a los estudiantes, la que ha sido mi experiencia; y lo que esa trayectoria de estar siempre abierta a nuevos proyectos me ha permitido redescubrir el inmenso potencial de esta profesión.


Quizás el aspecto comunicacional y de participación, sea una cuestión a fortalecer en la formación de los futuros profesionales de la Ingeniería química. Pero bueno, esto es algo que desde mi punto de vista debe surgir del ejemplo de la actividad docente.

Un siglo de historia… ¿qué reflexión te despierta?
En este día, a ciento un años de la primera clase de la carrera de ingeniería química, quisiera saludar a todos los colegas de la ingeniería química, y a los estudiantes que están cercamos al logro de serlo, que se sientan orgullosos de su formación, que actúen responsablemente, respetando por sobre todas las cosas la armonía de todos los ecosistemas, que son la base de la continuidad de nuestra existencia.


Y también, recordar que el estudio nunca se termina. El estudio es una aventura continua, hasta el final del camino.

 

 

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