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Especialistas de la FIO se manifestaron sobre la catástrofe de Champlain Towers.

 

 

champlain towers

Foto: NY Times

 

8 de julio de 2021

 

La caída de la torre sur del Complejo Champlain Towers, en Miami, causó impacto en el mundo por lo imprevisto de la catástrofe y su desenlace fatal. Pero, al poco tiempo, instaló la pregunta acerca de si eso mismo podía repetirse en otras partes del mundo.
Olavarría no ha sido la excepción. Días atrás, profesionales de la Facultad de Ingeniería UNICEN reunieron colegas de diversos puntos del país, en una charla abierta que arrojó importantes conclusiones. La docente ingeniera Claudia Dietrich aporta su mirada al respecto.

 

El derrumbe del 24 de junio se produjo de manera espontánea y sin una causa aparente, como puede ser la acción de un huracán o una explosión por fuga de gas. Estas situaciones son extremadamente raras.


¿Por qué no podría pasarnos a nosotros?, es la pregunta que ha circulado después del trágico derrumbe de la torre de doce pisos. Aunque frecuentemente instalada en ámbitos no especializados, la duda propulsó rápidamente a profesionales expertos de la Facultad de Ingeniería olavarriense para buscar las primeras respuestas. Con ese motor de búsqueda la convocatoria, extendida a colegas de prestigiosas empresas e instituciones del país, reunió a más de 70 personas interesadas en opinar y aprender sobre la temática.


Claudia Dietrich tiene a su cargo la materia “Hormigón I” en la Facultad de Ingeniería, y fue una de las asistentes al encuentro de profesionales. “Podríamos dividir la vida de un edificio en cuatro partes: el proyecto, la construcción, el mantenimiento y el uso. El edificio al que estamos haciendo referencia tiene una edad aproximada de 40 años; por su ubicación se encuentra en un ambiente marítimo y se ha visto afectado por la acción de varios huracanes, algunos de ellos muy fuertes como el Andrew, en el año 1992. Sin embargo el edificio resistió a esas acciones, lo que hace pensar que el proyecto y la construcción quizá no sean la causa del derrumbe”, dice la ingeniera. “Pero estas acciones pueden haber deteriorado la estructura. Y si la misma no es reparada y mantenida en forma correcta puede ser la causa de la tragedia".

 

dietrich


La FIO reflexiona


La Facultad de Ingeniería posee áreas específicas para la investigación de ciencias vinculadas con este caso. Fundamentalmente, las áreas de Suelos, de Materiales y de Estructuras son las que han sentido el compromiso de salir a poner en juego sus saberes. El conjunto de científicos de la institución ha dejado claro que sus miradas se fundan en informaciones publicadas en los medios, además de algún conocimiento previo sobre la región, por lo que pidieron cautela al momento de expresar conclusiones terminantes ya que la información es escasa, diversa y aún sin procesar. No obstante, basados en sus experiencias aseveran que normalmente estos eventos son multicausales. En este sentido, Claudia Dietrich afirma que “de esa combinación de factores, siempre hay uno prevalente; y en este caso, quizá sea la falta de un correcto mantenimiento”.


¿Qué se sabe al respecto? Las noticias periodísticas dan cuenta de que esta estructura fue sometida a una revisión en octubre de 2018. En ella se descubrieron deterioros estructurales, cuya reparación implicaba un presupuesto de alrededor de catorce millones de dólares. Esos trabajos nunca llegaron a ejecutarse. “Seguramente otra hubiera sido la suerte de esta torre si los trabajos se hubieran realizado”, lamenta Dietrich.


Determinar exactamente las razones por las que ocurrió la caída demandará tiempo y un minucioso análisis de los antecedentes, documentación, testimonios, observaciones de testigos. Habrá que analizar los escombros, realizar ensayos y, con los datos obtenidos y la documentación recolectada, realizar modelos estructurales para su análisis hasta encontrar la explicación a la falla. “Lo interesante es que esta búsqueda va a producir conocimientos los cuales se van a ver reflejados en las prácticas venideras”, afirma la experta de la FIO.


Causas posibles


Tratándose de un edificio a metros del mar, la agresión salina sobre las partes metálicas se convirtió rápidamente en blanco de sospechas. En la reunión llevada a cabo por la Facultad de Ingeniería olavarriense, se indicó que la corrosión en la zona del Caribe es muy alta. Pero, considerando que al edificio “le cortaron las patas”, una expresión muy gráfica usada en el encuentro, concluyeron que si hubo una falla por corrosión, ha sido en la parte inferior del edificio, no en la parte expuesta al viento; por lo tanto, es poco probable.


En esta línea de análisis, expresaron que en Argentina las ciudades que están en riesgo de corrosión son muy pocas, y bien identificadas: la costa marina bonaerense, Ushuaia, y poco más. En la Patagonia el viento sopla desde el territorio hacia el mar, por lo que los cloruros agresivos son vueltos al mar. Olavarría, por supuesto, no forma parte de esa lista.


Los suelos también fueron tenidos en cuenta al momento de ver el fenómeno. En Miami son frágiles, arenosos y erosionables. Se ha conocido que en la zona de Champlain Towers se había detectado un hundimiento de 2 mm por año, algo que aunque suene pequeño puede conducir a un colapso de estructuras en altura. La voz de especialistas indicó que “la entrada de agua del mar debajo del terreno y el hundimiento podrían contribuir a explicar el suceso”.


La ingeniera Claudia Dietrich menciona como prevalente una hipótesis avalada por algunos estudiosos reconocidos. La misma apunta a que el inicio del problema se debe a una losa que estaba en el acceso a la torre, en la planta baja, actuando como techo de la zona de cocheras. “Esa losa de acceso estaba asentada sobre columnas, no tenía vigas. Esto produce un fenómeno de punzonamiento”, explica la profesional. Algo que vulgarmente podría explicarse como que la losa es “pinchada” por las columnas verticales. “Esos esfuerzos incorrectos habrían provocado el derrumbe de un sector importante de la losa. La parte del entrepiso que no se llega a caer, queda colgada de una viga perimetral del edificio, apoyadas en columnas cuadradas de 40 cm de lado que soportaban la carga de la torre. Al deformarse la viga, esas columnas giran y hacen que se produzca el colapso de la primera parte del edificio en altura. A continuación sigue la caída de otros dos sectores, hasta que la resistencia de los tabiques rigidizadores verticales colapsan”.


La situación local


¿Puede suceder en Olavarría un evento similar al ocurrido en Miami? Nuestra ciudad tiene condiciones climáticas bien diferentes a las de esa zona. No obstante, los profesionales reunidos días atrás resaltaban que el Reglamento de Construcción en Olavarría data de 1965. Esa normativa no incluye métodos de cálculo que se han ido agregando a la ciencia de las estructuras civiles, ni otros avances científicos o tecnológicos. Por lo tanto hay problemas de control de calidad, de mantenimiento, u otros, que podrían incidir en el deterioro de los edificios.


En particular, el Reglamento vigente así como el propuesto poco tiempo atrás, no incluyen aspectos vinculados con el mantenimiento. La mirada de la ingeniera Claudia Dietrich es contundente: “Nuestra ciudad tiene algunos edificios que superan la edad del Champlain Towers. Si bien el ambiente es más favorable y estos edificios no han estado sometidos a la acción de huracanes, a pesar que Olavarría se encuentre de acuerdo a la reglamentación en zona sísmica 0, los edificios en altura se han visto sometidos a vibraciones producidas por sismos que han tenido lugar en la zona cordillerana. Por todo eso, es necesario que las estructuras de los mismos sean evaluadas y mantenidas correctamente”. Fiel a su formación y basada en su vasta trayectoria en el campo del hormigón, Dietrich remite a al Reglamento argentino de Hormigón (CIRSOC 201). En este sentido, cita textualmente lo dicho por ese documento, en el ítem correspondiente a los Requisitos del Proyecto Estructural: “En su punto 2.2.2.1., dice que el Proyecto debe establecer una estrategia de diseño y de mantenimiento que garantice, al finalizar su vida útil en servicio, que la estructura posea la seguridad, la aptitud en servicio y las condiciones estéticas exigidas por este Reglamento y por el Comitente. Dicha estrategia debe estar claramente explicitada en los Documentos del Proyecto. Me parece que allí está la clave de lo que este lamentable episodio de Miami nos deja a los olavarrienses, ese es el punto que deberemos atacar a partir de lo sucedido”.

 

 

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