•25 de septiembre de 2024•Tiempo de lectura: 4´30"
El docente de la Facultad de Ingeniería de Olavarría, reconocido por su trayectoria académica y aportes científicos a nivel nacional e internacional, acaba de asumir como miembro titular en dicha institución. “Es un orgullo”, admite el ex decano al señalar que fue elegido por sus pares y que detrás de semejante logro “hay todo un equipo” que lo respalda.
Desde hace exactamente una semana, su WhatsApp no para de sonar. Una catarata de felicitaciones, saludos y muestras de reconocimiento fluye sin pausas. Lo disfruta y agradece pero, al mismo tiempo, aclara que ese logro tiene sabor a mérito compartido. Es el ingeniero Fabián Irassar, el primer Profesor de la Facultad de Ingeniería y de la UNICEN elegido como académico titular para integrar la Academia de Ingeniería de la Provincia de Buenos Aires.
Su nombre surgió a propuesta de colegas y eso le genera un orgullo extra. “Ser referentes universitarios en el campo de la Ingeniería, como grupo, como FIO y para la UNICEN es un logro muy importante”, sostiene el ingeniero en Construcciones y especialista en Tecnología Avanzada del Hormigón que se destaca a nivel país y a escala internacional.
Irassar tiene una sólida trayectoria académica tanto en la docencia e investigación como en la gestión universitaria, incluso como decano de la FIO. Presidió el CONFEDI, integró la Comisión Asesora de Ingeniería (CONEAU) y fue titular de la Asociación Argentina de Tecnología del Hormigón, además de participar en asociaciones nacionales e internacionales.
“Haber sido nombrado, propuesto y designado es un reconocimiento no solo personal sino también al equipo que hay detrás. Uno no llega sólo sino porque hay colaboradores, colegas, becarios que contribuyen para que uno tenga una carrera. Y ser el primero de la FIO-UNICEN es un orgullo, por supuesto”, comenta, con sentido de pertenencia.
Se ha destacado por sus contribuciones en la industria del cemento y sus aportes en cuanto a normativas vinculadas con la construcción. Su paso por la academia registra la formación de recursos humanos, el desarrollo de investigaciones, la coautoría de 4 libros, más de un centenar de artículos en revistas internacionales y alrededor de 200 publicaciones en congresos.
Hoy, además de cumplir funciones en la FIO, es vicedirector del CCT-Tandil del CONICET y vicedirector de Centro de Investigaciones en Física e Ingeniería del Centro de la Provincia de Buenos Aires (CIFICEN) en Olavarría.
"La idea es trabajar por el desarrollo de nuevas oportunidades para la ingeniería, contribuir con nuevos temas como la sostenibilidad o los vinculados a la transformación de la producción y la sociedad, en relación con la cuestión socioeconómica. Es una discusión más conceptual y estar en la Academia funciona como una vidriera para exponer temas y demandas propios de la realidad del interior de la Provincia. No todo pasa por las grandes ciudades. Hay mucho por hacer en pequeñas y medianas ciudades. Nosotros como productores de gran parte de las necesidades de materiales”, argumenta con entusiasmo el Ing. Irassar.
Logro en equipo, reconocimiento de pares
La Academia de Ingeniería de la Provincia de Buenos Aires es una institución científico-técnica con carácter de asociación civil sin fines de lucro que se creó en 1980 y tiene por objeto congregar a las personalidades más destacadas y representativas de la Provincia en el campo ingenieril.
Su objetivo es promover el desarrollo de la disciplina, impulsar la investigación, promover las vocaciones, proyectar en la comunidad los resultados científicos y técnicos derivados de su actividad, difundirlos y alcanzar en la Provincia, la Nación y el ámbito internacional las mejores expresiones del saber y el hacer bonaerense en dicha profesión.
Un desafío que ahora el Ing. Irassar comparte puertas adentro de la institución, posicionando tanto a la FIO como a la UNICEN. Asumió la semana pasada en un acto encabezado por el presidente de la Academia, Armando De Giusti y el ex director del LEMIT (donde Irassar se inició como investigador) y ex miembro del directorio de la CIC, Luis Traversa.
En la oportunidad, se puso en valor la trayectoria del Profesor de la FIO, su paso por la gestión y su rol en la formación de recursos humanos a nivel de grado, doctorado y postdoctorado.
En la asunción, el Ing. Irassar estuvo acompañado por el presidente de la Academia de Ingeniería y por el ex director del LEMIT.
La ceremonia fue en el Anfiteatro del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de la Plata y su presentación en sociedad fue con una conferencia sobre “Materiales de construcción del siglo XXI: Nuevos desafíos para el hormigón”.
Allí estaban algunos de los pilares de su carrera: su esposa Viviana Rodríguez y Paula, la menor de sus hijas; la Ing. Viviana Rahhal (colega y amiga); Miguel Othar y su esposa (compañeros de la secundaria de Rauch); parte del actual equipo de gestión de la FIO encabezado por la decana Ing. María Peralta; el secretario general, Ing. Néstor Ferreyra; la secretaria académica, Ing. Isabel Riccobene; y Agustín Rossetti, becario de la UNLP.
“Vamos a promover actividades de ingeniería, impulsar la investigación, difundir y generar opiniones”, plantea, en relación con las expectativas que le genera ser miembro de la Academia de Ingeniería bonaerense.
En realidad, “siempre soñas con ser referente en algún tema más local. Hacer una labor de vida y que eso sea reconocido por los pares es motivo de orgullo pero no lo hice solo sino con un grupo de gente. Yo soy la cara visible de un grupo”, repite una y otra vez, validando el esfuerzo colectivo.
“Soy primera generación universitaria”
“En un mundo donde el capital económico es muy volátil, la formación de recursos humanos no es volátil y la Universidad pública tiene un rol muy importante. Siempre lo tuvo. Lo vemos a lo largo del tiempo en toda la formación de las ingenierías que se da en el ámbito público, por costos y especificidad”, analiza Irassar. Por eso, observa como determinante que “cada uno de esos ingenieros que se reciben piensen que una parte de lo púbico también contribuye a su formación y, por lo tanto, deben contribuir a la mejora de toda la sociedad”.
Esa Universidad púbica que pisó por primera vez hace 44 años, recién llegado de Rauch, que le cambiaría la vida para siempre: "Yo soy primera generación universitaria. Mi padre y mi madre hicieron la escuela primaria. Mis cuatro hijos son casi todos profesionales o estudiantes de la Universidad pública", valora y se sonríe al señalar que ninguno siguió sus pasos sino los de su madre, más vinculados con la medicina y la bioquímica. El gran desafío como país, entiende, es "trabajar para que sean muchos más, porque no hay cambio posible sin educación".
De repente hace un alto en el camino para mirar por el espejo retrovisor y siente que es tiempo de cosecha. “Resulta muy gratificante trabajar para ser esto, tener pasión, ideas y concreciones de más largo plazo. Que luego venga el reconocimiento es un halago o, como se suele decir, una caricia para el alma. Un orgullo para la familia, los amigos, los colaboradores y becarios”, sostiene con gratitud.
Finalmente suelta un “es estupendo”, al leer uno de los tantísimos mensajes que le siguen llegando a su celular o personalmente. Acaba de compartir los festejos por el 55 aniversario de la FIO justo en medio de este reconocimiento que llega para certificar casi 40 años de profesión y de docencia, decidido a seguir luchando para que "haya otros que sigan creciendo y el día de mañana nos superen”.