Ingeniería desarrolló aplicaciones informáticas para mejorar la salud

Existen programas de computación preparados para salvar vidas, prevenir enfermedades, o combinar datos que mejoren la atención médica. Sistemas informáticos que orientan políticas sanitarias. Aplicaciones tecnológicas que generan consultas, diagnósticos, monitoreos, tratamientos, y gestión en medicina. La innovación tecnológica ha provocado cambios revolucionarios en los sistemas de salud, y cada vez resulta más necesario asociar la tecnología informática a la atención médica.

La informática médica permite adquirir, almacenar, y utilizar una inmensa cantidad de información para lograr una atención integral en salud, donde los profesionales cuentan con recursos y herramientas para tomar las mejores decisiones, que les permiten optimizar la calidad de la atención sanitaria.

Justamente, un bioingeniero de la Facultad de Ingeniería de la Unicén participó recientemente de unas Jornadas Internacionales sobre Informática Médica, realizadas en el Hospital Italiano de Buenos Aires, donde expuso los desarrollos tecnológicos realizados en Ingeniería en el ámbito de la salud.

Se trata de Pedro Escobar, docente de la Tecnicatura en Electromedicina, único representante de la Unicén, quien compartió las exposiciones con disertantes de las universidades estadounidenses de Duke, Seattle, y Texas; de los gobiernos de Chile, Uruguay, Perú, Brasil, y Colombia; de la Organización Panamericana de la Salud; del ministerio de salud provincial, de la Universidad de Lanús, entre otros funcionarios gubernamentales, investigadores, y especialistas médicos.

Las Jornadas sirvieron para difundir el concepto y el potencial de uso de las aplicaciones de informática médica en salud. No se trata de la mera utilización de programas de computación, sino de la combinación de la informática con las ciencias de la información para perfeccionar la gestión en salud.

Por ejemplo, actualmente es muy complicado interconectar bases de datos de pacientes, que distintos hospitales accedan a las historias clínicas. En la práctica, si un paciente debe trasladarse de un hospital a otro, probablemente deba llevar impresa su historia clínica. Para estos casos, la informática médica resuelve el problema.

Escobar comentó que “el año pasado, en la carrera Ingeniería en Sistemas de Tandil, se instaló la asignatura Informática Médica como optativa, donde damos toda la base teórico y práctica sobre todos los estándares y procesos de salud. Los alumnos aprenden sobre las necesidades del sistema médico argentino y mundial en cuanto a carencias y soluciones para problemas reales, y cómo solucionarlos, apuntando a la interoperatividad de los datos, haciendo hincapié en soluciones de bajo costo”.

Con el diseño de un software de código abierto, amparado en un estándar internacional, “es posible intercambiar datos entre instituciones, hacer que las computadoras entiendan lo que están transmitiendo, que tengan información semántica del mensaje, que lo comprendan. Entonces de esa manera se pueden buscar datos, extraerlos, intercambiarlos, aglomerarlos, manipularlos de la manera más conveniente”, explicó el bioingeniero. En Argentina, todavía no hay una iniciativa política para almacenar datos que puedan interconectarse entre distintas bases de datos.

Utilidades

El intercambio y manipulación de datos sobre salud resulta actualmente vital para programar una mejor gestión en la atención médica. “Si quisiera el gobierno nacional, sería muy útil para proyectar gastos en torno a la prevención de enfermedades, a partir de una base de datos global de todo el país, con datos sobre las enfermedades más relevantes o que causaron mayores daños en la población, inclusive las epidemias. También para diseñar cinturones de contención de enfermedades, para saber dónde reforzar las campañas de vacunación”, enumeró Escobar.

En este caso, se desarrolló un sistema de información geográfica que se muestra en un mapa por capas, donde la salud es un dato más entre las diversas capas. Entonces, “se puede entrecruzar, por ejemplo, la ocurrencia de una enfermedad con datos sobre la falta de cloacas, de alfabetización, u otras capas. A partir de ese mapeo hay mejores herramientas con más capacidad para diseñar una política de salud para la zona afectada, para orientar la necesidad de medicamentos según las demandas reales, o para organizar la concurrencia a los hospitales. Tecnológicamente, con que haya en la zona un médico con un teléfono celular que pueda mapear los datos, es suficiente. Todo esto evita gastos innecesarios en salud”, aportó el docente de Ingeniería.

Experiencias

Además de mostrar en las Jornadas toda la experiencia de Ingeniería en informática médica, Escobar exhibió diversos trabajos de investigación realizados junto a otros docentes y alumnos. Entre ellos, expuso todo el desarrollo de robótica para salud, con experiencias sobre medición de esfuerzos para rehabilitación de pacientes con discapacidades neuromotoras; simuladores de bajo costo para la asistencia en diagnóstico con interconexión con cualquier equipo médico.

Frente a disertantes y expertos reconocidos mundialmente, el docente olavarriense habló sobre las propuestas en telemedicina, una aplicación sanitaria para usuarios que se encuentran geográficamente distantes. Con sus desarrollos, un teléfono celular, un reloj, y hasta un mueble están hoy al servicio de los pacientes y se ocupan de su salud.

También mostró los avances en sistemas de intercambio de imágenes vía internet. En este caso, un médico puede recibir por internet en pocos segundos un material digital, una imagen, y con eso se encarga de la consulta, el diagnóstico, el monitoreo, y hasta el tratamiento si es posible, y todo a distancia.

Asimismo, disertó sobre investigaciones que el grupo está realizando en el área de termografía en salud para diagnóstico precoz de patologías mamarias y posturales, así como también en el seguimiento de lesiones deportivas.

Con todo, los trabajos e investigaciones de los docentes y alumnos fueron elogiados por los diversos expositores de las Jornadas, sobre todo por la capacidad de aplicación práctica. Fue un incentivo más para seguir trabajando desde los laboratorios de Ingeniería, en desarrollos que mejoran la calidad de vida de la sociedad.