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Final de la travesía para el Pampa Solar

Después de viajar cuatro días a través el desierto de Atacama, bajo el sol más radiante del mundo, por rutas montañosas que se elevan más de tres mil metros de altura, donde las nubes son inusuales y la tierra nunca recibió una gota de agua, el auto argentino Pampa Solar completó sin problemas el recorrido de la segunda Carrera Solar en Chile.

El equipo de la Facultad de Ingeniería de la Unicén logró su objetivo de recorrer los 1300 kilómetros de competencia sin ser remolcado. Esta condición lo convirtió en uno de los cinco equipos de los dieciocho que pudieron hacerlo.

La organización de la competencia tenía previsto para este lunes divulgar las posiciones finales de las dos categorías de la carrera, ya que restaban analizar tiempos y penalizaciones de los equipos del último día de competencia, así como considerar los descargos de las sanciones. En la categoría La Ruta Solar, donde compitió el grupo olavarriense, estaba muy disputada la punta entre el equipo Acapomil de la Academia Politécnica Militar y CIC Diseño de la Universidad Andrés Bello. A estos los siguen Solar Mecatrónica de la Universidad Católica, y Pampa Solar de Argentina, en ese orden. Ante resultados parciales entregados por la organización, el equipo de la Facultad de Ingeniería solicitó una revisión de los tiempos y penalizaciones que podrían modificar la ubicación final.

Aun así los integrantes de Pampa Solar están muy conformes con el desempeño del auto, con el trabajo del equipo, y con el funcionamiento de toda la tecnología puesta en marcha desde la universidad pública argentina.

En el último día de competencia, los autos solares de la categoría menor partieron desde Cármen Alto, en el límite entre las regiones de Tarapacá y Antofagasta, hasta Humberstone, un recorrido total de 358 kilómetros, con dos tramos cronometrados y un enlace.

Esta etapa, al mando del piloto Federico Salvá, fue por caminos en buen estado, con varias pendientes poco pronunciadas, y a una altura promedio de 1500 metros sobre el nivel del mar. Con la batería parcialmente recuperada de la exigente prueba del día anterior, el Pampa Solar debió administrar su energía para transitar lo más rápido posible con la premisa de evitar recibir asistencia.

Su llegada a Humberstone, ante el aplauso de la gente del lugar y del resto de los equipos, fue la culminación de otro desafío exitoso de toda la comunidad universitaria de Olavarría, convertida en embajadora argentina en una prueba tecnológica difícil y atrapante.

El equipo Pampa Solar admite como un objetivo cumplido haber podido completar el complejo itinerario, y validar la consistencia del vehículo, el buen funcionamiento entre partes tan diversas, y el desarrollo tecnológico aportado desde diferentes disciplinas, y todo probado en un ambiente muy diferente.

El sol y las nubes

Más allá del resultado de la competencia, el equipo argentino sigue apostando a un auto netamente eléctrico, con fuente de energía solar, y con la asistencia humana de pedaleo sólo para generar energía, no como sistema de tracción. Este concepto es la enorme diferencia entre el Pampa Solar y el resto de los competidores de su categoría, quienes utilizan la lógica de una bicicleta tradicional asociada a un sistema eléctrico fotovoltaico.

Como caso, el piloto de uno de los equipos que disputan posiciones con el Pampa, recorrió unos quince kilómetros hasta el final de la carrera sólo pedaleando, con su batería totalmente descargada. Esto es justamente lo que el equipo argentino pretende evitar, para que el espíritu de la competencia realce la utilización de la energía solar, ya que de eso se trata el encuentro.

Luego de la final, el conjunto olavarriense insistió en su postura de fomentar la tracción eléctrica con una fuente de energía alternativa como la solar, sin la obligación de diseñar un vehículo y sus sistemas de propulsión con el único fin de ganar una carrera. Esta idea es la que motivó durante toda la competencia el reconocimiento de los equipos de la categoría superior, impulsados sólo con energía solar, aunque con motores y baterías más potentes.

Incluso el capitán del Grupo Antakari de la Universidad de La Serena, amplio ganador de la categoría superior, quien administra recursos millonarios en torno a un auto que supera los 100 km/h, destacó el nivel del equipo argentino y la tecnología puesta en el Pampa Solar II, a la altura de la que usan esos bólidos solares. Estos reconocimientos también forman parte de los premios que el equipo de Ingeniería recogió en su segunda incursión solar en Chile.

Sobre la organización de la competencia, aún antes de los resultados oficiales, el conjunto argentino entiende que no propicia la igualdad entre los equipos. La inconsistencia en la información, la liviandad en ciertos controles vitales, las desinteligencias en la logística y la asistencia en ruta, los diversos criterios para evaluar situaciones idénticas, y las sugerentes disposiciones que ponen en juego el éxito de los equipos, son los puntos negros que nublan una competencia que pretende ser referente en Latinoamérica.

El capitán del proyecto olavarriense, Marcelo Spina, reconoció el trabajo, el esfuerzo, y el compromiso de todo el equipo, el apoyo de la universidad junto a organismos del Estado, el gobierno municipal, varias empresas, y particulares que se involucraron con el proyecto y sus alcances. Hoy, la Facultad de Ingeniería es la única en el país que cuenta con dos autos solares, probados en carrera, con el conocimiento que eso implica sobre el uso de energías alternativas, y con la posibilidad concreta de hacer transferencia tecnológica, surgida de una universidad pública. Todo esto es lo que impulsa a la Facultad a seguir trabajando en este sentido, ya pensando en nuevos desafíos.

 

Carrera Solar 2012 - Cármen Alto a Humberstone