Surgió como un espacio para dar respuesta a la demanda habitacional de estudiantes de otras ciudades interesados en estudiar en la Facultad de Ingeniería, pero con el pasar de los años, la Residencia Universitaria se convirtió en un hogar para los casi 200 jóvenes que tuvieron la posibilidad de vivir allí. En sus 30 años, ha sido testigo de triunfos, dificultades, encuentros, pero sobre todo, se ha convertido en uno de los ejemplos más concretos de la importancia de facilitar el acceso a una formación universitaria.

Esto se ve reflejado en la cantidad de ingenieros que alcanzaron su título a partir del acceso a una vivienda durante la carrera, y hoy son reconocidos profesionales que tienen puestos de trabajo destacables, tanto en la Argentina como en el exterior. Muchos de ellos, con un sentido del agradecimiento muy presente, pasan ocasionalmente por la Residencia a saludar.

Diego Correa, actual residente y oriundo de Tandil, consideró que "si no existiera la Residencia no podría estar estudiando", al igual que los otros 16 jóvenes que actualmente han hecho del edificio de Circunvalación y Pueyrredón, su segunda casa. Con la certeza de que este espacio ha contribuido no sólo al crecimiento personal de los estudiantes, sino además al de la Facultad, una comisión integrada por estudiantes, docentes y no docentes, es la encargada de abordar los aspectos sociales, económicos, académicos, de convivencia y también de organización de eventos.

En este sentido, para el 30º aniversario de la Residencia Universitaria se pensó una jornada con varias actividades abiertas al público, culturales, recreativas, una cena y la 11º edición de la Correcaminata. Un largo camino se ha transitado desde que la residencia era sólo un edificio abandonado, pensado para los choferes de camiones que llegaban a Olavarría.

Algo de historia

Silvano Rossi hizo toda su carrera de Ingeniería en Electromecánica viviendo en la Residencia. "Tuve la suerte de poder hacer la carrera completa en allí, y eso significa que tal vez no hubiese podido estudiar acá de otra manera", coincidió el ingeniero oriundo de Tandil, que tras su paso como estudiante en la FIO se doctoró en la Universidad Estadual Paulista, en Brasil, y hoy es el secretario de Investigación y Posgrado de la Facultad. "La experiencia es única. Se comparte mucho, se aprende bastante de convivir con gente diferente, durante toda la carrera. Eso es central", expresó.

Fueron muchas y diversas las actividades que se desarrollaron (algunas continúan vigentes), en el predio de la ex playa de camiones. En 1991 y 1992 se realizaron encuentros culturales denominados "Playa abierta", con el objetivo de difundir la existencia de este espacio pensado para estudiantes de todo el país. La propuesta consistía en invitar a diversos artistas de la ciudad, un jueves por mes, para compartir un momento con los residentes. También se hacían peñas, encuentros deportivos, etc.
Para el vigésimo aniversario de la residencia, en el año 2005 se realizó la primera Correcaminata en conjunto con el Círculo de Atletas Veteranos de Olavarría (CAVO) que se convirtió en un clásico y hoy llega a su 11º edición para celebrar otra década más de la Residencia Universitaria de Olavarría.

El deporte, además del estudio, también guarda un lugar muy especial para los residentes que pasaron por el predio de Circunvalación y Pueyrredón. "Un recuerdo que tengo presente, es el tener que estudiar para un final, mirar por la ventana al campo de fútbol y que surja el dilema de ser un espectador más o ir a jugar", recordó Silvano Rossi, quien aclaró que era un dilema que compartía la mayoría. "También compartíamos asados, los campeonatos de fútbol, encuentros con bandas musicales, la proeza de llegar al centro", detalló; y remarcó que "siempre tuvimos la contención de la Facultad, que además nos quedaba cerca. Eso es importante".

 

Lugar de encuentro(s)

Diego Correa, de 23 años, también resaltó los lazos y hábitos que construye con el resto de sus compañeros "Durante la semana cada cual hace lo suyo, pero los findes nos encontramos. En la cocina se arman charlas, tenemos reuniones sobre la propia convivencia para organizamos. Somos una familia grande", consideró el estudiante de ingeniería química.
Esta gran familia de ex residentes y actuales, el sábado 31 de octubre conmemorará tantos años de esfuerzo, dedicación, compañerismo y logros alcanzados con el resto de la comunidad. A partir de las 15:00 el grupo Acción Poética pintará un mural, además, habrá sorteos, música durante todo el día y reconocimientos. La clásica correcaminata comenzará a las 16:30, fiscalizada por el CAVO y la inscripción, libre y gratuita, se hará en el lugar donde además se recibirá un alimento no perecedero para donar a una institución local.
La actividad contempla una competencia atlética con un total de 5.000 metros de recorrido, para categorías divididas en caballeros (hasta 29 años, de 30 a 49, más de 50), damas, y alumnos de la Universidad. Además, se realizará una caminata para todas las edades y una competencia especial para los chicos que será a las 17:00.
Todas las actividades se desarrollarán en la sede universitaria de Circunvalación y Pueyrredón. Finalmente, la celebración concluirá con una cena con pizzas y empanadas, para la cual están en venta las tarjetas en la Oficina de Informes de la FIO. Tienen un valor de $150 general y $80 para estudiantes de la FIO y menores de 10 años.
Las razones para celebrar son innumerables. Institucionalmente, la Facultad de Ingeniería refuerza diariamente la contención a sus estudiantes y así ha propiciado que más de 80 alumnos hayan obtenido su título de grado o posgrado, en su paso por la Residencia. Estudiar es un derecho, y cuando hay herramientas para que eso se respete, los resultados se vuelcan hacia la sociedad. Por consiguiente, la comunidad celebra la continuidad de una de las primeras viviendas para estudiantes que tuvo la ciudad de Olavarría, y que ha permitido el crecimiento profesional de tantos jóvenes.