La FIO tiene formación y prestigio. Hace investigación, vinculación y transferencia. Su rol es estratégico en el entramado productivo regional y nacional. Un recorrido que supera el medio siglo y un presente que habla de futuro, en busca de diversificar líneas de acción asociadas al desarrollo científico-tecnológico que demanda el mercado.

“Es impensado el agregado de valor sin el conocimiento y debemos ser muy creativos, tener capacidad de reinventarnos de acuerdo a las necesidades, hacer una vigilancia activa y vincular con emprendedores y empresas en de busca colaborar con la mejora del entramado productivo”, analiza la decana de la Facultad de Ingeniería de Olavarría. En el Día de la Industria, la Ing. María Peralta destaca el rol estratégico que tiene la institución no solo a nivel local sino nacional y ubica la formación de recursos como motor de transformación.

Con 54 años de historia, la Facultad ha logrado consolidar su presencia territorial mediante procesos de vinculación con el sector productivo, favoreciendo las dinámicas económicas regionales.

“La FIO y la Universidad ha entendido que la investigación y el desarrollo tienen que ir de la mano de la vinculación y transferencia; y hace tiempo que la Facultad elabora sus políticas en consecuencia. Trabajamos mucho en la articulación, en entender el contexto y cuáles son las demandas para definir qué investigar y para qué”, señala la Ing. Peralta, haciendo hincapié en el papel determinante que juega la unidad académica.

En esa línea, expone que hay políticas públicas que acompañan y favorecen el desarrollo industrial como la ley de economía del conocimiento que llegó para “dar incentivo a las empresas o industrias” y promueve el “acercamiento al mundo del conocimiento, que no se da tan naturalmente”, admite la decana de la FIO. Ese es un marco legal que brinda incentivos fiscales y beneficios a una gran gama de actividades científicas, lo que genera un mayor protagonismo de la academia.

Diagnóstico y vigilancia

Frente a demandas concretas, en el día a día del engranaje productivo y contemplando los vaivenes políticos, económicos y sociales “el conocimiento permite que se puedan cubrir las necesidades de manera más optimizada y trabajarlas previniéndolas, no de modo correctivo. Desde la vinculación y transferencia la idea es ver hacia dónde vamos, qué podemos aportar para que el conocimiento generado pueda atender la demanda de industria y mejorar la calidad de vida en el territorio”, apunta el Ing. Joaquín Domato, secretario de Extensión, Vinculación y Transferencia (SEVyT) de la FIO.

El Centro de Desarrollo Emprendedor e Innovación (CDEI) es un eslabón clave a la hora de potenciar el emprendedorismo y la innovación tecnológica dentro del universo empresario mediante proyectos basados en la transferencia de conocimiento.

“Buscamos ser articuladores dentro de ese ecosistema y acercar a cada emprendedor o empresa, políticas públicas que permitan escalar o acceder a beneficios de la Ley de Economía del Conocimiento, por ejemplo”, dice Esteban Seibel, director del CDEI.

La apuesta también se da puertas adentro y el programa Innova FIO es un ejemplo ya que apuntala “proyectos para llegar al entramado productivo de Olavarría a través de vinculación y transferencia”. En el mismo sentido, la FIO es unidad de transformación digital a través de la industria 4.0: “Hacemos diagnóstico para mejorar procesos productivos industriales”, además de captación con “vigilancia activa del tejido productivo regional viendo cómo ofrecemos nuevos servicios para dar respuesta a las demandas. Ahí entra en juego la formación, para definir qué se necesita, qué servicio debemos ofrecer y qué perfil de formación se requiere para dar respuesta a lo que está pasando”, plantea Seibel.

Por lo tanto, es una decisión de base posicionar a la FIO como institución referente en materia de apoyo a las pymes, con “capacitaciones y una mayor oferta de servicios. La revolución de la transformación digital hace que cambien los modelos de negocio y los que más capacidad de respuesta tienen son los emprendedores: tienen agilidad y flexibilidad. Hay que trabajar esos vínculos, siendo nexo”, observa Esteban Seibel.

También se propicia la vinculación y transferencia a partir de estudiantes avanzados que cursan las diferentes carreras de la FIO y realizan pasantías o prácticas profesionalizantes supervisadas dentro del sector productivo.

En agenda

“Como formadores de profesionales, hay que estar mirando a la industria, al sector productivo, en cuanto a las demandas y trabajar en consecuencia”, comenta la Ing. María Peralta.

“Las posibilidades son todas”, enfatiza la decana de la FIO cuando analiza las exigencias que se plantean frente a cada salto tecnológico. “Tenemos que ser muy creativos y la FIO se ha caracterizado por estar atenta y tener capacidad de reinventarse de acuerdo a necesidades. El CDEI se generó en 2015 y no es casual. El desarrollo, emprededurismo y la innovación tiene que estar en la agenda”, añade la Ing. Peralta.

Aún en tiempos de presupuestos acotados, es posible gestionar recursos, promover la asociatividad y mantener “una vigilancia activa respecto del financiamiento, programas de apoyo y asistencia técnica; y seguir formándonos ante el dinamismo de mundo actual”, agrega Esteban Seibel.

La estrategia académica es trabajar en “nuevas tecnologías y vinculando a emprendedores y empresas para mejorar procesos y tener nuestra tecnología para llegar a productos y servicios más innovadores. Vigilancia activa, creatividad y asociarnos”, sintetiza el director del Centro de Desarrollo Emprendedor e Innovación.

Capitalizar el conocimiento y avanzar “convencidos de que la educación transforma vidas y que el derecho a la educación es un derecho humano. La Facultad está abierta a eso y a ser inclusiva”, subraya María Peralta.

Un “motor” clave

Ahora, en términos de industria, la decana de la FIO observa que la llave está “en el agregado de valor que tanto nos hace falta en el país y ahí es donde no puede estar ausente el conocimiento. Estamos dispuestos a aportar ese conocimiento en líneas de trabajo que tienen que ver con lo científico tecnológico, con los saberes, las carreras y los recursos humanos”.

Hay ventajas comparativas y una de las principales es que desde la institución “cubrimos casi todas las temáticas estratégicas mediante las energías renovables, el litio, la robótica, la transformación digital, los alimentos, la Inteligencia Artificial, el cannabis, las tecnologías médicas. Somos referentes dentro de región en todas esas verticales para desarrollo del país. Hay que ver cómo nos repensamos, ir a esos temas, y que puedan crecer en forma estratégica a nivel regional y nacional”, evalúan los referentes de la FIO.

Uno de los principales desafíos es “coordinar agendas con las instituciones interesadas y ver cómo articular para potenciarse. Ahí está la pata del CDEI, que puede generar transferencia y convertir esa investigación en algo que permita llegar a planta piloto industrial, sea aplicable y escalable”, remarca el Ing. Joaquín Domato.
Con pasos sostenidos, la FIO avanza con “cambios desde lo formativo, que van de la mano de los cambios en la estructura y una revisión de los perfiles docentes”, grafica la decana.

No hay dudas de que la FIO es un actor clave y su rol social tiene que ver con “estar mirando por dónde pasan los problemas del país y cómo contribuir. Como Universidad pública no podemos mirar para otro lado. Tenemos mucho para dar”, afirma la Ing. Peralta.

El trabajo institucional no tiene pausas y pasa por ajustar la mirada hacia “lo que estamos haciendo, cómo lo hacemos y cómo estamos organizados. La planificación estratégica está continuamente monitoreada, adecuándonos a la realidad. Estamos atentos; siempre hay algunos obstáculos pero tenemos la creatividad para poder sortearlos”, concluye con entusiasmo la decana de Ingeniería.