Estudiantes del nivel secundario de Estrada fueron protagonistas de un viaje inmersivo por el planeta rojo y otros astros. La experiencia, cautivante e inspiradora, fue posible gracias a una aplicación desarrollada por docentes de la Facultad. Ahora tendrán que idear otros mundos posibles y el que resulte ganador será materializado por la FIO.

 
Querían seguir desafiando la gravedad, a 54 millones de kilómetros de la Tierra, sin salir de Olavarría. Sumergidos en una “burbuja” de realidad virtual inmersiva que, por momentos, los hizo caminar por Marte, Júpiter y hasta Plutón. Así, en esa suerte de unión entre el mundo físico y el virtual, más de 50 estudiantes del Instituto José Manuel Estrada fueron protagonistas de una experiencia tridimensional diseñada a medida por docentes de la Facultad de Ingeniería.

“Es una aplicación desarrollada por nosotros para la enseñanza de la física y mediante propuestas podemos ampliar el alcance de lo que hacemos en la FIO. Que haya llegado a la escuela y tengan esa motivación para venir es muy importante para nosotros”, destaca el profesor Franco Solari, con aires de misión cumplida al comprobar los alcances que tiene ese proyecto moldeado desde las aulas universitarias. “La mayoría de los estudiantes tuvieron contacto con la realidad virtual por primera vez en esta experiencia, y esto les permite ver y proyectar los alcances de esta tecnología, y eso es algo que nos pone muy contentos”, señala el docente.

La propuesta se materializó a través de un convenio entre la Facultad de Ingeniería de Olavarría (FIO) y el “Instituto Privado José Manuel Estrada”, 

el primero celebrado para trabajar temas específicos de realidad virtual, y se encuadra dentro de un acuerdo marco entre la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense y la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.

El objetivo central es generar acciones concretas tendientes a favorecer la alfabetización tecnológica de estudiantes de nivel secundario. En este caso, con una actividad coordinada por la Ing. María José Bouciguez y el Prof. Franco Solari, ambos integrantes del Proyecto “IpACT. Innovación para la alfabetización científico tecnológica” y docentes del Departamento de Ciencias Básicas de la Facultad y por la Prof. María Soledad Chiramberro, docente del espacio NTICx de Estrada.

La consigna es muy atractiva y apunta a ofrecer a los y las estudiantes un acercamiento a la realidad virtual entendida como un entorno de escenas y objetos de apariencia real generados mediante la tecnología informática, a partir del cual se crea la sensación de que el usuario está inmerso allí, pudiendo acceder a dicho entorno a través del uso de gafas o cascos.

Cuestión de gravedad

En esta oportunidad, el “tour” planetario tuvo como antesala un primer encuentro en el Colegio, donde se abordaron las nociones iniciales sobre realidad virtual y su aplicación tanto en la educación como en el mundo del trabajo.

La hoja de ruta siguió por el complejo universitario y sirvió para “descubrir” las instalaciones de la Facultad junto con el equipo de la Secretaría de Extensión y, como broche de oro, ponerse el casco de la FIO y concretar un viaje cósmico por diferentes planetas, poniendo a prueba su fuerza de gravedad, gracias a la realidad virtual.

“Esta aplicación la presentamos en el certamen nacional Innovar pero a su vez hicimos una modificación específica para esta escuela. Cuando los chicos se probaron el dispositivo lo primero que veían era un cartel de bienvenida a la escuela y señalizaciones motivacionales”, explica Franco Solari, con orgullo indisimulado.

¿Con qué propósito? Realizar experimentos con diferentes tipos de movimientos para poder sentir el efecto de la gravedad en ellos, y ejecutar desafíos que tienen componentes lúdicos. También se incluyó una variante que no obedeciera a las reglas físicas. “La idea es que arrojen objetos que deben colisionar con otros para ir sumando puntos. Por ejemplo, algunos cubos obedecen la gravedad y al arrojarlos se precipitan al suelo describiendo un movimiento parabólico típico se van a caer pero otros, al ser arrojados, salen volando en línea recta y nunca vuelven porque no obedecen a la gravedad, desafiando totalmente la intuición”, detalla el docente universitario.

El desafío es muy claro: “dejarlos en un lugar desconocido y comenzar a experimentar para saber dónde están mediante una tabla que indica la gravedad de los planetas. Hay cronómetros para medir el tiempo, pizarras para hacer cálculos y también calculadoras. Si la gravedad me dio alrededor de 24-25 m/s^2, por ejemplo, estarán en Júpiter”, comenta Franco Solari, acostumbrado a simplificar ecuaciones complejas.

Con efecto multiplicador

La intención es que los y las estudiantes accedan a experiencias innovadoras resultantes del uso de la tecnología pero también generar actividades significativas de aprendizaje a través de ese conocimiento y del acceso a la realidad virtual.

“Propusieron muchas cosas para trabajar en la escuela. Por ejemplo, uno de los proyectos que surgió es poder vivir en primera persona un recorrido que va desde la costa hacia las profundidades del mar y ver objetos que causan diferentes tipos de contaminación y que aparezca información al usuario de cuánto tardan en degradarse”, ejemplifica el docente, tras admitir que tiene muchas expectativas con respecto a los proyectos que van ideando los estudiantes del Estrada.

“El próximo año quieren venir jornada completa”, comenta sobre el final, convencido de que en dos horas y con dos cascos de realidad virtual resultan insuficientes. “Nos gustaría poder adquieir más dispositivos porque así nuestro proyecto sería más ambicioso. La idea es, a partir de proyectos que presentamos para obtener financiamiento, poder hacerlo realidad”, comenta finalmente, con el anhelo de que esa realidad virtual pueda multiplicarse dentro y fuera de la FIO.