La investigación es uno de los factores clave para el desarrollo de un país y la Facultad de Ingeniería ha asumido ese rol central desde mediados del siglo XX. En diálogo con las demandas de la región, pero también con producciones que tienen impacto nacional e internacional, la propuesta es encontrar la forma de “surfear” un año muy complejo, potenciando sus líneas de acción.
“Surfear la ola”
La FIO tiene historia, núcleos de investigación consolidados, con trayectoria e impacto no solo en contextos más próximos sino a nivel país o incluso más allá de las fronteras. “Hay investigadores de renombre que han sabido crear grandes grupos de investigación que crecen y se renuevan. La renovación es un desafío que requiere de compromiso, esfuerzo aplicado, protagonismo y liderazgo, que permita una transformación continua y armónica”, enfatiza Julia Tasca.
No son tiempos fáciles para la Universidad pública y eso exige repensar estrategias. “El contexto plantea desafíos importantes. Nosotros definimos acciones dentro de la planificación estratégica de la FIO, con impronta propia y lineamientos claros; además de las políticas establecidas por un Ministerio de Ciencia y Técnica que no existe más”, ejemplifica.
No obstante y mientras se da pelea en defensa de la universidad pública, “está claro que la Facultad no se puede permitir dejar de pensar sus propias políticas. Es como el que aprende a surfear la ola: no se pide que el viento cambie, se aprende orientar la vela y decidir hacia dónde ir. Tenemos que aprender a orientar la vela”, observa la doctora Tasca, con tono desafiante.
El objetivo de base, para quienes emprenden el camino de la investigación, es “saber leer las demandas y transformarlas en líneas de acción” una condición que está muy presente en “mucha gente joven involucrada en problemáticas sociales viendo que el conocimiento desarrollado tenga articulación y/o vinculación. No sé si hay algún grupo que haga investigación disociada de las problemáticas. Todos tienen esa mirada”.
Valerse de (otros) recursos
“La financiación de Proyectos de Investigación normalmente no viene de la Universidad como, por ejemplo, sí la de los sueldos de los docentes investigadores”, aclara la doctora Tasca, respecto de los recursos económicos que se requiere para desarrollar un proyecto de investigación en Argentina o en la Unicen. Los fondos para generar conocimiento surgen de “diferentes ventanillas de financiación como lo es la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica o del CONICET”, grafica la referente de la FIO. Y puso como ejemplo el programa federal “Equipar Ciencia”, orientado a la adquisición de equipamiento.
“Se presentó y se ganó una convocatoria para comprar un equipo de difracción de rayos para estudiar materiales. Está adjudicado pero para realizar la compra falta una firma; no sabemos si va a llegar. Es un momento raro. En algunos casos sin interlocutores, con procesos de transformación de algunos organismos y un ministerio que no es más un ministerio. Hasta que todo termine de decantar y las aguas se estabilicen, seguiremos viviendo momentos de mucha incertidumbre, con cosas que están frenadas”.
Mientras tanto, lo que propone es “no dejar de replantearnos hacia dónde queremos ir, qué queremos generar y cómo repensar hacia adentro para orientar la vela” con la mirada puesta en la generación de “mecanismos para articulación entre investigación, vinculación y transferencia, con los grupos de investigación, entre docentes e investigadores y entre la formación de profesionales y la pertinencia que tendrán a futuro”.
Articulación, la clave 2024
Lleva tres meses en la función pero en todo momento deja en claro que se suma a una gestión en la que las políticas están atravesadas por la palabra articulación, ése es y será su norte. “Debemos ser facilitadores, conectar con las problemáticas. Eso está instalado y la idea es darle información, herramientas y recursos –no únicamente se trata de dinero- a los docentes que investigan”.