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Un docente de Ingeniería en la cumbre sobre cambio climático

La última cumbre mundial sobre cambio climático realizada en Durban, Sudáfrica, fue un reflejo más de las desigualdades que dominan el mundo. La necesidad imperiosa de reducir las emisiones contaminantes chocó con los conflictos entre las potencias, y entre éstas y los países en desarrollo. Si bien no se lograron enormes compromisos, al menos hubo acuerdos para poner en marcha un paquete de medidas que recorten las emisiones.

cop17cmp7_533El encuentro, presentado como la “17ª Conferencia de las partes de la convención marco de la ONU sobre cambio climático” (COP17) abordó dos grandes temas: acordar qué países deben empezar a tomar medidas para reducir el efecto invernadero, y cómo hacerlo. Y, además, de qué manera las potencias ponen en marcha su compromiso de apoyar con financiamiento y tecnología a los países en desarrollo para combatir el cambio climático.

427369Participaron de la cumbre representantes de 194 naciones, quienes del 28 de noviembre hasta el 11 de diciembre mantuvieron intensas negociaciones con la mirada puesta en el futuro cercano. La delegación argentina estuvo conformada por diez personas, entre funcionarios y profesionales, entre los que estuvo el ingeniero Gabriel Blanco, docente e investigador de la Facultad de Ingeniería de la Unicén. Además de ser delegado de Argentina y participar de las negociaciones, Blanco actuó como presidente del Comité Ejecutivo de Tecnología, un espacio de la ONU para acercar las posiciones de los países en materia de desarrollo y transferencia de tecnologías para mitigar los efectos del cambio climático.

En este escenario el rol de la Argentina siempre fue muy activo, de hecho durante el 2011 presidió el G-77, es decir, un Grupo de países en vías de desarrollo, más China, que en realidad está conformado actualmente por 132 países. “Tuvimos la misión de llevar posiciones conciliadoras, tratando de buscar acuerdos, primero dentro del grupo de los 77, que ya es muy difícil porque hay muchas diferencias, y luego con el resto”, explicó Blanco.

Acuerdos y diferencias

El ingeniero olavarriense admitió que, si bien había expectativas más ambiciosas para Durban, al menos se llegaron a acuerdos parciales para avanzar en la reducción de emisiones.

gblanco1“Se avanzó en temas como tecnología, adaptación al cambio climático, deforestación, y se creó un Fondo Verde Climático, una ayuda financiera para los más vulnerables a los efectos del cambio climático”, repasó el docente de Ingeniería.

El más interesante de estos acuerdos en cuanto a resultados “fue el de tecnología, porque se dio un paso más hacia la concreción de una red de instituciones científicas, académicas y tecnológicas, que van a estar vinculadas a esta Convención para coordinar y promover acciones y actividades de todo tipo”, se entusiasmó. “Esto empieza a acercar la realidad del día a día sobre cambio climático, donde se va a promover en conjunto la investigación y desarrollo en todo el mundo, con nuevos emprendimientos, innovación tecnológica, capacitación, entrenamiento, lo que va a derivar en la transferencia de tecnología, el intercambio de conocimiento”, agregó.

La parte pendiente de la cumbre fue la falta de acuerdo “sobre qué países son los que tienen que reducir emisiones y cuánto. Estados Unidos, Japón, Europa y otros desarrollados quieren que China, India y Brasil también se comprometan a reducir sus emisiones. La unión europea estaría dispuesta a hacer un esfuerzo, pero Estados Unidos, Canadá, Japón y Australia no”, graficó.

Entonces, “hay conflictos entre los países desarrollados y conflictos entre los desarrollados y los que están en desarrollo. Y los conflictos tienen que ver con que asumir esos compromisos implica hacer un esfuerzo, al principio, con cambios de tecnologías. Si los chinos, por ejemplo, tuvieran que optimizar su tecnología perderían competitividad, porque sus productos serían más caros, y en estos puntos no se llegó a un acuerdo”, remarcó.

Kioto y el futuro

Actualmente, el Protocolo de Kioto es el único instrumento legal vinculante para reducir emisiones contaminantes. Estados Unidos, uno de los mayores contaminantes del planeta, nunca se adhirió. Sus alcances expiran en el 2012, y el resto de los países se niegan a nuevos compromisos mientras Estados Unidos no cambie su postura. “La continuidad de Kioto no se resolvió, pero está débil”, admitió Blanco. “Se decidió que a partir de 2012 se abrirá una nueva negociación para llegar a un acuerdo global que sustituya a Kioto”, agregó.

En torno a financiamiento establecido por el Fondo Verde Climático, tampoco hubo definiciones ya que no hay certezas sobre el manejo de los fondos, que oscilan los cien millones de dólares. Además, la crisis mundial no contribuye a poder pensar esquemas a largo plazo.

Cambio de hábitos

El ingeniero Gabriel Blanco sostuvo que “para que el cambio climático no siga avanzando y no haya problemas mayores se debería llegar al 2050 con un 80% menos de emisiones de las que había en 1990, cuando se registraban 40 gigatoneladas de dióxido de carbono. Hoy hay más de 50 gigatoneladas. Hay que llegar a tener menos de 10 gigatoneladas en los próximos cuarenta años”, calculó.

Para llegar a este panorama, los países desarrollados deberían reducir todas sus emisiones a la mínima expresión, y las naciones en desarrollo hacer que no sigan creciendo. Aquí las posturas de los países entran en conflicto, sus desproporciones se agigantan, y ultimaparadurbanse enfrentan las visiones de crecimiento. “El tema es que todos los países tienen que reducir las emisiones al mismo tiempo. Hace falta un acuerdo integral, pero además que sea justo”, subrayó Blanco.

“Al hacer el análisis de las emisiones por persona, si bien no es el único indicador a observar, hay claramente una gran desigualdad”, explica el ingeniero. Por ejemplo, “Estados Unidos genera 25 toneladas de dióxido de carbono por persona en un año. Detrás de esas toneladas está el transporte público y de cargas, el auto, todo lo que se fabrica y se compra, los consumos en general. En la India tienen menos de 2 toneladas de CO2, y como son muchos habitantes el total es muy grande, pero por persona es poco. Ahí hay una desigualdad”, comparó. “En Estados Unidos hay un nivel de consumo monstruoso y esto muestra desigualdad en nivel de desarrollo y consumo. Estas son las grandes batallas. Porque los chinos, indios, brasileños quieren que los dejen crecer, pero de la forma en que crecieron Estados Unidos, Japón, o los europeos, no hay planeta que lo resista”, descargó el delegado argentino en Durban.

Perspectivas

Para acercarse a las pretensiones ambientales de 2050 es necesario modificar el esquema productivo y de consumo, con todas las dificultades económicas, políticas, y sociales que incluye. En principio se requiere cambiar los recursos energéticos y mejorar la tecnología de producción, pero el verdadero e influyente cambio se dará con una reducción del nivel de consumo.

srex_coverEl sector industrial, la producción de energía eléctrica, la agricultura, la deforestación, el transporte, todo produce emisiones que están ligadas al consumo. Y a esto hay que sumarle las crecientes demandas de una población mundial en aumento. “El tema es: qué líder empieza a plantear otro tipo de modelo. No se trata de vivir en la prehistoria sino, por ejemplo, de empezar a consumir cosas que no sean superfluas, y sí las realmente necesarias”, aportó el ingeniero.

A pesar de las dificultades para los acuerdos ambientales futuros, “hay movimientos de base que están pidiendo cambios, más algunos líderes que ven el tema con la relevancia que tiene. Algunos cambios se van a empezar a dar”, se esperanzó el investigador olavarriense.

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