El riesgo sísmico en las obras civiles

Si bien la ciudad de Olavarría se encuentra en una región del país donde es improbable que se produzca un sismo, y por eso no se exige un diseño de estructuras sismorresistentes, sí deben cumplir ciertos requerimientos establecidos en los reglamentos en función del tipo de construcción y de las características del suelo del lugar de emplazamiento.

Estas cuestiones fueron debatidas en la reciente visita de un experto europeo en vulnerabilidad sísmica que visito la Facultad de Ingeniería de la Unicén. Se trata del doctor ingeniero Humerto Varum, graduado de la Universidad de Aveiro, Portugal, quien compartió sus experiencias académicas y profesionales con docentes y alumnos locales.

Aunque alejada de epicentros sísmicos, algunos vecinos de Olavarría aseguran haber sentido las repercusiones de los terremotos registrados en Chile en marzo pasado, y en febrero de 2010. En esas oportunidades no se verificaron daños en las construcciones, pero sí movimientos de objetos, sobre todo en los pisos altos de edificios. Esas son sólo muestras de las repercusiones que pueden tener las vibraciones del suelo en las estructuras, sean por sismos u otros fenómenos naturales, así como por la actividad del hombre. Por eso es que Varum remarca la necesidad de mejorar la seguridad de las construcciones.

Atento a esto, “estimo que es posible hacer para cada obra un cálculo sísmico sencillo, una mejor verificación de la seguridad, dimensionamientos, verificación de la obra proyectada, conexión de elementos, mejor trabamiento de paredes esbeltas, cosas que no aumentan el costo de la obra pero garantizan su seguridad. Y además concentrarse en el mantenimiento, que es imprescindible”, repasó.

Varum reside en una zona que registra una moderada actividad sísmica. Otros sectores de Portugal han registrado severos terremotos aunque separados en el tiempo. Todo esto ha hecho que se preocupe en el tema, y en su actividad profesional viaje por aquellas regiones del mundo afectadas por terremotos, para estudiar el comportamiento de las estructuras y proponer soluciones de refuerzo.

En la conferencia que dictó en Ingeniería, sostuvo que su grupo de investigación ha detectado en zonas de riesgo una gran cantidad de edificios de mediano y pequeño porte sin cálculo sísmico. Y además, edificios realizados con materiales sin un estricto control de calidad. “Los sismos reciente en todo el mundo nos confirman que estos problemas identificados pueden evitar el mal comportamiento, el colapso, y la muerte de personas. Por eso es oportuno conocer bien el patrimonio, caracterizarlo bien, y buscar soluciones que mejoren el nivel de desempeño ante una acción sísmica”, explicó el ingeniero.

Por la propia dinámica de las construcciones, “hoy podemos encontrar dos edificios, uno junto al otro, construido en la misma época, con abordajes distintos sobre su construcción. Entonces, ante casos extremos, las consecuencias serán distintas en cada caso. Por eso es necesario ajustar en forma más general los diseños y controles. Ahí debe intervenir el gobierno de cada lugar para controlar. Y además del control, es vital la educación, porque educarnos es más fácil y más económico”, manifestó el portugués.

Y en esto es imprescindible la cultura de la construcción, que involucra a las empresas, a los proyectos, y a la propia sociedad. “El director de obra debe ser consciente de que cada decisión que toma debe contemplar un nivel de riesgo asociado a las construcciones, entonces la educación es más económica y eficaz para promover la seguridad sísmica de las construcciones, hay que insistir desde el rigor de los procesos”, insistió.

En adobe

El grupo de investigación al que pertenece Humberto Varum hace años que trabaja, además, en la rehabilitación y refuerzo de estructuras construidas en adobe. Es que en la región de Aveiro el adobe fue el material de construcción predominante hasta la primera mitad del siglo XX. Actualmente hay más de 1300 edificios de adobe con un valor histórico y arquitectónico muy elevado, muchos en estilo Art Nouveau, desde iglesias, comercios, hasta centros militares, que son marca registrada de la ciudad.

Varias de esas construcciones están dañadas, con escasa seguridad, o incluso está comprometido su uso. Por eso se ha incrementado el interés, desde ámbitos políticos, científicos, y empresariales, para conservar y rehabilitar esas construcciones. Varum es uno de los que han trabajado intensamente en la caracterización mecánica del adobe, en su comportamiento estructural, y en la búsqueda de soluciones que permitan mejorar el nivel de desempeño y seguridad de las construcciones.

El ingeniero destaca las características del adobe en la construcción como una alternativa natural, amigable con el ambiente, pero advierte que se trata de una solución pasajera. “En la construcción hay que usar todas las soluciones posibles, con todos los materiales disponibles, desde el hormigón, al acero, la madera, la tierra, el aluminio, los compuestos. Más allá del costado técnico de las construcciones, hay que considerar además la identidad del lugar, y para esto el adobe debe convivir con otros materiales, adaptarse a las exigencias”, aseveró.

Con todo, la visita del doctor Varum posibilitó un enriquecedor intercambio en aspectos relacionados con el ejercicio profesional, la docencia, investigación y la extensión.