Los ingenieros como protagonistas del desarrollo sustentable

El nuevo siglo propuso un nuevo paradigma en la formación de los ingenieros. Hace tiempo que no alcanza sólo con conocimientos técnicos, sino que es imprescindible contar con herramientas de emprendedorismo, gestión, cuestiones humanísticas, compromiso político-social, capacidad de liderazgo, y de promoción de proyectos colectivos.
El perfil del ingeniero actual ya tiene incorporada la idea de trabajar en el marco de un desarrollo sostenible, orientado al uso adecuado de los recursos. En este sentido, el decano de la Facultad de Ingeniería de la Unicén, Marcelo Spina, remarcó que "la preparación de los ingenieros debe considerar que su actividad tiene impactos económicos, sociales y ambientales, y que por eso no se deben ver afectadas las necesidades de las generaciones futuras".
Pero no siempre estuvo presente este telón de fondo. La disciplina, la profesión y la formación de ingenieros han tendido los mismos vaivenes que las diferentes áreas del país en los últimos veinte años. En la década del '90 se instalaron políticas que alentaban la comercialización de la enseñanza, la privatización de los servicios educativos, y con un Estado que quitaba financiamiento y apoyo. Conocidas como reformas de tercera generación, entendía los problemas educativos como casos que debían abordarse técnicamente, y por eso se motivó la formación de ingenieros como administradores tecnológicos y supervisores de renta. Además, la Ley de Educación Superior le daba marco al rol de un estado desentendido. "El pensamiento del poder dominante estuvo lejos del compromiso que las escuelas de ingeniería debían tener con su rol en la sociedad", agregó Spina.
La crisis anunciada de principios de siglo XXI requirió, entre otras, de la inmediatez de la acción de los ingenieros para sustituir importaciones, en el camino de una reconstrucción del país que debía poner en marcha sus capacidades dormidas.
En otro contexto, nacional e internacional, los ingenieros recobraron un protagonismo a partir de la apertura de espacios para las iniciativas de distintos sectores, y de la gestión universitaria hacia la innovación, el desarrollo tecnológico nacional y el compromiso social de los profesionales con la realidad.
Acorde con estas nuevas necesidades, la Facultad de Ingeniería de la Unicén hace tiempo que trabaja desde diversos aspectos sobre el perfil del ingeniero que se requiere actualmente. Por eso, sus egresados se constituyen en líderes de las transformaciones de la región y el país, como generadores dinámicos de su entorno.

Líderes del cambio

El nuevo paradigma se articula con la influencia que la Facultad de Ingeniería tiene en toda la región, desde la capacidad del recurso humano que genera hasta la transferencia directa del resultado de sus investigaciones. Todo este potencial la distingue como promotora del desarrollo sustentable, y de los múltiples beneficios para la sociedad que produce.
Pero este panorama no se logró fácil ni rápido. Actualmente la Facultad cuenta con cuatro carreras acreditadas con el nivel más alto de calidad exigido por el Ministerio de Educación. Se incorporó recientemente la carrera de Agrimensura, atenta a la necesidad de aumentar la cantidad de profesionales en esa disciplina. En los últimos diez años, más de 400 jóvenes recibieron su título de grado, logros que están en sintonía con el Plan Estratégico de Ingeniería, que ese Ministerio puso en marcha recientemente para alcanzar 4.000 nuevos ingenieros por año en el país.
Y no se trata sólo de un número vacío, sino del aumento de profesionales calificados que por su actividad y dinámica social generan, entre otras cosas, mayor participación del producto industrial en la composición del PBI. Asimismo, las nuevas competencias que definen el perfil del ingeniero lo instalan como uno de los principales promotores del progreso económico, social, y ambiental.
La continuidad de este paradigma y la consolidación de un modelo socioproductivo que considere prioritarias las carreras de ingeniería para el desarrollo del país, permitirán a los ingenieros expresar sus potencialidades y atender las demandas de un mundo en constante cambio. Ellos son los que encuentran soluciones técnicas a muchos de los problemas que afectan a la humanidad. Por eso la formación académica debe estar siempre vinculada a una sensibilidad social que permita entender y transformar el entorno, con el compromiso profesional y personal para hacerlo.
"Un Ingeniero se hace con pasión, la misma que se ejerce en cada proyecto, en la investigación, en la educación y en la gestión", sintetizó Spina.