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La contaminación mundial en la mirada de una docente de la FIO

En la lucha mundial para adaptarse al cambio climático, los países más desarrollados asumieron el compromiso de informar anualmente sobre sus diversas actividades que generan gases de efecto invernadero, datos que sirven luego para tomar decisiones que reduzcan su impacto sobre el medio ambiente.
Este compromiso de las potencias se traduce en la elaboración de un inventario, donde exhiben detalladamente la realidad de actividades con gran influencia sobre el clima, que a su vez es examinado por un grupo de expertos internacionales, entre los que se encuentra la ingeniera Estela Santalla, docente e investigadora de la Facultad de Ingeniería de la Unicén. Ella fue propuesta por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, por sus conocimientos en residuos.
santalla2Santalla y otros especialistas ambientales de todo el mundo se reunieron días pasados en la ciudad alemana de Bonn para revisar y evaluar los inventarios que entregan unos cincuenta países desarrollados, en el marco de la Convención de Cambio Climático de las Naciones Unidas, y que responde a los compromisos asumidos en el Protocolo de Kyoto. En realidad, se trata de la evaluación del inventario 2011, que por la cantidad de información a procesar recién ahora se dan las condiciones para hacerlo.
En simultáneo con otros grupos, la ingeniera trabajó junto a unos diez profesionales durante una semana, y se concentraron en los inventarios sobre el sector de residuos entregados por Estados Unidos, Rumania, Eslovaquia y República Checa.
Además de evaluar los informes sobre los residuos generados por la actividad humana e industrial, los diferentes grupos de expertos también hacen foco en la producción, consumo, y uso de energía; todos los procesos industriales de cada país; y sobre la actividad en agricultura, que incluye el manejo de bosques, la cría de animales, la producción de cultivos, y el uso de la tierra.
Es una cantidad inmensa de información, que debe cumplir una serie acordada de normas y metodologías para su procesamiento. El mandato de los revisores es acompañar el cumplimiento de estas metodologías, su buena aplicación. No hay penalidades para los que no cumplen, pero todos entregan el inventario porque es considerado una herramienta fundamental para conocer el escenario actual y orientar la toma de decisiones. Lo que ocurre con las emisiones de gases de efecto invernadero se analiza en el contexto de las Conferencias de las Partes, reuniones anuales donde ahí sí se discuten políticas y compromisos. Lo que surge de los inventarios son aportes técnicos como insumo para las Conferencias.
El trabajo de Santalla y los grupos de expertos todavía es confidencial, porque está en etapa de procesamiento. Recién en febrero del próximo año concluirá el documento final, que será de acceso público y contendrá recomendaciones.

Datos argentinos

El análisis de los inventarios implica tener un conocimiento sobre la toda la estructura de sectores clave de cada país. Ante el volumen de la información a entregar, muchos de esos países cuentan con un sistema nacional de registro, que se encarga de hacer el documento. Santalla entiende que este sistema "es una fortaleza y es saludable que todos los países desarrollen sus capacidades para tener un sistema de registro. Y la forma comprobar si este sistema funciona es a través del nivel de la respuesta, la calidad técnica, el soporte técnico que ese sistema provee", repasó.
El caso de Argentina está entrando en sintonía. Si bien no lo alcanzan los compromisos de Kyoto, una nueva resolución de Naciones Unidas busca que también los países en vías de desarrollo entreguen un inventario, sobre los mismos sectores, cada dos años.
Esta iniciativa se enmarca en la Tercera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático que impulsa la Secretaría de Ambiente, y que incluye la elaboración de un inventario, con idéntica metodología que la del resto de los países. Como todavía en el país no existe un sistema de registro consolidado, se convocó a una licitación para contratar a quien pueda hacerlo. Para esto Santalla, junto a la Verónica Córdoba y Gabriel Blanco, por Ingeniería, más una doctora de Ciencias Humanas de la Unicén, y expertos de la UCA y de la Bolsa de Cereales, se presentaron como equipo para hacer el trabajo y quedaron seleccionados en primer lugar entre una gran cantidad de académicos, empresarios, y profesionales que se postularon a la convocatoria nacional.
Si la Secretaría aprueba la propuesta económica financiera que ya fue acoplada a la propuesta técnica, en breve comenzarán a elaborar el inventario de gases de efecto invernadero de 2011 para el sector residuos de Argentina. Será un trabajo intenso y compacto, porque en pocos meses se debe tener información sobre todos los niveles del sector, sus prácticas, los tipos de tecnología que se usan, los residuos que se generan, entre otros datos. E igual metodología se implementará para quienes se encarguen del relevamiento del resto de los sectores.

Saber para decidir

Si Argentina logra con el tiempo contar con información sistemática y organizada sobre los gases de efecto invernadero que generan sus actividades, seguramente podrá tomar mejores decisiones para reducirlos. El inventario en sí puede mejorar en calidad cada año, pero lo importante son las políticas que promueven cambios.
La ingeniera Santalla explicó que "los registros de información de cada sector deben ser públicos, abiertos y transparentes. Más allá del objetivo de ver las emisiones, tener la información es una herramienta clave para tomar decisiones. Para saber hacia dónde ir, cómo implementar mejoras tecnológicas y también ambientales, económicas, productivas. Y esta es una de las debilidades más grandes que tiene el país en estos temas", admitió.
Para estos casos, según la experta, las universidades deberían asumir un compromiso más activo para generar recursos humanos que puedan sumarse a las acciones académicas y científicas para preservar el medio ambiente.
Con todo, la posibilidad de realizar este inventario nacional y participar de las revisiones internacionales refleja la calidad de los estudios e investigaciones que llevan a cabo docentes de Ingeniería en torno al cambio climático y sus consecuencias, e instalan a la Facultad olavarriense como referente en asuntos globales sobre las emisiones contaminantes.

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