Las experiencias vinculadas a las Actividades de Formación Social y Humanística de la FIO fueron distinguidas durante las IV Jornadas Nacionales de Compromiso Social Universitario, que se realizaron en Mar del Plata, organizadas por la UNMdP, la SIP,y la CONADU.
En ese marco, y luego de analizar más de 60 trabajos, el Comité Evaluador entregó a la FIO la "Mención Mariano Salgado a prácticas distinguidas en comunidad a la experiencia". El reconocimiento fue recibido por el docente Marcos Lavandera, quien junto a estudiantes y colaboradores de las actividades participaron de las Jornadas.
El Comité consideró muy valioso que estas iniciativas fomenten la formación de un profesional comprometido con la sociedad en la que actúa, integrando los conocimientos académicos con valores y principios éticos, para lograr un buen desempeño en los diferentes ámbitos de su vida profesional y social.
La Facultad de Ingeniería ha incluido en los Planes de Estudio estas Actividades de Formación Social y Humanística (AFSH), y su cumplimiento son requisito para la graduación.
Institucionalmente, la FIO entiende que la formación del ingeniero requiere trabajar aspectos que le permitan ser consciente del ambiente en que se desenvuelve y de la realidad social desde el punto de vista de su profesión. Por eso la idea de una formación integral que favorezca el desarrollo de actitudes y valores tendientes a la formación de profesionales con conciencia ética y solidaria, crítica y reflexiva, capaz de mejorar la calidad de vida de la comunidad a la que pertenecen.
En torno a estas prácticas, ya son más de 25 las instituciones de diversos rubros que tienen vinculación con Ingeniería. Suman más de 350 estudiantes, y 90 docentes y no docentes universitarios, los que ya participaron en las actividades comunitarias. Ellos, abordaron temas sobre proyectos y asistencias para construcciones, educación y elaboración de alimentos, difusión de la ciencia y la tecnología, emprendedorismo, apoyo escolar, agua potable, formación docente, problemáticas ambientales, talleres de oficios, incorporación de equipos para escuelas, energías renovables, accesibilidad edilicia, entre muchos otros.
Con todo, luego de diez años de trabajo de compromiso social, los estudiantes se convirtieron en los verdaderos motores de los proyectos, más allá de la condición de requisito académico, lo que refleja un verdadero estímulo a su formación integral.