Susana comenzó a trabajar en la Facultad de Ingeniería el 1º de junio de 2004, en el horario de la tarde, de 16:00 a 22:30. “En ese momento sólo quedábamos Jorge (N de la R: Rodríguez, jefe de maestranza, jubilado recientemente) y yo. Por ese tiempo un mes me llamaron para trabajar en el INCUAPA, el núcleo de investigación de la Facultad de Ciencias Sociales, y me invitaron a quedarme allá pero yo me quedé acá por Jorge”. En 30 segundos de charla, Susana nombra dos veces a Jorge, quien fue su jefe en el ámbito laboral, y es su marido desde hace 39 años, padre de las hijas de ambos, Gabriela y Romina.

Siempre estuvo en el área de Maestranza. Durante ocho años en el edificio de Ingeniería Química y sus últimos años de trabajo los desempeñó en el edificio principal de la FIO, donde se la podía ver todas las tardes. “Son lugares diferentes, química es tal vez un poco más tranquilo, porque cuando termina el día el movimiento de gente es menor”, señaló Sollé.

Entre los momentos a destacar por esta trabajadora Nodocente en la institución, el primero que le vino a la cabeza fue “tomar mate con José Lazcano (jubilado) en la caldera. José es de esas personas que si andabas mal o triste por algo, él te levantaba el ánimo enseguida. Te arrancaba una sonrisa”. La caldera, donde se encuentra el sistema de calefacción de Ingeniería era hasta unos días, el lugar donde se reunían los integrantes del área para distenderse un poco. “Pero ya no tanto”, dijo Susana en su último día de trabajo. “Se fue Jorge y ya ni mate nos juntabamos a tomar”, agregó.

“De la Facultad de Ingeniería me quedo con algunas personas que conocí”, dijo Sollé. “Yo ya conocía a personas acá desde que Jorge trabajaba en la Escuela Técnica Nº 2, donde estaba antes la facultad”, contó. Con su tiempo libre, Susana se va a dedicar a ella y a su familia. “Me gusta mucho leer, pero en casa no me voy a quedar todo el día. Voy a salir a aprender algo, pasear, y si Jorge no me acompaña, me voy sola”, finalizó entre risas Susana.