El proyecto “Difusión de la Ciencia en la Escuela” de la FIO cumplió 20 años.

• 13 de septiembre de 2017

 

Hace 20 años en un aula de la Facultad de Ingeniería, estudiantes de la Carrera de Profesorado en Física y Química marcaban, sin darse cuenta, el nacimiento de uno de los proyectos más consolidados de la unidad académica. La iniciativa “Difusión de la Ciencia en la Escuela”, ha acercado a alumnos de primaria y secundaria al mundo de la ciencia y la tecnología, de manera no formal e ininterrumpida durante las últimas dos décadas.
La iniciativa se gestó, según recordaron sus impulsoras, en el marco de la cátedra de Práctica de la Enseñanza. Es así como un grupo de estudiantes de la Carrera de Profesorado en Física y Química idearon talleres con diferentes temáticas para estudiantes de segundo y tercer ciclo de escuela, buscando desarrollar algunos contenidos de física y química que quedaran incluidos en situaciones problemáticas contextualizadas; y que estuvieran orientadas a enseñar a pensar. Entre los impulsores de este proyecto, que hoy en día son profesionales docentes, se encuentran Bettina Bravo, Mariné Braunmüller, Mario Fernández, Silvina Cappelletti, Karina Nesprías, Erika Sager, Belén Güerci, Gabriela Bongiorno.
Ciencia extendida
La propuesta se transformó en la elaboración de un proyecto de extensión, que resultó aprobado por el Consejo Académico de la Facultad de Ingeniería el 21 de agosto de 1997, con el nombre de Proyecto de Difusión de la Ciencia en la Escuela. Desde aquel entonces, se han realizado incontables talleres, obras de teatro, charlas, muestras y todo tipo de actividades.
“Desde sus comienzos el proyecto apunta específicamente a difundir la ciencia a través de un tipo de enseñanza no formal, a convertirse en un ámbito de formación y desarrollo de los futuros Profesores de Física y Química, y de vinculación de estudiantes y docentes de la FIO con la comunidad”, explicaron las impulsoras. Cada año, se trabaja con 800 alumnos de diferentes instituciones educativas y distintos niveles.

Hay talleres de electricidad, física, reacciones químicas, fábrica de jabones, astronomía, robótica y biotecnología, entre otros, por el que pasaron más de 7 mil niños y jóvenes a lo largo de los años. El objetivo no es solamente aportar a las vocaciones científicas, y acercar la ciencia de un modo lúdico a las escuelas, sino también, brindar un ámbito de formación a los estudiantes de la Facultad de Ingeniería y el Instituto de Formación Docente Nº 22, reforzando el vínculo con la comunidad.
Un gran camino recorrido
Desde el comienzo, el proyecto sumó iniciativas, como el laboratorio ambulante “Prof. Gabriel Velázquez”, para llegar a escuelas rurales, y que se abrió al público en la última edición de “Cultura Viva”, en el Centro Cultural San José.
Además de los talleres iniciales, se nuclearon actividades de extensión tales como el espectáculo unipersonal “Los Experimentos de Melquíades” a cargo del licenciado Orlando Barrio (1998) y un campamento científico en Sierras Bayas. La propuesta de Barrio consistió en una muestra de experimentos físicos con agua y aire con objetos cotidianos, para que los chicos pudieran repetirlos en sus casas. Fueron invitados a participar de las funciones, los alumnos de todas las escuelas de Olavarría y la zona, con sus respectivos docentes.
No solo momentos
Otro de los grandes momentos del proyecto se llevó adelante en 2001, con la presentación de la obra de teatro "El vendedor de mundos” ante más de 1200 alumnos de escuelas olavarrienses. La puesta en escena fue adaptada e interpretada por estudiantes del Profesorado en Física y Química (actualmente Profesorado en Química), y se extrajo del libro “Astronomía en Liliput” de Horacio Tignanelli.

 
En medio de su recorrido, el proyecto debió adaptarse a la situación económica del año 2002. Así, se creó el subproyecto “Compartiendo con...ciencia”, con el que docentes y estudiantes visitaron numerosas escuelas de escasos recursos y en cada una de ellas realizaron la obra de títeres denominada: “Catalina busca un mundo” para alumnos de los primeros años de primaria. Mientras se disfrutaba de la obra se compartía una merienda preparada y servida por alumnos integrantes del proyecto. Actualmente, esa puesta en escena resurge en algún que otro escenario escolar.
Esto no termina acá…
Y todavía quedan ideas para el futuro. Hace mucho tiempo, una propuesta caló hondo en representantes de la Municipalidad de Olavarría, el grupo MANO (Movimiento Alegría de los Niños de Olavarría) y la Facultad de Ingeniería: un “Parque de los Niños”. En este sentido, “Difusión de la Ciencia en la Escuela” diseñó un Rincón de Astronomía y una plaza de juego, pensados para este espacio público y gratuito al aire libre. “Este continúa siendo un desafío a alcanzar dado que su concreción se encuentra limitada por la falta de recursos económicos”, sostuvieron las representantes.

Actualmente el equipo de trabajo está conformado por docentes y estudiantes de la Facultad de Ingeniería, entre ellos la Mg. Ana Fuhr (directora del proyecto), la Lic. Irupé Fallabella, la Mg Adriana Bertelle, Dra. Adriana Rocha, Mg. Cristina Iturralde, Esp. Marta Tenaglia, Esp Cristina Grasselli, los graduados Profesores Maximiliano Delletesse y Eugenia Labarrieta, y los estudiantes Carolina Matos, Hilen Moccearo, Agustín Laveglia, Mariana Róbalo, Natalia Sabbi, Ariadna Flores, Gisela Croce, Ornella Gómez, entre otros.