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El docente de la FIO, Dr. Federico Ortega, explica el fenómeno del agujero negro en palabras sencillas.

 

agujeronegro

Crédito: DPA

 

• 15 de abril de 2019

 

Todo comenzó con aquel científico de pelos blancos y alborotados, que a más de 60 años de su muerte sigue asombrando al mundo con la precisión de sus investigaciones científicas, desarrolladas en tiempos donde la tecnología, tal como la conocemos hoy, se veía solamente en películas de ciencia ficción. Albert Einstein publicó a principios del siglo pasado la teoría de la relatividad general, donde masa, fuerza gravitacional, aceleración y tiempo forman un conjunto inseparable. Un siglo después, los estudios del físico alemán encuentran en la famosa foto del agujero negro, que no dejó noticiero y redes sociales sin publicar, una confirmación. ¿Pero qué es y por qué no se pudo fotografiar antes?


“Primeramente diremos que todo cuerpo (o toda masa) genera una fuerza de atracción sobre otro cuerpo. Esta es la fuerza de gravedad. Incluso los cuerpos de dos personas que charlan, se atraen entre sí debido a esta fuerza. Esta fuerza es muy débil entre los cuerpos, para nosotros, de la vida diaria”, explica el Doctor en Física y docente de la Facultad de Ingeniería, Federico Ortega. “Esta fuerza se pone notoriamente de manifiesto cuando los cuerpos son muy grandes como lo son planetas, estrellas y otros objetos estelares. Debido a ella es que nosotros permanecemos pegados a la Tierra”, agrega.


“Yendo a la dinámica de la interacción, si vos tomás un objeto, y lo arrojás para arriba, luego de subir una determinada altura va a caer debido a la fuerza de la gravedad. Cuanto mayor es la velocidad con que lo arrojas, más alto irá pero luego cae. Cuando la velocidad que lo arrojás supera un determinado valor, el cuerpo ya no puede volver, o sea, que escapa de la fuerza gravitacional. A esta velocidad se la denomina velocidad de escape. Este concepto es clave para entender a qué se le llama agujero negro”, afirma Ortega, en relación a esta fascinante rama de la disciplina que se llama Cosmología, y que aunque no es su campo de estudio, lo rodea.


Entonces, hay una masa (por ejemplo, los planetas), una fuerza gravitacional (cuanto más masa concentrada mayor fuerza), y una velocidad de escape (que depende de la concentración de masa). Bien, ahora también se debe aclarar que no hay nada en el Universo que pueda viajar más veloz que la velocidad de la luz. “Luz que se refleja en todo lo que nos rodea y nos permite ver”, agrega el profesor Franco Solari.


Un agujero negro es una masa con tal fuerza gravitacional que su velocidad de escape es mayor que la de la luz, la velocidad mayor del universo. O sea, no sale nada de ese lugar, ni siquiera la luz. Por eso se lo denomina “agujero negro”.


¿Cómo se “ve”, entonces, un agujero negro?


Si ni siquiera la luz puede llegar desde un agujero negro, ya que no puede salir, ¿cómo es que se lo puede fotografiar? “Por una serie de efectos que, según la teoría de Einstein, se deben dar alrededor de estos fenómenos”, sostiene el físico de la FIO.
La información obtenida se procesa en base a un modelo, en este caso al de Einstein. La aparición de la imagen que se hizo viral confirma por un lado la teoría del alemán, y por otro, la existencia del agujero en sí, ahí radica su relevancia científica.
Pero, si la fuerza gravitacional de un agujero negro es tal, que nada sale de allí, ¿cuáles son las posibilidades de que lo que pase por allí cerca sea devorado por él? “Todas”, sentencia Ortega. “A partir de una distancia, pueden ser atraídas hasta galaxias enteras”.

 

ortega

Dr. Federico Ortega


La imagen fue obtenida de la galaxia vecina M87. Para poder captarla, se utilizó el Telescopio del Horizonte de Sucesos, una red de ocho telescopios de los principales observatorios del mundo. Era una misión que implicaba condiciones perfectas para apuntar todos a la ubicación exacta en el momento exacto, involucrando a más de 200 profesionales de la matemática, la física, la astronomía y la ingeniería. Toda esta información acumuló millones de gigabytes, imposibles de mandar por Internet, por lo que se tuvo que transportar media tonelada de discos duros a supercomputadoras para procesarla. Después de dos años de procesar toda esa información se presentó la primera fotografía. “ En la repercusión internacional que tuvo la publicación de este hallazgo, es también notable ver la importancia que se le da y el apoyo que recibe la ciencia por parte de los países involucrados y el orgullo con que presentan sus logros. Esto contrasta notablemente con lo que ocurre actualmente con la ciencia y con los científicos en nuestro país”, concluyó Ortega.

 

 

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