• 14 de agosto de 2020

Durante este tiempo de emergencia sanitaria, la FIO logró adaptarse para que su dinámica institucional se resienta la menos posible. Hubo que resignificar los vínculos, la enseñanza, los trabajos, las normativas, las responsabilidades, las expectativas. En un vertiginoso aprendizaje de las formas, se incorporaron nuevas maneras de hacer las cosas. En estos tiempos de pandemia es una de las instituciones más activas de la Universidad. En el inicio del segundo semestre, el decano Marcelo Spina repasó la nueva normalidad y adelantó los desafíos para lo que resta del año.

En un balance sobre el cierre del primer cuatrimestre, donde se dictaron todas las asignaturas de grado y se recuperaron los llamados de turnos de exámenes de junio, julio y agosto, “rescato la adaptación que ha tenido la Facultad para lograr la virtualización de los contenidos académicos y las evaluaciones. Y ahí ponemos un punto muy importante en los cuerpos docentes, y el equipo de Educación a Distancia, que en todo este tiempo ha acompañado para que se pueda avanzar en los contenidos y metodologías acordes a la enseñanza de la ingeniería”, apuntó.

En este semestre, los contenidos de las casi cien materias que se dictan en la FIO se expondrán de forma virtual. “Esta situación nos impulsó a consolidar todo el equipamiento para que se pueda realizar la virtualización de la FIO. De esta forma, en el plano académico hemos dado certeza al cuerpo docente y a los estudiantes que habrá un segundo semestre en formato virtual, al menos mientras esté vigente la emergencia. Quedan pendientes de regularizar los temas experimentales de las materias del primer cuatrimestre, que requieren presencialidad”.

Según Spina, “la FIO tiene que ir volviendo paulatinamente a su ritmo normal, no con las asignaturas presenciales, pero sí con las actividades de investigación y extensión en la medida de lo permitido”. Y en este sentido “hay un protocolo que establece la posibilidad concreta de asistir en la Facultad en horario reducido. Ya hay alrededor de cien docentes y Nodocentes que están autorizados o tramitando los permisos para empezar a concurrir y llevar adelante sus trabajos experimentales de ciencia y tecnología, de servicios”, relató. “Hay tres laboratorios de servicios funcionando, más todo el equipo que está desarrollando el respirador artificial”, amplió.

Desafíos

El decano admite que “desde lo institucional también se ve cierto grado de complejidad, porque es un año electoral, donde la Universidad elige sus autoridades en asamblea y reuniones plenarias de los Consejos Académicos, cuyo formato siempre ha sido presencial. De manera que será un tema desafiante para ver cómo se resuelve la renovación de las autoridades en medio de un sistema de emergencia sanitaria”.

En el plano de la vinculación institucional, la Facultad tiene en marcha varios convenios que exigen adaptaciones para trabajarlos. Uno de ellos fue firmado con el Programa Provincial de Incentivos a la Generación de Energía Distribuida (Proinged) y el Foro Regional Eléctrico de Buenos Aires (Freba). El acuerdo establece el relevamiento de 32 escuelas en varias ciudades de la región, para el análisis de eficiencia energética y la instalación de sistemas de energía renovable. “Es una tarea que estamos iniciando la semana próxima”, adelantó el decano.

“También tenemos convenios firmados con Laprida. Y un trabajo de eficiencia energética con el municipio de Lobería, que incluye la asistencia de estudiantes de la escuela técnica de esa localidad, y con una capacitación a distancia para que la mano de obra del relevamiento se haga localmente”, contó.

En esta evaluación, Spina destacó las mejoras logradas por la nueva estructura política que generó la propia Facultad. “Hubo reformas de los Departamentos, de las carreras, hubo respuestas distribuidas en todos los ámbitos, una mejor gestión de los recursos humanos. Por eso logramos obtener muchas decisiones por consenso, varias de ellas complejas. Por ejemplo las excepcionalidades, correlativas, vencimientos de cursadas, etc. En esto tuvimos un acompañamiento permanente”, destacó.

También se ocupó del plano presupuestario. “La mayor conflictividad se dará en función de la actualización salarial de los cuerpos docentes y Nodocentes de las universidades nacionales. Un programa que seguramente estará siendo elaborado por el rectorado de la Universidad para readaptar las estructuras e infraestructura de las unidades académicas para afrontar situaciones de esta naturaleza”.

En un escenario de pandemia y distanciamiento social, “desde Ingeniería apelamos mucho a la responsabilidad de docentes, Nodocentes y estudiantes que participan de las actividades presenciales en la FIO. Indefectiblemente vamos a tener que convivir con un sistema diferente al planeado a principio de año, que nos ha sorprendido. Esa sorpresa también es un reaseguro de que la Facultad tiene una capacidad de adaptación muy importante”, sostuvo Spina. Tanto es así, que es la única Facultad de la Universidad cuyo órgano colegiado de gobierno está funcionando desde el mes de abril”, subrayó.