Logística Integral desplegó estrategias para sostener la cursada virtual.

 

Cuando a mediados de marzo se declaró la emergencia sanitaria por la pandemia del COVID-19, los equipos docentes debieron desplegar ciertas estrategias para sostener la cursada que, en principio, sería virtual por algunas semanas. Con el correr de los días, se vislumbró un año completo de virtualidad, y se multiplicaron los esfuerzos.

En el caso de Logística Integral, la licenciatura que se dicta en la subsede Quequén, se actuó a contrarreloj al igual que en el resto de las carreras de la Facultad de Ingeniería. “La cursada virtual se implementó desde el inicio del calendario académico sin perder días de clases”, aseguró el coordinador de la carrera, ingeniero Juan Cruz Maidana. A través de plataformas virtuales se reunieron los y las docentes del primer cuatrimestre “y con la prosecretaria de la Sede, Marcela Mastrocola, acordamos capacitaciones para todos en el manejo de las aulas virtuales sincrónicas y asincrónicas como Moodle, con el equipo de tecnología e informática de la sede, las profesoras Paula Tristán y Claudia González”, contó el docente.
 
Paralelamente a la alfabetización digital, se adaptaron los contenidos de las cursadas a la nueva modalidad, “con el pasar de los días y las extensiones de la cuarentena, los docentes asumimos el compromiso y continuamos trabajando a distancia con los alumnos, replanificando talleres y prácticas de laboratorio para el caso de asignaturas que lo requerían y adaptándolos a la virtualidad”, relató. Lo mismo ocurrió en el segundo cuatrimestre.

Pros y contras

Las principales dificultades –señaló Maidana- se encontraron en la falta de conexión y acceso a internet de estudiantes, en mayor medida de primer año. “Además, en materias como matemática, donde la matrícula es grande y los contenidos son dificultosos, surgió el desafío de evitar el abandono de las materias”, contó. En este sentido, se trabajó fuertemente en la contención, asistencia con computadoras para quienes no tenían, armando una red para hacer llegar la información con pendrives para estudiantes sin conexión a través de los responsables del programa Nexos, y se hizo un seguimiento telefónico con la ayuda de estudiantes avanzados, ayudantes alumnos y tutorías. “La principal fortaleza encontrada es la unión como equipo de trabajo, el espíritu de superación ante la adversidad y de colaboración, y la gran responsabilidad con la que los docentes, nodocentes, ayudantes matriculados y alumnos avanzados tomaron su trabajo”, destacó el coordinador.

Respecto a la posibilidad de incorporar algunas de las estrategias de la virtualidad en la cursada tradicional una vez que se supere este contexto, explicó que se analiza la implementación de un ciclo de complementación de la Licenciatura destinado a técnicos en logística con títulos provinciales, de dos años de duración, con materias bimestrales y totalmente a distancia. “La práctica y enseñanzas que nos ha dejado este año han sido muy útiles y han acelerado el proceso de redacción del plan de estudios. Además, las asignaturas que este año han implementado por primera vez el aula Moodle, seguirán trabajando con la misma, y en aquellas donde tenemos profesores viajeros, en ocasiones excepcionales se podría implementar la virtualidad si es necesario”, sostuvo.

“Entiendo que la modalidad virtual, en general, ha servido para paliar un año que debido a la cuarentena obligatoria podría haber estado perdido si no fuera por el esfuerzo y responsabilidad de todos los integrantes del equipo de la Sede y de toda la UNICEN”, reflexionó el ingeniero. “Pero consideremos que los planes de estudio han sido pensados en modalidad presencial, con lo cual no es sostenible en el tiempo la virtualidad sin modificaciones en esos planes para adaptar la realidad del contexto a las currículas de las carreras. Considerar que las asignaturas con laboratorios o prácticas en talleres, en algunas ocasiones no tienen cómo suplir el inconveniente de no poder asistir a los laboratorios, y si bien se han adaptado a la virtualidad, se considera que es una excepción”, aclaró. Con el objetivo de buscar alternativas frente a este obstáculo, la FIO lanzó un concurso para desarrollar entornos virtuales, que incluso luego quedarán como soporte en la formación cuando se vuelva a la presencialidad.

Por último, Juan Cruz Maidana destacó el trabajo docente y nodocente en modalidad home office e invitó a repensar las capacidades desplegadas para ello. “¿Estamos todos preparados para hacerlo? ¿Tenemos un lugar adecuado para concentrarnos? ¿qué ocurre con la ergonomía y la seguridad en el trabajo?”, se preguntó también desde su formación en Ingeniería en Seguridad e Higiene en el Trabajo. Además abrió el interrogante hacia las tareas de cuidado cuando padres y madres deben trabajar desde el hogar. A favor, balanceó: “podemos considerar la experiencia de este año para reducir costos de transporte en aquellos docentes viajeros, ya que con la tecnología de comunicación más la asistencia de ayudantes diplomados o alumnos se puede lograr trabajar a distancia con el docente, sin necesidad de traslado en remises”, concluyó.