Actualidad

La Ing.(M.Sc.) Ana Pagano dirige Programa de Incentivos en el TECSE.

 

redqui destAna Pagano, Cristina Gely y el investigador mexicano José María Ponce Ortega, en 2016.

 

4 de mayo de 2021

 

Es difícil no hablar del crecimiento de la FIO y remitir a los inicios, a épocas donde los equipos, espacios, núcleos de investigación no eran ni una décima parte de lo que son ahora. El TECSE (Tecnología de Semillas y Alimentos) es testigo y protagonista de ese crecimiento. Tan así que sus líneas de investigación se han diversificado al ritmo de las necesidades de la región, pero también a través de la conformación de redes de trabajo internacionales.
La Ing.(M.sc.) Ana Pagano es directora de dos proyectos del Programa de Incentivos dentro del Núcleo. En principio se trataba de un solo proyecto que fue adquiriendo una magnitud tal que hubo que desdoblarlos en dos: Innovaciones en procesamiento de alimentos y Optimización energética de procesos biotecnológicos para el aprovechamiento de residuos de la industria alimenticia.


Con una gran cantidad de profesionales de la ingeniería química y licenciados/as en tecnología de alimentos que realizaron o realizan el Doctorado en Ingeniería en los grupos de trabajo, la impronta en procesos es muy importante. “Nuestra visión es hacia la utilización de nuevas tecnologías”, sostuvo la docente de la Facultad de Ingeniería. “Algunas relacionadas con desarrollos alimenticios, otras con el aprovechamiento de residuos, con su revalorización ya sea para la elaboración de biocombustibles, y la optimización energética de los procesos”, señaló. “No solo generar un producto sino acompañar ese diseño con nuevas herramientas que nos permiten hacer un aprovechamiento más eficiente”.


Procesos cada vez más eficientes


Ambos proyectos se desarrollan a la par de otros proyectos de incentivos del TECSE, pero también relacionados entre sí.


El proyecto de Innovaciones en procesamiento de alimentos se orienta a brindar productos alimenticios de alta calidad, pero toda industria genera residuos, entonces en el marco de Optimización energética de procesos biotecnológicos para el aprovechamiento de residuos de la industria alimenticia, se aborda la recuperación de los mismos. “Su aprovechamiento y la visión energética nos ocupa desde que conformamos una red con otras universidades, de Argentina y de México, con quienes además realizamos trabajos conjuntos y colaboraciones en la formación de doctorandos”, destacó la investigadora. “Esto ha permitido el crecimiento del grupo y es un recurso que nos permite vincularnos hacia el exterior”, aseguró Pagano.


Desde los inicios del grupo hasta la actualidad, las temáticas de investigación se fueron modificando en función de nuevas problemáticas y vínculos con otros centros. Así se comenzó a trabajar con alimentos con alto contenido acuoso y su conservación, con alargar la vida útil de alimentos vegetales como frutas y hortalizas, o brindar valor agregado.


“Fuimos tratando de generar conocimiento para mostrar que hay posibilidades en nuestro país”, señaló Ana Pagano, y resaltó que “es difícil a veces vincularse con el sector productivo, hacer que ciertas investigaciones lleguen de manera directa al productor que tal vez está con otras preocupaciones”, pero el recorrido demuestra que esta relación con la industria no solo se mantiene, sino que es cada vez mayor.


Nuevas experiencias


“Tratamos continuamente de divulgar nuestro esfuerzo y que eso pueda significar un aporte a los sistemas productivos”, aseguró la docente y contó que se está desarrollando un proyecto conjunto con la Facultad de Agronomía de la UNICEN y la Municipalidad de Azul para trabajar en el aprovechamiento integral de las naranjas amargas que ofrece la arboleda pública de esa ciudad. “La Municipalidad decidió apoyar esta línea de investigación para conservar ese patrimonio cultural y desarrollar productos derivados de esas plantas. Hace años que están y podrían agregar valor a emprendimientos locales y tecnología para que estudiantes de secundarias medias agrarias tengan un proyecto para desarrollar e incluso la misma comunidad pueda cultivar y cuide esa arboleda que vale la pena conservar” adelantó.


Se le otorga mucha importancia a la extensión como modo de vincularse desde diferentes lugares, y han surgido aperturas incipientes. Otro proyecto innovador que Pagano comentó es una colaboración con el núcleo INCUAPA-CONICET de la Facultad de Ciencias Sociales. “Están trabajando con investigaciones que tal vez no remiten a la ingeniería. Sin embargo, a partir del proyecto posdoctoral de la Dra. Mariana Laborde se estableció una línea de trabajo para conocer cómo eran las culturas de alimentación de ciertas comunidades de nuestra región del sur de la provincia de Buenos Aires”, contó. El vínculo con el tema, que busca indagar en las formas de vida de culturas anteriores, incluye a la alimentación. “Este aspecto permite que la ingeniería sea soporte de las Ciencias Sociales para saber si podemos conocer qué alimentos consumían o si podemos reproducir los métodos de elaboración de vasijas nativas. Eso despertó una nueva apertura hacia otras disciplinas”, sostuvo Pagano, y comentó que la pandemia afectó muchas de las actividades.


La Ing. Ana Pagano fue la primera becaria del TECSE, y con orgullo comenta el crecimiento del grupo. “Vamos creciendo, en proyectos e integrantes: hoy somos 23 integrantes con dedicación exclusiva e incontables becarios/as de la FIO, pero también participan integrantes de otras Facultades y centros de investigación”. Actualmente, con la jubilación de la directora Susana Nolasco, están transitando un reacomodamiento del núcleo. “A pesar de las dificultades que trae aparejada la pandemia estamos trabajando en ensamblar líneas de investigación. Si bien todas han sido productivas y han tenido su crecimiento, estamos planteando proyectos en conjunto para potenciar líneas de trabajo del Núcleo”, concluyó.

 

 

facefio
twfio
youtubefio
instagramfio