Reflexiones del Área de Orientación FIO.

El Área de Orientación de la Secretaría General FIO sostiene un estrecho contacto con la masa de estudiantes que transita la vida académica en la Facultad de Ingeniería. Atendiendo sus vocaciones, identificando problemas o acompañando en la búsqueda de soluciones, entre otras acciones, María Inés Berrino, Florencia Bellomo e Ignacia Capitanich acreditan una vasta experiencia en la temática.

Sus voces cobran especial relevancia cuando la pandemia ha golpeado en el centro a las dinámicas que históricamente caracterizaron la marcha universitaria.

Días atrás, el Área emitió uno de sus habituales informes periódicos, en este caso con el relevamiento de ingresantes 2021 o de años anteriores que recién están cursando materias del primer año. Un buen disparador para abordar tres ejes derivados de la pandemia de Covid-19.

Virtualidad y rendimiento

Consultadas acerca del grado de afectación que han sufrido los desempeños académicos en la FIO, debido a la dinámica de virtualidad impuesta, coinciden en expresar que se percibe una caída. Hay que tener en cuenta que “ingresan grupos que han cursado su último año de secundaria virtual por celulares y WhatsApp”, dice Inés Berrino. “Eso supone una alteración de las dinámicas de aprendizaje que traían desde el comienzo de su escolarización”.

En el mismo sentido, el equipo observa que hay mayores resistencias a presentarse en los exámenes finales. Florencia Bellomo nota que “no solo hay resistencia sino que, entre quienes se presentan, vemos poca reflexión y anticipación en imaginar la escena de ese examen y sus requisitos”.
Berrino asegura que “el no poder hacer grupo de estudio, lazo social y vida universitaria entre pares, deja secuelas bien marcadas en las performances académicas”.

Por su parte, Florencia Bellomo marca “la necesidad de la presencia del o la docente como sujeto referente que marca un presente, en un 'aquí y ahora' pedagógico, en un tiempo y espacio determinado”.

Inscripción con intermitencias

Un dato curioso que se desprende de las estimaciones efectuadas por el Área, es que hay “mucha gente que averigua, e incluso llega a la etapa de preinscripción. No obstante, no siempre esas intenciones se reflejan en continuidad académica.

María Ignacia Capitanich, Florencia Bellomo, y María Inés Berrino. Archivo.

Según Inés Berrino, “es evidente una vez más el efecto por contexto Covid. Hay muchas intermitencias en ese proceso de tránsito del secundario a la universidad. Por un lado han quedado estudiantes que no terminan de rendir sus materias del secundario, por lo que no pueden continuar. Y otro segmento logra llegar a realizar el Programa para Ingresantes pero no cumple sus requisitos y tampoco accede a las materias de primer año”.

En la lectura de Bellomo, “los hábitos de estudio y la independencia que forja la vida universitaria son el desafío para quienes eligen continuar estudiando una carrera de grado”. Esto pone en evidencia las dificultades adicionales que han surgido ante la situación sanitaria. La especialista, basándose en las observaciones de campo, agrega que “no todos y todas las estudiantes se sienten preparados para enfrentar estos desafíos, por lo cual manifiestan intentarlo cuando se pueda volver a la presencialidad”.

El regreso a las aulas físicas

Las tres profesionales concuerdan en que la necesidad de contacto físico es muy importante para el desarrollo de las carreras universitarias en la FIO. Al mismo tiempo, detectan que es una demanda general de los grupos de estudiantes analizados.

Ignacia Capitanich relata que “varios estudiantes consultan si se sabe algo sobre lo que ellos llaman ‘la vuelta a la FIO’. En esos casos solemos recordarles que, si bien en algo si se volvería, en otras cosas quizás no. O no por el momento. La presencialidad pensada hoy no es la de antes y de esa pérdida también es importante hablar para ir ajustando expectativas futuras”.

Para Berrino “hay un agotamiento general. Imploran la presencialidad. Sienten que algo falta. Creemos que no solo hubo un cambio de formato (del aula al Zoom), sino de modos de vincularse con el otro ser humano. No se comparten los cuerpos en un espacio”.

Las profesionales del Área de Orientación son claras al expresar que “tienen y tenemos ganas de volver a sentir una normalidad, donde el contacto forme parte de esa realidad. Pero también sabemos que esa normalidad es a construir y entre estudiantes, docentes, la FIO en general. El desafío es entonces encontrar sustituto y nuevas formas para lo que hoy en la virtualidad sentimos que falta o no hay, y que creemos que sí habría en lo presencial. También es un desafío aceptar aquello que ya no va a volver de lo anterior y en el mejor de los sentidos, eso perdido nos va a permitir pensar las nuevas formas, nuevas oportunidades, de la mano del cambio que hemos atravesado”.