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En el Día del Profesor, tres egresadas de la FIO cuentan cómo es hacer docencia en tiempos de pandemia.

 
profesor dest
 
• 15 de septiembre de 2021

 

 “Me siento partícipe de la gesta de un nuevo mundo, con otra mirada, donde la empatía y la responsabilidad sean la bandera”, dice Natalia Sabbi, convencida de que si hay ganas y compromiso todo se puede. Por eso tiene tan presente a Mariano, ese alumno que en plena pandemia salía a las 6 de la mañana de su casa y recorría dos horas a caballo hasta llegar a la escuela a entregar la tarea. Esa fue una de las historias que más la marcaron cuando hizo la residencia del Profesorado en Química, en la Facultad de Ingeniería. Se recibió en agosto de 2021, entrenada en el campo virtual y feliz de transitar la semipresencialidad.


Mariana Róbalo y Florencia Luna también se recibieron en la FIO en febrero de 2020 y las tres tienen un denominador común: se iniciaron en la docencia en medio de una crisis sanitaria que puso en jaque al mundo entero y este 17 de septiembre, fecha en que se celebra en Argentina el Día del Profesor en homenaje a la fecha del fallecimiento de José Manuel Estrada, hablan del rol de la educación pública y del compromiso que asumen en torno de las aulas.
“Me motiva estar, acercar una pequeña parte del mundo científico a la realidad escolar y que los estudiantes puedan analizar de forma crítica y reflexiva diferentes problemáticas como la contaminación del agua y el aire, entenderlas y brindar soluciones en la vida cotidiana”, destaca Mariana, luego de cursar una de las once carreras de grado que ofrece Ingeniería.

 

FIO DIA PROFESOR MARIANA ROBALO 2 Mariana Róbalo trabaja en instituciones secundarias y escuelas técnicas. Siente que la educación cumple una “función social".

 

Florencia siente ser la maestra que soñaba a los 8 años cuando se paraba frente a una pizarra y escribía con tizas multicolores. “Transformar la manera de ver en cada estudiante, la manera de entender la ciencia y el mundo que nos rodea y que eso lo enriquezca, sea significativo en su día a día” es lo que busca en cada escuela.

 

Covid, pausas y condicionantes

Cuatro años de cursada y una vocación de por medio desafiadas por el Covid-19. Así fue el desembarco de estas tres egresadas de Ingeniería en aulas del nivel secundario y terciario. “Traté de reinventarme. No fue fácil. Tuve que adaptar mis propuestas y buscar disparadores para abordar los contenidos”, explica Natalia.


Siente que la conectividad ha sido y es una odisea insalvable no tanto por la señal, que generalmente se logra tranqueras adentro, sino por la calidad de las conexiones. “Algunos alumnos tienen internet el día que llegan los patrones al campo y ´ponen en funcionamiento´ la casa principal”, advierte y quizá eso explique que hoy la semipresencialidad sea “mucho más alta en la zona rural” que en la ciudad.


Mariana deja en claro que “nuestra tarea no se limita a las cuatro paredes de un aula y puede desarrollarse en diferentes condiciones, incluso las más adversas” como la pandemia. “Uno de los mayores desafíos fue establecer y mantener un vínculo con alumnas y alumnos en la virtualidad”. Hubo situaciones críticas, de “familias que perdieron su trabajo y estaban sin medios para sostener internet” y fue necesario generar otras intervenciones, lamenta la joven de Bolívar. 


“Cuando nos reencontramos en el aula muchos chicos manifestaron cuánto ansiaban volver a la escuela. Fue emocionante conocer y poner un rostro a quienes sólo pude tratar a través de un chat o una cámara apagada durante el aislamiento preventivo”, admite conmovida.


En el caso de Florencia, el Covid le condicionó el final de la carrera pero a la vez fue un gran aprendizaje de cara al 2021 en el contacto con las escuelas: “Me sirvió llevar 2 cursos por separado y en simultáneo, una burbuja presencial y otra virtual”, destaca.


Mariana Róbalo da clases tanto en escuelas como en el Instituto de Formación Docente y en la FIO y valora la posibilidad de trabajar en equipo, a la par de otras docentes. Un ejemplo es el estudio de “la contaminación del agua y saneamiento donde los y las estudiantes se involucran y son capaces de integrar los modos de entender el mundo desde cada área curricular” mientras que a nivel profesores, “encontramos la manera de acercarnos y continuar aprendiendo los unos de los otros”.

 

FIO DIA PROFESOR NATALIA SABBI

 Natalia Sabbi apuntala la realización de un invernadero en la Escuela 19, en el marco del proyecto Recalde recicla.
 

“Mi tránsito por la educación en el contexto rural fue mi primera experiencia laboral y siempre la voy a atesorar”, aclara Natalia mientras Florencia recuerda la vuelta al cara a cara. “Al terminar una de mis primeras clases, los chicos habían podido acercarse al pizarrón y resolver actividades. Fue emocionante sentir que hacía lo que anhelaba de chica”.
 

Educación pública y legados

"Educación para la libertad, o simplemente educación, porque no puede menos de ser libre un pueblo compuesto de hombres que se conocen y se moderan", es una de las citas más célebres de José Manuel Estrada, escritor, publicista y destacado profesor.


Mariana asume la educación justamente así, como una “función social” que trasciende la transmisión de saberes: “Estoy para ayudarlos a valorar fortalezas y trabajar en lo que deben mejorar, en contenidos y actitudes. Debemos seguir aprendiendo a ser empáticos. Es desafiante y motivador trabajar con diversos perfiles de estudiantes y adaptarme a las necesidades formativas que cada uno demanda. Cada curso es una nueva realidad y aprendo día a día ser una mejor profesional”, enfatiza.


Natalia entiende la educación pública como una instancia de “transformación desde lo individual y colectivo no solo para mejorar la calidad de vida sino como progreso social”.


Florencia lo vive como “un derecho muy preciado. Mi paso por educación pública fue muy importante, me permitió conocer, entender la realidad, la sociedad el país y estar tan agradecida”. Actualmente, además de dar clase cursa la Maestría en Enseñanza de las Ciencias Experimentales en la FIO.
Ahora, ¿qué legado quisieran dejar? “Mi objetivo es llegar a casa habiendo aprendido mucho más de lo que enseñé. Pretendo, además de invitar a los estudiantes a disfrutar del tesoro del conocimiento, sembrar la semilla de la consciencia y cuidado del entorno, la revalorización de los espacios y del otro”, señala Natalia.

 FIO DIA PROFESOR FLORENCIA LUNA 4

 Florencia Luna hace docencia en escuelas y cursa una Maestría en Enseñanza de las Ciencias Experimentales en la FIO.

 

Mariana responde que la clave pasa por “no dejar de cuestionar nuestra realidad. Tenemos el deber de hacer de este un mundo mejor cada uno desde nuestro lugar. Cada acción y cada palabra puede hacer la diferencia. Como decía Eduardo Galeano ´Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas puede cambiar el mundo´”.


Son tres docentes egresadas de la Facultad de Ingeniería que asumieron el desafío de enseñar en medio de la pandemia y las tres rescatan que ése ha sido uno de los mayores aprendizajes.

 

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