Eduardo García, presidente del CPA, destacó el protagonismo de nuestra institución en la región frente al déficit de profesionales. Asumió que el desafío es crecer y optimizar el uso de las tecnologías. También destacó avances en cuanto a perspectiva de género.

•21 de diciembre de 2021

En medio del campus universitario y a un paso de ver la demostración del flamante drone que acaba de llegar a la Facultad de Ingeniería, Eduardo Blas García no ahorra elogios. Es el actual presidente del Consejo Profesional de Agrimensura de la Provincia de Buenos Aires y llegó a Olavarría para afianzar el convenio con la FIO y luego encabezar la asamblea anual del organismo,

El profesional se refirió a los desafíos de la disciplina y al rol que le cabe a la formación universitaria en el actual escenario. “Tenemos el desafío de crecer en cuanto a la cantidad de matriculados. Hoy son 1300 agrimensores en toda la Provincia y faltan. Hay localidades donde no hay agrimensores. Ese déficit es por el cual apostamos a crecer y en función de eso el rol de las universidades de la Provincia como la del Sur, la del Centro, la UBA y la de La Plata”, respondió.

“El rol nuestro es apostar a tener nuevos matriculados y la UNICEN está haciendo un trabajo magnífico por la promoción de la carrera, por la atención de los estudiantes. Hay seguimiento, acompañamiento”, enfatizó García.

El hecho de ser una universidad mediana hace que “se conozcan y contengan. Eso ayuda al no abandono de la carrera, a que los chicos se conozcan y hagan un grupo donde todos tiren para adelante”, ejemplificó.

Ahora, ¿qué hace un agrimensor y cuáles son sus incumbencias? ¿Se amplió el campo de acción de la disciplina? “La mensura es la más importante, es la única profesión que tiene esa incumbencia en la Argentina. Las mensuras, los planos para división de campos, la unificación de parcelas, la división de barrios cerrados, la cédula catastral o cuando hay una transmisión de dominio, ingresa un agrimensor y determina medidas y valuación fiscal”, detalló Eduardo García.

¿Hay nuevos nichos laborales? “Hay nichos muy especiales como en el caso de Olavarría, con las mediciones de canteras. Son zonales los nichos. En el Gran Buenos Aires pasa por la regularización dominial y hacemos convenios con organismos de Provincia porque hay muchos asentamientos que no tienen dominio de su terreno y eso trae problemas legales y sociales”, indicó el profesional.
En esa misma línea, explicó que “ahora tenemos un convenio para hacer la Cuenca Matanza - Riachuelo. Acumar es el ente. Haremos la mensura, con cálculo de la línea de sirga, de inundación, son trabajos muy interesantes”.

Otro valor agregado es la amplia salida laboral. “El alumno de secundaria tiene que comprender que es un desafío muy fuerte, sobre todo por las materias duras donde hay un déficit en la secundaria que hace que los chicos no le pueden perder el miedo y estas carreras tengan mala prensa”, analizó García.

Con nuevas tecnologías

El avance de las nuevas tecnologías requiere de otras exigencias a la hora de formar un nuevo profesional porque “hay que incluir estas materias. Cuando la hice teníamos un teodolito que se manejaba muy elementalmente, eran muy procesos en función del ojo humano”, argumentó Eduardo García.

Ahora hay un notable desarrollo instrumental que aporta mayor precisión. “Hay campos que se midieron en 1920 y hoy se encuentran terrenos con 20 centímetros de diferencia porque se hacían a cadena. Hoy con un drone o un GPS, plantás un equipo y tiene una gran determinación”, comparó el titular del CPA.

Eso requiere de idoneidad y manejo de las nuevas herramientas que aporta el desarrollo tecnológico. “Tenés que saber qué trabajo vas a hacer y qué precisión demanda. Inclusive el Estado pide en una licitación la mensura o altimetría y dice la precisión que debe tener, y después juega el conocimiento de la universidad para procesar esa información y llevarla a un plano o documento”, planteó García.

Ingeniería es clave

En medio de este escenario, Eduardo García considera que la FIO juega un papel determinante. “Es fundamental, ha sido un antes y un después con la FIO y el dictado de la carrera, después de haberse discontinuado. Ya tenemos 17 egresados y 105 alumnos. Es una cuestión muy fuerte”, valoró.

Eso se traduce en un universo de estudiantes que “son zonales, muy pocos vienen de Buenos Aires o del sur. Soy presidente del Distrito 2, veía el déficit de agrimensores y ahora se está llenando y hay trabajo para todos. Es una profesión que tiene salida laboral inmediata”.

Un dato que lo confirma es que “de diferentes organismos nos piden estudiantes avanzados y no los podemos conseguir porque ya están trabajando en empresas o estudios de agrimensura para después independizarse”.

Finalmente y ante la consulta sobre la perspectiva de género, si hay avances o no en esta disciplina, dijo que “sí y que se acerca al 50%. En el CPA firmamos nuevas matriculaciones y hay muchas chicas que se matriculan. Antes era un tabú ir a una obra o estar en la construcción. Ahora no y también pasa con varias profesiones que lo han encarado donde veo una relación casi igual de estudiantes”.