• 22 de febrero de 2022

Región Sanitaria IX instaló una posta a un paso de las aulas universitarias. En cuatro horas se aplicaron 57 dosis contra el COVID-19. Hubo ingresantes, estudiantes, docentes, nodocentes y vecinos de la zona. Una vacunadora, estudiante de Medicina, calificó la iniciativa como “movilizadora” y “revolucionaria”.

“Estamos devolviendo lo que nos da la comunidad a través de la Universidad pública, haciendo salud pública”, señaló con alegría Paz Loustau, una de las dos vacunadoras que el lunes se instaló en el ingreso a Ingeniería, Ciencias Sociales y ENAPE dispuesta a aplicar dosis contra el COVID-19.

Es la primera vez que la Región Sanitaria IX, dependiente del Ministerio de Salud bonaerense, ingresa al campus universitario con una posta itinerante. La iniciativa tuvo amplia aceptación: se sumaron estudiantes, ingresantes de otras ciudades que perdieron su turno al mudarse a Olavarría para el inicio de la facultad; también docentes, nodocentes y vecinos que viven próximos al campus le dijeron sí a esta propuesta que contabilizó 57 inoculaciones.

La mayoría de las personas estaban “muy contentas, les pareció muy accesible. Tenían turno en otros lugares que quedaban lejos. Es genial acercarnos a la comunidad de esta manera” con una “campaña de vacunación colectiva para generar más inmunidad y de a poquito esto vaya mejorando”, destacó la estudiante de Medicina. La acompañó Alexia Di Candilo, del Servicio Territorial 2.

Vacunaron de 10 a 12 y de 16 a 18, bajo la coordinación de Mariano Caputo. La demanda incluyó primeras y segundas dosis pero también refuerzos: “Hay un porcentaje de la población sin vacunarse que usa estos puntos itinerantes”, valoró la joven que soñaba con ser pediatra pero ahora capitaliza la experiencia pandémica y planea especializarse en infectología.

Experiencia conmovedora

Aplicó su primera dosis en enero de 2021 y en mayo fue asignada a la posta de la Facultad de Ciencias de la Salud. “Ha sido una experiencia muy conmovedora. Es algo histórico a lo que nos enfrentamos todos los días como futuros profesionales de la salud”, señaló con la carga emocional intacta.
Inicialmente atendía a “muchos abuelos que iban a poder volver a reencontrarse con su familia o abrazar a sus nietos. También venían personas que habían perdido a sus familiares por el Covid y te lo contaban, se desahogaban”, recordó Paz Loustau, aún movilizada.

Es que la crisis sanitaria ha sido “muy revolucionaria para todes y como estudiante aportar mi pequeño grano a la salud pública, que es para lo que nos estamos formando, es una experiencia muy enriquecedora”. Primero hizo el voluntariado, luego estuvo en el centro de llamado y seguimiento de casos positivos y contactos estrechos hasta finalmente arribar al vacunatorio.

A metros de aulas que ya están pobladas de ingresantes y en breve abrirán sus puertas al resto de la comunidad FIO, la presencialidad plena y con un retorno más seguro es un hecho en Ingeniería.