La siniestralidad vial en Olavarría, al igual que en la gran mayoría de los entornos urbanos que pueden considerarse ciudades medias o grandes de nuestro país, es una de las problemáticas a superar y, sin duda, “los esfuerzos realizados hasta el momento no han sido suficientes, ya que las estadísticas de lesionados y fallecidos siguen siendo alarmantes”, advierte la ingeniera Silvana Gobbi, docente e investigadora de la Facultad de Ingeniería, en el marco del Día Nacional de la Seguridad Vial.

No obstante, “las condiciones del entorno de los desplazamientos en nuestra ciudad, caracterizada por sus calles anchas, el buen estado de los pavimentos y los bajos niveles de congestión, implican un desafío adicional en lo que se refiere a reducir las velocidades de circulación y, consecuentemente, disminuir el riesgo de siniestro”, explica la profesional.

El 10 de junio de 1945 fue el día en que cambió el sentido de circulación de vehículos en nuestro país, cuando se pasó de manejar por la izquierda al igual que Inglaterra, a hacerlo por la derecha como en la mayoría de los países. Esta modificación respondió a mejorar las condiciones de seguridad vial, ya que el incremento de automóviles procedentes de Estados Unidos con el volante a la derecha dificultaba la circulación.
La Ing. Silvana Gobbi es integrante del grupo de trabajo que estudia esta temática desde hace más de 20 años junto con el Dr. Ing. Dante Galván en la Facultad de Ingeniería y ha participado en varios estudios en Olavarría, Azul, Tandil, Mar del Plata y Bahía Blanca, entre otras. “Eso también nos ha permitido hacer propuestas de mejora, ya sea en términos de planificación como de intervenciones concretas para localizaciones críticas en las ciudades”, señala la profesional.

Las ingenieras María de los Milagros Varela y Silvana Gobbi forman parte del equipo que investiga la seguridad vial.

Además de la participación en estudios de consultoría desde la FIO, también han desarrollado proyectos de investigación con docentes de otras unidades académicas. “Los estudios generalmente consisten en diagnosticar la siniestralidad en la ciudad y dar posibles soluciones técnicas de intervención urbana o interurbana, para minimizar esta problemática”, explica la investigadora.

Detrás de cada proyecto, el abordaje es en equipo: “Si bien somos un grupo de docentes, al cual sumo a la Ing. María de los Milagros Varela, siempre hemos trabajado con alumnos de los últimos años de la carrera de Ingeniería Civil y, recientemente, de Ingeniería en Agrimensura”, destaca la Ing. Gobbi.

Propuestas en agenda

¿Cuáles serían las futuras intervenciones para nuestra ciudad? “Se me ocurren muchas pero es fundamental que todas ellas sean inclusivas, es decir, que además de contemplar a los motorizados, se haga especial hincapié en la accesibilidad de los peatones y ciclistas en el diseño del espacio público”, enfatiza la investigadora de la FIO.

“Lo primero que me viene a la cabeza, y es un sueño que persigo como docente de la Facultad, es la construcción de una red de ciclovías de uso cotidiano para los olavarrienses, la cual por supuesto tiene que tener un plan que cubra la ciudad y que se vaya materializando por etapas. Su planificación debe contemplar estas etapas, debe asegurar la continuidad en los recorridos y la conexión de los lugares de interés de la ciudad, entre los cuales lógicamente es fundamental rescatar la vinculación de los espacios verdes que tanta calidad de vida le aportan a los olavarrienses”, plantea con entusiasmo.

Desde su perspectiva, la Ing. Silvana Gobbi asume que “la ciudad de Olavarría no debería privarse de contar con una excelente red de ciclovías. Lo que vemos como una desventaja de la ciudad, sus calzadas muy anchas, puede utilizarse como beneficio para esto. Tiene todas las condiciones dadas, principalmente el trazado llano, las dimensiones geométricas de sus calles que posibilitan ampliamente su implantación, a las que sacar un carril de circulación para materializar una ciclovía no traería inconvenientes. Al contrario, ayudaría a la disminución de la velocidad de los vehículos”.

A su entender, “los municipios de la escala de Olavarría deberían tener una dependencia específica de movilidad urbana que, una vez definidos los objetivos a largo plazo, aporte la mirada integral del desarrollo del sistema y evalúe multidisciplinariamente cada proyecto”.

La Ing. Gobbi observa que cada vez es más necesaria una evaluación de los impactos sociales y ambientales de cada intervención, particularmente, aquel relacionado con la seguridad vial. “La construcción de un sistema de movilidad sustentable y resiliente no se logra con la toma de decisiones en dependencias que trabajan de forma estanca, sino dando mensajes claros con cada acción que involucra a todos los ciudadanos, ya sean peatones, ciclistas, conductores de vehículos motorizados”, plantea la investigadora.

El Dr. Ing. Dante Galván también integra el equipo de la FIO que ha realizado estudios en Olavarría, Azul, Tandil, Mar del Plata y Bahía Blanca.

A modo de cierre, la profesional analiza que se trata de “un cambio de enfoque que lleva años para incorporar. Hemos vuelto a trabajar en ciudades que hemos estudiado hace 15 años atrás y los gobiernos siguen con el mismo criterio de movilidad: darle prioridad al vehículo motorizado”.

Sin embargo, “también encontramos gestiones locales que están trabajando en que el espacio público sea inclusivo y democrático, y la verdad que eso nos impulsa a seguir porque, más allá de la dificultad de cambiar conceptos tan arraigados, entendemos que es el único camino hacia una ciudad más segura”, concluye la Ing. Gobbi.