•31 de agosto de 2022

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El programa promueve aulas inclusivas, con más y mejores oportunidades para aprender. En la enseñanza de las ciencias, buscan favorecer la alfabetización científica propiciando tanto los saberes conceptuales como las habilidades que demanda este siglo. La docente de Ingeniería explica los detalles de esta iniciativa.

 

“El derecho de los ciudadanos a no ser manipulados, a comprender los fenómenos que les afectan y a intervenir criteriosa y activamente en la conducción de los procesos sociales, requiere hoy de la adquisición de conocimientos científico tecnológicos y el desarrollo de la habilidad de usarlo como instrumento estratégico”, analiza la doctora Bettina Bravo. Ubica a la alfabetización científica como un derecho que debe garantizarse no solo desde la escuela secundaria sino desde los distintos ámbitos educativos, incluidos la universidad, y desde PLaNEA se busca realizar un aporte al respecto.

 

La docente de la Facultad de Ingeniería e investigadora del CONICET dirige desde hace tiempo proyectos de investigación educativa y de extensión universitaria con los que, junto a un equipo interdisciplinario integrado por profesionales de Matemática, Física, Tecnología y Didácticas específicas, diseñan y evalúan metodologías de enseñanza tendientes a favorecer la tan ansiada alfabetización científico – tecnológica de estudiantes de niveles preuniversitarios.

 

Por esa trayectoria fue convocada por UNICEF como especialista para ayudar a repensar la enseñanza del nivel medio. La propuesta llegó a través de FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) y forma parte del programa PLaNEA, Nueva Escuela para Adolescentes, una iniciativa que tiene como objetivo acompañar a gestiones educativas provinciales en la transformación de la escuela secundaria. Actualmente, lo implementan las provincias de Tucumán, Chaco y Córdoba.

 

UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, por sus siglas en inglés) es la agencia de Naciones Unidas que tiene como objetivo garantizar el cumplimiento de los derechos de la infancia y adolescencia, y asegurar su bienestar en todo el mundo. Con PLaNEA la intención es que haya aulas inclusivas y de calidad, con más y mejores oportunidades para aprender, donde los adolescentes adquieran saberes y capacidades críticas para su vida en el siglo XXI pensando en el futuro desde hoy.

 

 

 Bettina Bravo junto con Salvador Catania, referente educativo de la provincia de Tucumán, en el marco de PLaNEA.

 

 

“Unicef busca repensar la escuela secundaria, darle una vuelta”, señala la referente de la FIO, que lleva años convencida de que ese es el único camino para generar habilidades fundamentales y transferibles en los/as adolescentes tales como aprender a aprender, de ciudadanía activa, de empoderamiento personal, con creatividad, pensamiento crítico, resolución de problemas y trabajo en equipo.

 

Rol activo

 

La idea es que los estudiantes tengan un rol activo en el proceso de aprendizaje a partir de actividades que contemplan la resolución de problemas y demanden toma de decisiones, búsqueda de diversas fuentes además de tener que relacionar diversos contenidos, saberes y lenguajes.

 

“No podemos ignorar que muchos de los jóvenes que ingresan a carreras científico – tecnológicas, como las ingenierías, tienen dificultades para transitar el ciclo básico. Sería muy fácil culpar de ello a la escuela secundaria, pensándola como la única responsable de la formación de esos jóvenes”, expone Bravo.

 

En esa línea, asegura que “entre todos debemos pensar la escuela, para ayudar a formar individuos no solo capaces de insertarse en la universidad sino en esta sociedad, tan competitiva y caracterizada por la ciencia y la tecnología. Es decir, para formar ciudadanos científicamente cultos, tecnológicamente alfabetizados”, enfatiza la profesional, consciente de que es imperativo el cambio.

 

“Hay una deuda con la secundaria y es hora de dejar de juzgar cómo los jóvenes egresan para ver qué hacer para formarlos de otra manera”, plantea con tono desafiante la doctora Bravo.

 

Abrir el juego

 

A través de UNICEF la intención es abrir el juego y proponer nuevos escenarios educativos mediante la generación de material didáctico, buscando problematizar diferentes situaciones a través de actividades concretas.

 

“Nos toca una hermosa y desafiante tarea: diseñar materiales educativos que resulten interesantes para los jóvenes estudiantes, que realmente los motiven a indagar, a preguntarse, a querer aprender ciencias”, afirma.

 

 

 

 

 

La receta aplica para todos los niveles pero desde UNICEF están centrados en redefinir la mirada en las aulas del secundario para “irnos de las listas de contenidos, de ese aprendizaje de contenido disciplinar al desarrollo de habilidades como autonomía en el aprendizaje, y el trabajo colaborativo”, indica la profesional.

 

La pretensión es que sea un hecho cotidiano disponer de “saberes para la vida mediados por la tecnología y logremos formar individuos científicamente cultos que no solo interpreten el conocimiento sino que puedan aplicarlo. Es repensar el día a día en el aula, favorecer aprendizajes y habilidades en física, química y matemática”, sostiene la doctora Bravo.

 

Los proyectos educativos diseñados son compartidos con los docentes antes de ser llevados al aula, en cursos de capacitación. Al momento participan de PLaNEA 120 docentes de escuelas de Tucumán, 20 profesores de Córdoba y 110 de la provincia de Chaco. “En este año hemos llevado adelante tres capacitaciones y resta concretar tres más”, cuenta con entusiasmo, tras regresar de la provincia que acunó la Independencia.

 

“Como docentes, debemos formarnos continuamente, para revisar los objetivos de la enseñanza, los marcos teóricos que nos permitan entender cómo aprenden los estudiantes, las nuevas metodologías de enseñanza que favorecerían más y mejores aprendizajes”, observa la especialista que lleva años repensando el abordaje educativo.

 

La tarea no es sencilla. “Suele costar. Apostamos al cambio de roles, a presentar problemas reales y que resulten significativos para los adolescentes. Con una participación activa que nos permita poner ´etiquetas teóricas´ a lo que ellos mismos vayan ´descubriendo´, indagando, construyendo”, destaca la especialista de UNICEF.

 

“El docente se corre del lugar central histórico, de poseedor y transmisor de saberes, para ser un guía de los estudiantes y que sean ellos quienes construyan los modelos y las leyes. Se necesita al docente siempre, pero en otro rol”, explica la Dra. Bravo.

 

Conocimientos y habilidades

 

PLaNEA resulta un programa novedoso que pone en foco lo que “en los diseños curriculares se viene impulsando de los años 90, con las reformas educativas: la alfabetización científica como meta de la educación secundaria obligatoria. Hay muchos ensayos pero falta mucho y esta es una iniciativa concreta con una intención política”, comenta la profesional.

 

 

 

 

Con la participación en PLaNEA, y en el rol de docente diario, “intento que los estudiantes se apasionen y reconozcan que la ciencia y la tecnología están en todos lados en su vida diaria pero también que es necesario, para el desarrollo del país, más jóvenes dispuestos a aprender y construir nuevos conocimientos”, desliza Bettina Bravo sobre el final mientras ajusta detalles del libro de quinto año que publicarán antes de fin de año, dispuesta a contagiar de sus ganas a los docentes chaqueños durante la próxima capacitación.