La carrera apunta a la prevención frente a riesgos laborales, para crear ambientes saludables y seguros. La formación supera las dos décadas y tiene más de 400 graduados/as que atraen la mirada de empresas locales y multinacionales. La ingeniera Ivana Paravié explica el marco legal de esta ingeniería a la que define como “la más humana de todas”.

“Es una obligación pero también una inversión. Una empresa con operarios que trabajan de manera segura, en condiciones aceptables, capacitados y con elementos de protección personal bajará los accidentes laborales y las enfermedades profesionales”, señala Ivana Paravié, al destacar el rol que cumple la Ingeniería en Seguridad e Higiene, una carrera que se dicta en la Facultad de Ingeniería de Olavarría.

La propuesta establece sistemas integrales de prevención frente a peligros laborales, para crear ambientes saludables y seguros de trabajo. Es una oferta de grado pero funciona como un pos título que requiere un título de grado de ingeniero en aeronáutica, civil, electricista, electromecánica, electrónica, en construcciones, industrial, mecánica, metalúrgica, naval, u otra especialidad con currícula similar expedida por universidad pública o privada reconocida.

Tiene dos años de duración y en más de 20 años de trayectoria supera las 400 graduaciones. La preinscripción para 2023 está en marcha y se extenderá hasta el 11 noviembre.

Inicialmente la carrera era presencial pero desde hace 17 años se dicta en la modalidad a distancia con asistentes de todo el país. “Tenemos alumnos que trabajan en las minas de San Juan o en petroleras del sur pero también tenemos del norte, de Córdoba, de Santa Fe y de Capital”, detalla la docente de la FIO.

Marco legal y ART

La Seguridad e Higiene laboral “atraviesa cualquier sistema de producción y abarca empresas de manufactura, de servicios, comercios, agro, minería, construcción, pesca” y sus profesionales propician “tareas de prevención y de capacitación, además de acciones correctivas para lograr que el operario haga su tarea adecuadamente de manera más segura y así se mejore la productividad de la empresa”, explica la profesional con amplia trayectoria en la materia.

Hay un paraguas legal que ubica a Argentina como pionera en toda la región. La ley 19.587 de 1972 establece las características que debe reunir todo establecimiento con el fin de contar con un adecuado funcionamiento en la distribución y características de sus locales de trabajo previendo condiciones de higiene y seguridad.

A eso luego se le suma la Ley de Riesgos del Trabajo (24557) que en 1995 marca la diferencia al establecer como uno de sus objetivos la reparación de daños de accidentes laborales y enfermedades profesionales, por parte de las ARTs.

“Se implementa de manera obligatoria a través de las ARTs, supervisadas por Superintendencia de Riesgos del Trabajo”, indica la Ing. Paravié, refiriéndose a las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART) que son empresas privadas contratadas por los empleadores para asesorarlos en las medidas de prevención y reparar los daños en casos de accidentes de trabajo o enfermedades profesionales.

“Eso generó un gran cambio en el medio empresarial. Previo a la Ley de riesgos del Trabajo, la reparación de daños por accidentes y/o enfermedades era un poco incierta, no había una estructura que lo resolviera. Ahora, las ART, una de las principales funciones que tienen es la de reparar daños además de hacer prevención”, ejemplifica la profesional.

 Más de 400 gradudos/as registra la carrera de Ingeniería en Seguridad e Higiene de la FIO.

En ese contexto, el rol del ingeniero en Seguridad e Higiene en el Trabajo es determinante ya que su función es diagnosticar las condiciones y medios ambientes laborales, establecer una política de Seguridad y Salud Ocupacional y llevar adelante la gestión de la misma. Para ello se avoca a analizar contaminantes físicos, químicos, ergonómicos, y de seguridad para que el entorno laboral sea el adecuado para preservar la salud de los operarios

Recursos buscados

“Los que más están presentes son los accidentes laborales porque te pegan en la cara. Las enfermedades profesionales aparecen a través de síntomas luego de años de que el operario esté expuesto a ese factor de riesgo”, plantea la Ing. Paravié.

La referente de la FIO aclara que “todas las enfermedades profesionales se pueden evitar y los accidentes también con una buena política de seguridad e higiene, con una buena gestión y eso requiere de profesionales abocados a las empresas”.

De 1995 a la fecha “el cambio es abismal pero se debe seguir haciendo docencia y capacitación; aún hay mucho por mejorar pero tanto para el empleador como para el trabajador las condiciones cambiaron mucho”, enfatiza Paravié.

En la misma línea, observa que es “una de las únicas ingenierías que pone foco en el trabajador como persona, en el contexto en que trabaja. Es la única donde hablamos de psicología laboral, de ergonomía, de condiciones y medio ambiente de trabajo, de la vivencia del operario en la actividad. Es la más humana de todas”, describe.

La Facultad de Ingeniería acaba de aprobar el rediseño de los Planes de Estudio de seis de sus carreras de grado. Reemplazan a los actuales y entrarán en vigencia en 2023. Es un hecho histórico que la ingeniera Ivana Paravié aplaude: “Era una pata que faltaba y que con la revisión de los Planes de Estudio estará presente porque la seguridad e higiene atravesará a todas las ingenierías partir de ahora. Es excelente”.

La Ing. Irene Paravié explica por qué la carrera en Seguridad e Higiene es "la más humana de todas" las ingenierías.

Tiene experiencia en el ámbito privado antes de que las ART formaran parte del universo laboral argentino y “27 años después veo dos fotos, una en blanco y negro y a partir de 1995 en color. Sí falta más control del Estado y en eso hay que hacer hincapié. Si el país estuviera creciendo sería otra realidad pero esto va acompañado de la crisis social, política y económica. Hay empresas con problemas que tienen otras prioridades”, argumenta.

Luego vuelve la mirada sobre la formación de recursos y reconoce que “después de la pandemia no salimos igual. Estas son carreras que generan un desafío importante y la mayoría de los estudiantes trabaja. La mayoría está profesionalmente en la cresta, tiene entre 30 y 40 años”, indica Paravié.

Aún hay tiempo para preinscribirse para la edición 2023 ya que el trámite puede realizarse hasta el 11 de noviembre. La carrera que inicialmente fue presencial y luego a distancia registra más de 400 egresados que son requeridos desde diferentes latitudes. Por ejemplo, “tenemos alumnos del sur, de petroleras con estándares de seguridad e higiene superiores a la legislación de nuestro país. Y muchos egresados son requeridos por empresas multinacionales, no solo desde las pymes”, dice con orgullo la ingeniera Paravié, en su rol de egresada y docente, luego de haber sido auditora de una ART y prestar servicios de seguridad e higiene en el mundo empresarial.