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INVAP sola
• 11 de abril de 2023
• Tiempo de lectura: 5'

 

Micaela egresa este año de la escuela secundaria y acaba de regresar de Bariloche, donde participó del programa Mujeres Moviendo el Mundo de la Fundación INVAP, junto a otras 20 adolescentes de Argentina y Uruguay. Durante cuatro días recorrieron el Instituto Balseiro, los laboratorios donde se desarrolla tecnología nuclear y física de avanzada en la región, y compartieron la experiencia de mujeres científicas, como parte de una iniciativa que busca despertar vocaciones científico-tecnológicas. La experiencia, que llegó a la olavarriense a través de docentes de la FIO, resalta la importancia de generar acciones que promuevan la equidad de género. “Fue increíble y muy inspirador. Me hizo entender que es importante lo que quiero estudiar, pero principalmente de qué manera y cómo quiero trabajar cuando termine”, contó la adolescente.



El 30 de noviembre del año pasado el país entero estaba con la cabeza en Qatar: Argentina jugaba con Polonia el partido que lo dejaría en octavos de final por la Copa del Mundo. Micaela Coronel, entonces de 16 años, además tenía la atención dirigida a una convocatoria con vencimiento ese mismo día para acceder a una experiencia de cuatro días en el Instituto Balseiro, el INVAP y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA).


Se trataba de una iniciativa en el marco del programa Mujeres Moviendo el Mundo (MMM) de la Fundación INVAP, para reunir a 20 jóvenes de 16 y 18 años de Argentina y Uruguay, con gastos de traslado, alojamiento y actividades cubiertos durante cuatro días. ¿El objetivo? Fomentar e impulsar vocaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) en mujeres de Argentina y Uruguay que estén cursando los últimos años de la secundaria, para que sean la próxima generación de mujeres en ciencia y tecnología.

 


Una red cada vez más grande


La propuesta le llegó a Micaela, estudiante de la secundaria Nº 10, a través de su profesora de Química Hilén Moccearo que, además de ser graduada y docente de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN, trabaja junto a otra docente de la FIO que impulsa acciones hacia ese escenario: Silvia García. “Desde la Cátedra Matilda estamos involucradas en incentivar la participación de chicas en carreras STEM”, contó García, integrante del comité de Investigación.


Por eso, cuando llegó la propuesta a través del Consejo Federal de Decanos de Ingeniería (CONFEDI) no dudó en difundirla entre sus contactos docentes. Por su parte, Hilén pensó inmediatamente en una joven muy participativa que en 2021 había expuesto en la Feria de Ciencias, se había mostrado siempre muy interesada en las clases de laboratorio, había participado del Parlamento Juvenil del Mercosur y era presidenta del Centro de Estudiantes.


“Ese día fue un lío, porque jugaba Argentina y yo antes de inscribirme quería leer todo”, contó la joven, que fue invitada a hablar de la experiencia en la Facultad de Ingeniería. La decana, María Peralta, es promotora a través de MIFIO (Mujeres en Ingeniería de la FIO) de acciones que promueven las vocaciones científicas en niñas, jóvenes y mujeres, y abordan la permanencia y el desarrollo profesional de las egresadas de la Facultad.

 INVAP FIO

Micaela Coronel junto a Hilen Moccearo, Silvia García y María Peralta
 

Juventud, una energía única

 

“Nunca antes me había llegado la invitación a un programa que se interese por mujeres de la ciencia y me anoté. Me gusta participar en todo”, destacó Micaela, que también concursó en dos oportunidades de las “24hs de innovación FIO”. Tras una instancia de entrevista personal la joven fue seleccionada y viajó al sur junto a una veintena de jóvenes de diferentes partes del país y Uruguay. “Me pasó que antes y durante el viaje no me di cuenta lo que había logrado y dónde estaba, hasta que llegué a Olavarría y le conté a mis amigos y familia lo que había hecho ahí. No había terminado de entender todo lo que había vivido en esos días”, expresó con la experiencia a flor de piel.


En Bariloche, además de conocer los grandes centros de estudios e investigación con los que el país cuenta, la comitiva juvenil realizó talleres, conoció a científicas y mujeres “increíbles”, como las definió la adolescente. “La experiencia se sintió como un espacio de autoconocimiento constante. Por ejemplo, conocimos a Verónica Garea, una mujer que hizo de todo y durante su vida le pusieron un montón de barreras. Me pasó que, más que escucharlas hablar de sus estudios, me interesaba escuchar cómo habían vivido su vida tan apasionadas por lo que habían estudiado. Me hizo entender que no se trata tanto de lo que quiero estudiar sino cómo quiero estudiarlo y trabajar cuando termine de estudiar”, señaló.


El viaje duró cuatro días donde todo fue compartido entre pares. Así las sintió Micaela: “Nunca había estado en un ambiente con muchas mujeres y la misma pasión por la ciencia, con proyectos, que les gustara participar como a mí. El compartir entre pares me motivaba más. Fue increíble”, a la vez que resaltó su interés por la tecnología, la ciencia, “poder entender cómo funciona el mundo es algo que me gustó desde muy chiquita y se fue reforzando en la escuela”. En cuarto año presentó junto a compañeros/as y su profesora Hilén una exposición sobre medición de carbono en la Feria de Ciencias distrital.

 


Mundos nuevos

 

Además de reforzar su vocación por la ciencia y la tecnología la joven pudo conocer otros aspectos del desarrollo en el país: “El segundo día fuimos a INVAP, yo no sabía que eso existía. Muchas veces nos enseñan que somos tercermundistas, que no construimos reactores nucleares, satélites, y ver que sí, que en Argentina generamos estos desarrollos me motiva también a quedarme en mi país. Son de las pocas empresas que cuenta con todos los eslabones para poder enviar un satélite al espacio, nos explicaron cómo los construyen, yo no lo podía creer”, recordó Micaela.


Respecto a sus proyecciones para cuando termine la secundaria, oscila entre dos opciones. “La primera es estudiar Medicina para orientarme a la neurología, a investigar cómo funciona el cerebro, cómo es afectado por enfermedades como el Alzheimer, por ejemplo. Pero después de este viaje me gustaría estudiar ingeniería nuclear, así que mi proyecto es entrar al Balseiro para lo cual primero debería estudiar dos años de Ingeniería Química acá. Y luego tal vez hacer un posgrado en medicina nuclear, para poder conectar las dos cosas que me gustan”, garabatea mentalmente su hoja de ruta.

 



“Conocimos en INVAP a una chica que había estudiado histología, otra administración hotelera y ahora está trabajando convocando mujeres para que se interesen en la ciencia, una no sabe que puede conectar varias cosas que le gustan”, se motivó. “Nos hablaban de que cualquier carrera que estudiáramos era un condimento de lo que podemos hacer juntas, enfocando todo lo que queramos en nuestro trabajo. Que no teníamos que perseguir el ideal exitista que tiene la sociedad sino que podíamos ser buenas en muchas cosas y juntarlas para construir nuestro camino”, resaltó Micaela.


La decana de la Facultad de Ingeniería destacó la experiencia vivida por la joven y la red desplegada que promovió su participación. “Desde MIFIO y la Cátedra latinoamericana Matilda y las Mujeres venimos trabajando mucho la construcción de vocaciones y lo que cuenta Micaela es un ejemplo que grafica cómo y por qué tenemos que trabajar en ello”, sostuvo María Peralta, a la vez que puso en valor la motivación docente, la articulación de acciones que confluyeron “en que Micaela reflexione hacia dónde va a proyectar su vida y que incluya las carreras científico tecnológicas son desafíos que tenemos que seguir profundizando. Es muy inspirador lo que vivió”, destacó la ingeniera.

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