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Adriana Sequeira, docente FIO, en el Día de la Mujer en la Matemática

 

 
sequeira
 
• 12 de mayo de 2023
• Tiempo de lectura: 5´30"

 

“La matemática está detrás de todo lo que nos rodea”, dice la licenciada, en defensa de una de las materias más odiadas. Cómo aplica en la vida cotidiana, su pulseada con el ChatGPT y el potencial que encierra la infancia son parte de esta charla que barre con el mito de que axiomas y teoremas solo son aptos para mentes brillantes.

 

 

Dos más dos no siempre es igual a cuatro y Adriana Sequeira, licenciada en Ciencias Matemáticas y docente de la Facultad de Ingeniería, lo comprobó al dar sus primeros pasos en la universidad y ver que esa ciencia que tanto le atraía requería mucho más que ser buena haciendo cuentas. Aunque eso tampoco implica que los axiomas, algoritmos o polinomios sean terreno exclusivo de mentes brillantes o superdotadas. “La matemática está detrás de todo lo que nos rodea pero nos falta fomentar la creatividad, no ser resultadistas”, plantea la profesora que lleva más de una década dando clases y ya perdió la cuenta acerca de cuándo los números se transformaron en un imán.


Volvería a estudiar lo mismo y lo valida este 12 de mayo, en el Día de las Mujeres en Matemáticas que honra a Maryam Mirzakhani, la primera mujer (y única hasta el momento) en recibir la Medalla Fields en 2014, por sus contribuciones sobresalientes a la dinámica y la geometría de las superficies de Riemann y sus espacios de módulo.

 

Maryam Mirzakhani

  “La belleza de las matemáticas solo se muestra a seguidores más pacientes". Maryam Mirzakhani (1977-2017)

 

Ahora, ¿cómo es la realidad de esta ciencia poblada de fórmulas y teoremas? Adriana observa que en la Facultad de Ciencias Exactas de la UNICEN, donde se formó, “no había diferencia de género como sí ocurre en Ingeniería en Sistemas donde son muchísimos varones. En nuestra licenciatura éramos pocos estudiantes y eso no se vio”.

 

No hay que ser Einstein

 
Adriana Sequeira aclara que la condición para estudiar esta disciplina atravesada por teoremas y binomios no requiere de un coeficiente intelectual como el de Albert Einstein. “Se piensa que quien se dedica a esto es un genio o alguien diferente pero es un constructo social. No es cierto. Yo estudié matemática porque era buena haciendo cuentas aunque luego comprobé que todo eso era mucho más que hacer cuentas”, reconoce.

 

Quienes se especializan en las matemáticas se proponen comprender principios matemáticos para resolver problemas del mundo real y cuando el eje está puesto en la ingeniería o la investigación, desarrollan fórmulas y teorías, comprueban modelos matemáticos y analizan datos estadísticos y financieros.

 

Adriana Sequeira dejó de lado la matemática aplicada y optó por “la demostración de teoremas y me fui al área de la topología, que muy pocos trabajaban, porque es el de la matemática dura y pura. Bien de demostración de teoremas, la más abstracta”.

 

“No ser resultadistas”

 
La matemática resulta paradójica: es la asignatura más temida en la escuela pero resulta determinante en la vida diaria. “A mí me apasiona y en tercer año me encontré con materias que me volaron la cabeza porque vi que podía hacer demostraciones que antes creía que era incapaz. Eso me atrapó”.

 

Una matemática abstracta que en algún momento “pasa a ser modelo de la realidad, por eso es importante la matemática pura”, indica la Lic. Sequeira en cuyo camino se cruzó con la docencia dentro de la FIO y actualmente apuesta al doctorado en Enseñanza de las Ciencias.

 

Aun así sigue abrazando números, guiada por las palabras de Luis Caffarelli, el argentino que ganó el Premio Abel, equivalente al “Nobel” de matemáticas, por revelar interacciones entre sólidos y líquidos abriendo nuevas puertas a la medicina, la automoción e incluso el conocimiento del universo.

 

 

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No ser resultadistas y "quedarnos con el proceso no con el resultado” en matemática, dice la Lic. Adriana Sequeira 

 

“A Cafarelli le preguntaron por qué eran fascinantes las matemáticas y él dijo que lo son para él y es cierto. Son fascinantes para mí, no para todo el mundo”, remarca la licenciada olavarriense. De todos modos, considera que los amores y odios que genera esta ciencia están influenciados por “la forma en que se imparte en la escuela. El matemático es súper creativo. Falta fomentar la creatividad, no ser resultadistas y que los chicos resuelvan problemas usando la lógica en la resolución. Entender que un problema puede tener distintas soluciones, quedarnos con el proceso no con el resultado”.

 

Más valiosas que un diamante

 

Imposible no traer a la mesa de análisis las palabras del matemático Eduardo Sáenz de Cabezón quien responde con humor a la pregunta de los y las estudiantes de todo el mundo cuando plantean ¿para qué sirven las matemáticas? El experto español asegura que “las matemáticas son para siempre, que a una prometida le podés regalar un anillo de diamantes y el diamante se gasta pero le regalás un teorema y es para siempre. El teorema de Pitágoras funciona siempre que tengas dos catetos y un triángulo rectángulo”, resalta con entusiasmo Adriana.


Las matemáticas dialogan con otros saberes y ayudan a potenciar la capacidad de asombro, el deseo por conocer y el cuestionamiento a todo lo que está reglado. “La matemática tiene que ver con la formación de la persona porque la matemática estructura el pensamiento, da lógica y permite ser crítico”, observa Sequeira.

 

Pulseada con el Chat GPT

 

Sin dudas los números permiten resolver problemas comunes de la vida cotidiana, desde la planificación de un presupuesto y el recorrido de los colectivos en la ciudad hasta la medición de los ingredientes que lleva una torta de chocolate. Por eso, resulta clave potenciar el ingenio y las habilidades que son propias de la infancia.


“Los chicos son súper creativos pero de alguna forma en el sistema educativo los empezamos a acotar. En las Olimpiadas Matemáticas hay resoluciones de alumnos de 5º grado que después se pierden en el tiempo y nosotros somos los culpables”, asume la docente de la FIO que ve en la inteligencia artificial una oportunidad más que válida.

 

 

Es un hecho que el ChatGPT, el último lanzamiento de OpenAI, reabrió el debate sobre cómo la tecnología interviene en el aprendizaje de las personas, en cómo se afronta una actividad y cómo tanto las instituciones educativas como los docentes deberían adaptarse a este nuevo escenario.

 

“Uso el ChatGPT. No sé si es positivo o no, solo puedo decir que hasta el momento no está tan entrenado para las matemáticas. Hay planteos que responde mal pero es tan rápido su entrenamiento que se loguea con otro usuario y ante la misma pregunta luego contesta bien”, señala, expectante, la licenciada.

 

Una ventaja comparativa para quienes estudian los números es que “nos cuestionamos todo” por lo que la IA es “todo un desafío y tenemos que ver cómo le encontramos la vuelta”. Mientras tanto, rescata que “la matemática te estructura el pensamiento y te da herramientas lógicas, te entrena la cabeza”. Y cierra con un dato a prueba de detractores: en la región “se registran muchos pedidos de matemáticos en diferentes industrias, como la del petróleo, para el análisis de datos o de la economía. Hay cada vez más puertas abiertas para los matemáticos en la industria, como ocurre en el Primer Mundo”.

 

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