•4 de octubre de 2023

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Tenían que cumplir 200 horas de práctica y optaron por la Facultad de Ingeniería para saber más y mejor. Incorporaron normas de cableado, configuración de redes y sistemas operativos. Registraron más de mil computadoras en todo el campus y 6 meses después, estudiantes y tutora destacan los aprendizajes, la experiencia y los vínculos.

“El primer día nos perdimos, no sabíamos dónde estábamos” cuenta Tobías Gorschin, sentado en el primer “patio” de la Facultad de Ingeniería. Es miércoles y hay sol. Falta un puñado de días para que termine las prácticas preprofesionalizantes que realiza como alumno de la Escuela Técnica 2. Hizo siete años de secundaria a pocos metros de la Facultad, sin embargo descubrió ahora “lo grande y lo importante que es”. Ivan Montero y Lautaro Martín comparten esa instancia de aprendizajes con la sensación de que ese mundo universitario, seis meses después, terminó formando parte de sus paisajes cotidianos.

Vienen de la orientación en Informática y están a punto de cumplir las 200 horas que exige la práctica. Incorporaron conocimientos poco a poco hasta identificar el entramado de toda esa malla metálica que conecta computadoras entre aulas y laboratorios.

Las normas de cableado, la configuración de redes IPv4, el sistema operativo Windows y la configuración e instalación de software fueron parte de la agenda de trabajo.

“Hicieron relevamiento del hardware del parque informático de cada uno de los departamentos además del marcado del cableado en el edificio de Ingeniería Electromecánica. A eso le sumaron un relevamiento y actualización de las pc y televisores del equipamiento de aulas híbridas de Facultad con relevamiento de hardware y software de los laboratorios de Informática”, precisa con entusiasmo Andrea Riera, docente e integrante del Área de Sistemas y Servicios Informáticos de la FIO. Junto con ella participaron Alejandro Sánchez (Facultad de Ingeniería) y Eduardo Herbosa (Facultad de Ciencias Sociales)

Sintonía universitaria

“Vimos de todo un poco”, responden casi a coro los futuros técnicos. “La instalación del sistema operativo, el orden de los cables, la organizació

n del servidor, los sectores de red, los planos de los cables que hay en la Facultad y son subterráneos. Eso no lo vimos en la escuela y acá sí”, comenta Lautaro Martín.

Paso a paso fueron incorporando los tips del mundo de la computación. “Hicimos un relevamiento de equipos. Hay más de mil computadoras entre las facultades de Ingeniería y Sociales, las Aulas Comunes y el Incuapa y Ciencias Básicas. Tenemos todo en un drive”, indica con seguridad Iván Montero.

El convenio para las prácticas preprofesionalizantes data de 2022. “El año pasado los chicos ya hicieron el cableado y a nosotros nos quedó hacer el relevamiento de computadoras. También realizamos la identificación de cables, con etiquetas, los marcamos”, explica el joven que destinará el 2024 al desarrollo web.

“Es el segundo año que se realizan estas pasantías y como balance podemos decir que es una ayuda para la FIO en la realización de tareas que son importantes para luego poder planificar mejoras”, destaca la analista programador universitario Andrea Riera.

Concretar ese plan de trabajo requirió de “disponibilidad de tiempo y para los alumnos de la escuela Técnica 2 implica poder acceder a trabajar en una institución donde se dispone de una infraestructura importante y que les permite ver cómo es el trabajo en dicha infraestructura”, referencia la tutora.

“Aprendimos un montón”

Los alumnos de la Escuela Técnica 2 “Luciano Fortabat” asisten a la FIO desde abril; lunes miércoles y jueves para no superponer la asistencia a clase en la Técnica 2, donde también cumplen con prácticas internas.

Llegaron al Área de Sistemas y Servicios Informáticos de la FIO que se encarga de la gestión de redes de comunicación, servicios informáticos (funcionamiento de los sistemas, Instalación y configuración de nuevos sistemas, proyectos de informatización, administrar servicios informáticos propios como la web, nvr, moodle, digesto, etc.), hardware y software (evaluación técnica y económica), infraestructura y seguridad informática. Por otra parte, los técnicos hacen capacitaciones internas del personal de cada sector en la utilización de los sistemas informáticos y procedimientos operativos asociados.

Por eso, atraer a estudiantes del secundario y generar un intercambio institucional es muy valioso tanto para la FIO como, en este caso, para la Técnica 2.

Así lo exponen los estudiantes que hoy disponen de más herramientas que hace un semestre en medio de una experiencia enriquecedora y muy positiva. De hecho, diseñaron “un proyecto para presentar en las Olimpíadas de Programación que es a nivel nacional para escuelas técnicas. Nos pedían base de datos y software y estamos esperando resultados”, observan.

También ponen en valor la cuestión vincular. “Hablamos con otros tutores y con Andrea, que es profesora, y con los chicos que son estudiantes universitarios y nos cuentan su experiencia y cómo es estudiar en la facultad”, apuntan con gratitud.

Eso decidió a Lautaro Martín a anotarse en el Curso de Ingreso para hacer Ingeniería en Sistemas. “Acá aprendimos un montón”, certifica el estudiante que tiene a Tandil en su mira. Iván ya tiene planes de mediano plazo asociados el desarrollo web y Tobías Gorschinn ya está haciendo el CBC para cursar Analista en Sistemas en la UBA.

“Todos estamos en la misma sintonía”, analiza el adolescente, consciente de que la informática es una disciplina con “mucha salida laboral”. A pesar de que desembarcaron en esta orientación en plena pandemia y sin que fuera la oferta más convocante, hoy validan esa elección.

Hacia el mundo adulto

“Pudimos reforzar todo lo que es redes. No es lo mismo tener la teoría que entrar en un servidor. Venir tres días a la semana, hablar con la gente, interactuar con todo el mundo, hacer el relevamiento de equipos fue muy importante”, asume Lautaro Martín.

Conocer y apropiarse de las reglas del mundo universitario también es parte de esta cosecha en la Facultad. “Al principio notamos que era todo muy serio y fue un gran cambio pasar de la secundaria a la Universidad, donde todo es más formal y eso nos hizo replantear cómo actuar y acomodarnos al mundo adulto”, reconoce, entre risas, el joven.

“No me imaginaba que era tan grande la Facultad y pensábamos que era solo era el edificio de Electromecánica. Después fuimos a Química y vimos lo grande que era y luego a Industrial y más tarde a Sociales; y así nos dimos cuenta de que el complejo (universitario) es gigante. Nos gustó mucho venir acá”, admiten sobre el final, mientras siguen disfrutando de este primer miércoles de primavera con el chip de la FIO marcando sus pasos.