“La ley alcanza a todas las instituciones de salud del país que deberán iniciar el proceso de adecuación, con lo cual crecerá la demanda tanto de técnicos como licenciados, títulos que se otorgan desde la Facultad de Ingeniería”, analiza Pedro Escobar, bioingeniero y docente de la FIO. El profesional aplaude que, tras una década de espera, finalmente se haya reglamentado la Ley Nacional Nº 26.906/2013 de “Régimen de trazabilidad y verificación de aptitud técnica de los productos médicos activos de salud en uso”.

La normativa tiene impacto directo en la Facultad ya que, desde 1997, se dicta la Tecnicatura Universitaria en Electromedicina y a partir de 2016 (y a ciclo cerrado) se ofrece la Licenciatura en Tecnología Médica. Esa demanda es constante pero ahora será mayor con esta nueva normativa que obliga a los centros sanitarios del país a incorporar recursos humanos especialmente formados. Actualmente hay graduados/as tanto en la región como en el Hospital Italiano y Alemán de CABA, Swiss Medical y Galeno.

¿Qué establece este flamante paraguas legal? Establece el régimen de trazabilidad de los productos médicos activos, la trazabilidad metrológica de los mismos y la creación o fortalecimiento de los Servicios de Tecnología Biomédica en todo el territorio nacional.

La ley se sancionó y promulgó en 2013. Consta de 9 capítulos y en los artículos 12 al 15 aborda las funciones del personal y del Servicio de Tecnología Biomédica, también denominado Servicio de Ingeniería Clínica. Allí determina que el responsable del Servicio de Tecnología Biomédica debe ser un/a profesional universitario/a de grado y matriculado/a, con alcance en la materia.

“Panorama alentador”

“La expectativa por el alcance de la ley había crecido enormemente en las carreras afines a la gestión y mantenimiento de la tecnología médica pero faltaba la reglamentación”, explica el bioingeniero Pedro Escobar, mientras analiza la proyección de tendrán quienes estudian y se gradúan en la FIO.

Es que, durante una década, profesionales, universidades, colegios de ingeniería y la Sociedad Argentina de Bioingeniería siguieron “empujando con esfuerzo y constancia, asesorando a las cámaras de Diputados y Senadores para que se pudiera armar el decreto reglamentario” y así poder incluir en “el Programa Nacional de Garantía de Calidad de la Atención Médica (PNGCAM) las ´Directrices de Organización y Funcionamiento de los Servicios de Ingeniería Clínica´”, apunta Escobar.

Por lo tanto, todo indica que a partir de esta reglamentación la demanda laboral de electromedicina “crecerá rápidamente” ya que “para gestionar la tecnología médica en establecimientos de salud se requieren profesionales con competencias habilitantes”, indica el docente de las cátedras de Equipamiento de Areas Críticas, Imágenes en Medicina y Ultrasonido de Uso Médico.

En el caso de los licenciados en Tecnología Médica, el panorama sería aún “más alentador ya que sus perfiles profesionales de grado les permitirán estar al frente de los servicios de Ingeniería Clínica y ser responsables de la organización y el funcionamiento de los mismos”, augura el bioingeniero Pedro Escobar.

La ley alcanza a todas las instituciones de salud del país que deberán iniciar el proceso de adecuación, con lo cual “crecerá la demanda tanto de técnicos como licenciados, títulos que se otorgan desde la Facultad de Ingeniería”, destaca el docente.

Una ley, dos perfiles

La FIO produce dos perfiles de formación. Por un lado, ofrece la Tecnicatura Universitaria en Electromedicina, un título de pregrado con competencias en todas las acciones vinculadas a la compra, mantenimiento y reparación del parque de tecnología médica de una institución sanitaria. El propósito es reducir tiempos de no disponibilidad de equipos, además de disminuir la tasa de fallas para que haya un funcionamiento óptimo y seguro que garantice la calidad de la atención médica.

Por otra parte, contempla la Licenciatura en Tecnología Médica, título de grado que abarca la gestión integral de tecnologías médicas, la planificación del mantenimiento, el crecimiento del parque tecnológico, los programas de capacitaciones a usuarios, la gestión del inventario y la trazabilidad sobre las acciones de mantenimiento ejercidas sobre cada equipo. Además, posee una mirada integral sobre el funcionamiento de una institución de salud, desde la arquitectura hasta los recursos humanos, entendiendo a la institución de salud como un organismo dinámico y activo.

La FIO lleva más de dos décadas formando profesionales vinculados con la tecnología médica. “Actualmente la demanda de egresados es fuerte. Contamos con numerosos graduados que han emigrado hacia centros de mayor actividad en salud como CABA, Neuquén, Rosario y Gran Buenos Aires, y también tenemos muchos egresados que se han insertado profesionalmente en hospitales públicos de Olavarría y la región, como Tandil, Azul, Bolívar y otros”, enfatiza Pedro Escobar, que se graduó en la Facultad de Ingeniería de Oro Verde, en la Universidad Nacional de Entre Ríos pero eligió la FIO para hacer docencia.

Ambas carreras tienen prestigio, fundamentalmente gracias a “la buena experiencia con nuestros egresados en el mercado laboral, y hoy la demanda es constante. Varios de nuestros alumnos se encuentran trabajando en instituciones de salud de renombre como el Hospital Italiano de Buenos Aires, el Hospital Alemán, Swiss Medical, OMINT y Galeno”, grafica el docente.

Asimismo hay estudiantes en empresas de tecnología médica con tareas de asistencia técnica a clientes, capacitaciones a usuarios, reparaciones en taller de servicio técnico. También hay egresados que desarrollan su actividad en forma independiente brindando servicios a diferentes entidades de salud o como representantes regionales de alguna marca.

Cada año, la matrícula supera la decena, con un 70% de varones que evidencia un crecimiento sostenido de mujeres que optan por esta carrera donde más del 50% de la matrícula proviene de otras ciudades.