Charlas sobre tecnología del hormigón

Un especialista argentino y un brasileño ofrecieron dos conferencias acerca de la construcción sustentable y la capacidad de durabilidad de las estructuras, en el marco de charlas sobre Tecnología del Hormigón que se realizaron días pasados en la Facultad de Ingeniería.

Para tratar estos temas llegaron a Olavarría el ingeniero Luis Fernández Luco, profesor en la UBA, especialista en Tecnología Avanzada del Hormigón, con diploma de la Universidad de Nottingham, Inglaterra; junto a Vanderley Moacyr John, profesor de la Universidad de São Paulo, Post-Doctorado en el Royal Institute Of Technology, KTH de Suecia.

Fernández habló sobre el “diseño de hormigones por durabilidad”, y admitió la necesidad de cambiar conceptualmente el enfoque para el desarrollo y puesta a punto de métodos que permitan estimar la durabilidad potencial del hormigón ya colocado en una estructura. La durabilidad contribuye a prolongar la vida útil de acuerdo a las condiciones del servicio de una estructura, reduce los riesgos, y se relaciona con la sustentabilidad.

El ingeniero argentino señaló que “hay una serie de pautas y reglamentos que no dejan lugar al desarrollo tecnológico, y limitan la optimización. La idea es no quedarnos con valores fijos sino que se pueda medir el desempeño real y no el cumplimiento de una receta”. El diseño por durabilidad implica, entonces, “mostrar que se puede diseñar el hormigón basado en criterios de decisión por durabilidad”, resaltó.

A su tiempo, el brasileño Vanderley John se ocupó de las construcciones y su impacto ambiental. Por un lado repasó los efectos nocivos que produce al ambiente el ciclo de elaboración del cemento, teniendo en cuenta que la materia prima no es renovable, además del gran consumo de energía que requiere, así como el transporte. Y también se refirió al uso actual de las estructuras, como grandes responsables del cambio climático.

“En el mundo, entre el 30 y el 40% de los gases están relacionados con la construcción y al uso de los edificios”, fustigó.

Entonces, sostuvo que el desafío es fomentar cambios en la industria del cemento y en la óptica de los profesionales que lo usan. Sobre todo teniendo en cuenta que, de seguir así, en el 2050 el ambiente estará aún más deteriorado debido a las actuales prácticas. “Para donde uno mira hay problemas ambientales en la construcción. Y nosotros tenemos que cambiar”, se sinceró John.

Con todo, el primer paso es que “los profesionales y también los usuarios empiecen a ejercer “cambios en el uso responsable de la energía, generar alternativas energéticas. Se necesita además más información, cambios en las normativas, y para eso se requiere investigación propia, sin copias”. Todo, en busca de mejorar el cemento para una mejor sustentabilidad ambiental.