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Construyen un vehículo solar para una competencia en Chile

Usar la energía del sol para movilizarse. Esa es la idea de la primera carrera de autos solares de latinoamérica que se realizará próximamente en Chile, y que contará con la participación de un equipo argentino integrado por docentes y alumnos de la Facultad de Ingeniería de Olavarría.

Se trata de la competencia Atacama Solar Challenge, que emula una carrera similar que se realiza en Australia. En realidad, la experiencia latinoamericana pretende motivar el ingenio y la innovación para el desarrollo de tecnología solar y eficiencia energética, y fomentar en el mundo la utilización de energías limpias y renovables.

La carrera se realizará a través de la región de Atacama, en el desierto más árido del mundo, y donde se registra la mayor radiación del planeta. Es un recorrido de 933 kilómetros durante tres días por la Ruta Panamericana, y que unirá las ciudades de Iquique, Calama, Antofagasta y Chañaral.

Para esta carrera, hace más de un año que el grupo olavarriense trabaja en un proyecto denominado “Pampa Solar”, que tiene como objetivo la construcción de un automóvil híbrido solar con tracción humana y eléctrica. El equipo argentino está inscripto en la categoría Ruta Solar, que reúne proyectos de vehículos con ese tipo de impulsión y de bajo costo.

El Proyecto local pretende además constituirse en el vínculo de los sucesivos desarrollos tecnológicos que reporten las líneas de investigación, y así poder transferir el conocimiento sobre las nuevas tendencias en transporte, tracción eléctrica y fuentes de energía renovables a la sociedad.

Para la presentación de los avances del proyecto, llegaron hasta la Facultad de Ingeniería el intendente de Olavarría, José Eseverri; y un miembro del directorio de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC), José María Rodríguez Silveira, quienes ya comprometieron su apoyo y colaboración con el proyecto y sus acciones asociadas y futuras.

El decano de la Facultad de Ingeniería, Fabián Irassar, señaló en la ocasión que “más allá de una competencia, tomamos este Proyecto como un desafío tecnológico en torno a las energías no renovables”.

Pampa Solar

El ingeniero Marcelo Spina dirige el Proyecto, junto a los docentes Roberto de la Vega, Silvano Rossi, Roberto Leegstra, Leonel Pico, Carlos Verucchi, y Guillermo Santillán, del Departamento de Ingeniería Electromecánica; y María Peralta más Patricia Ciancio, del Departamento de Ingeniería Civil. Además, participan quince alumnos de estos dos Departamentos, junto al de Ingeniería Industrial.

En la presentación, Spina afirmó que están trabajando en el prototipo solar, con todo un desarrollo tecnológico para adecuarse al estricto reglamento de la carrera, que impone recorrer la mitad del trayecto con energía proveniente de la conversión solar, y el resto con acumuladores o humana.

Actualmente “estamos poniendo a punto el chasis, la electrónica, e integrando celdas solares para un techo que va a abastecer la energía durante la carrera”, resumió. Son varios los componentes que están siendo sometidos a ensayos en forma individual para luego integrarlos al vehículo.

Si bien debieron hacerle reformas al diseño estructural original, esa etapa estaría prácticamente definida. El móvil cuenta con un motor eléctrico integrado a la llanta trasera y ya fue ensayado en el laboratorio de máquinas eléctricas, y cumple con las expectativas de potencia, temperatura y rendimiento para poder implementar una estrategia de carrera.

El techo del vehículo “está pensado sobre una base de fibra, sostenida con una estructura de aluminio diseñada para resistir vientos y vibraciones. Allí van integradas 171 celdas solares, con más de 400 watts de potencia. Este panel tiene un proceso de seguimiento del sol para captar la mayor radiación solar, la mayor energía”, explicó Spina.

La integración de las celdas solares fue una tarea realizada en la Facultad, en reemplazo de las alternativas comerciales. Fueron trabajos de fin de carrera de estudiantes que lograron menos peso y más eficiencia del sistema fotovoltaico.

Otra parte del grupo está trabajando en la electrónica y control del vehículo. El piloto, tendrá durante la carrera un registro permanente de la energía generada y consumida, la velocidad de traslado, la necesidad de la asistencia con pedaleo, así como un sistema de posicionamiento satelital, todo para ajustarse a los requisitos del reglamento.

La normativa de la competencia indica además que el armado del vehículo no debe superar los 7 mil dólares, justamente para fomentar en Latinoamérica el desarrollo tecnológico de bajo costo. El desafío, entonces, es concebir un vehículo barato, de gran rendimiento, y que cumpla con los parámetros impuestos por la organización. El premio al ganador, asimismo, equilibra el costo de la construcción, además de los trofeos correspondientes.

A futuro

Más allá de la competencia, Spina destacó que “este es un proyecto en torno a una alternativa de desarrollo sustentable de cero emisión con consumo de energía generada en origen, sin gasto de combustible fósil. El Pampa Solar es una forma de fomentar el uso de una alternativa tecnológica, de tracción eléctrica sin contaminación que ya está probada en autos y motos”. Ahora el desafío es “cómo podemos trasladar a la sociedad todo el conocimiento gestado, que es el objetivo central del proyecto”, amplió.

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