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DÍA DEL INGENIERO. Una habilidad diseñada para el desarrollo

La figura del ingeniero está asociada a quien resuelve, justamente con ingenio, los problemas que afectan a una sociedad. Si bien muchas veces la manera de hacerlo no es estrictamente como lo marca un método científico, el conocimiento aplicado para esa resolución se sostiene en una formación que domina la matemática, la física, y otras ciencias.

inge2012En las aulas de la Facultad de Ingeniería de la Unicén esta aparente dicotomía se diluye. Los estudiantes dominan las ciencias básicas, y al mismo tiempo adquieren habilidades más pragmáticas, asociadas a su entorno, a los recursos disponibles, a las necesidades, y a un esquema de pensamiento.

Los ingenieros transforman el conocimiento en una cuestión práctica. Normalmente su actividad cuenta con escaso tiempo, entonces surge la obligación de optimizar las soluciones de una forma ágil. Aunque el resultado luzca como fruto del ingenio y la intuición, en realidad está basado en un modelo de reflexión bien entrenado.

El decano de Ingeniería, Fabián Irassar, pondera esta manera particular de organizar el pensamiento que tiene la disciplina. “El desarrollo científico requiere de una vinculación más importante de conocimientos básicos con sus aplicaciones, ya sea en el desarrollo, innovación, proyectos, construcción, modelizaciones, gerenciamiento, dirección. En esto, los ingenieros usan herramientas científicas para traducirlas en desarrollos o implementos que van a ser usados por la sociedad para una mejor calidad de vida”, reflexionó.

Para el trabajo cotidiano del ingeniero, es tan importante el conocimiento de las ciencias naturales adquiridas mediante el estudio, así como la experiencia y la práctica que van moldeando una capacidad más amplia de enfrentar y resolver problemas. “Esa formación práctica hace que el ingeniero sea uno de los profesionales cuya actividad tiene mayor impacto en la transferencia de las ciencias básicas al desarrollo de la comunidad”, insistió Irassar.

Es común que los ingenieros se encuentren con situaciones imprevistas que deben resolver, y allí funciona lo que se conoce como ingenio, una forma sencilla de resolver una problemática, inspirada en la intuición pero amparada en un conocimiento científico previo.

Perfiles

Aun cuando exista una representación sobre el ingeniero como una profesión que implica numerosas dificultades, más bien “debe pensarse que se trata de una disciplina que exige una gran dedicación, y que ese compromiso con la ciencia y su estudio concede múltiples satisfacciones. Y eso se ve reflejado cuando, desde un trabajo de ingeniería, es posible efectivamente cambiarle la vida a muchas personas”, indicó Fabián Irassar.

Esa aparente dificultad para quienes estudian o piensan estudiar ingeniería, “más bien debe traducirse como una estructuración del pensamiento lógico, que debe entrenarse y capacitarse para poder ser aplicado. Esto, sumado a la pasión de ser motores en la transformación de lo cotidiano, es un estímulo permanente que deja de lado cualquier complejidad que requiera la formación”, agregó el decano.

Como sea, en la convivencia necesaria entre la rigurosidad científica y la perspicacia, los ingenieros se destacan porque arriesgan, siempre buscan nuevos desafíos, que incluyen mayores problemas a resolver.

La dinámica del mundo actual requiere ingenieros que estén atentos a las demandas técnicas, sociales, económicas, ambientales, éticas, que son cada vez más complejas y difíciles de abordar. Con sus conocimientos científicos, y también con su pragmatismo, el ingeniero actual debe poder desenvolverse en una época de constantes cambios y adaptaciones, siempre en beneficio de una sociedad más justa.

 

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